Visas denegadas y prohibición de viajes: el gran muro que separa a los inmigrantes cubanos en Florida de sus familias
En los barrios del sur de Florida, miles de familias viven una espera que se volvió eterna. La prohibición de viajes impuesta por Donald Trump volvió a separar a padres, hijos y abuelos después...
En los barrios del sur de Florida, miles de familias viven una espera que se volvió eterna. La prohibición de viajes impuesta por Donald Trump volvió a separar a padres, hijos y abuelos después de años de intentos por reencontrarse. Lo que comenzó como una medida bajo el argumento de proteger la seguridad nacional terminó por fracturar a una comunidad que históricamente apoyó al presidente republicano.
La política de Donald Trump que perjudicó a los migrantes cubanos de FloridaLas restricciones de viaje firmadas por Trump incluyeron a Cuba dentro de una lista de países cuyos ciudadanos enfrentan un fuerte endurecimiento para obtener visas familiares o de reunificación. En su proclamación de junio, el mandatario justificó la decisión al asegurar que el gobierno cubano “no coopera ni comparte suficiente información de seguridad con Estados Unidos”.
La medida, vigente desde mediados de 2025, alteró por completo el ritmo del programa de reunificación familiar que durante décadas permitió que padres o hijos pudieran emigrar de manera legal desde la isla.
El resultado fue inmediato: cientos de cubanos con solicitudes aprobadas vieron cómo las entrevistas consulares terminaban en un papel de rechazo. Las autoridades estadounidenses se ampararon en la nueva política de seguridad, sin evaluar las circunstancias individuales. Abogados de inmigración en Miami señalaron que, incluso antes del veto, ya se observaban demoras inusuales y negativas infundadas. Ahora, con la nueva disposición, el sistema prácticamente colapsó.
Según cifras del Departamento de Estado citadas por The Washington Post, en 2024 se habían emitido cerca de 25.000 visas de inmigrante para cubanos, la mayoría bajo programas familiares. Sin embargo, tras la aplicación de la prohibición, se multiplicaron los rechazos sin que el gobierno aclarara cuántos casos resultaron afectados.
Promesas incumplidas por el gobierno de Trump y la división dentro de la comunidad cubanaDurante la campaña de 2024, Trump prometió priorizar la inmigración legal desde Cuba. Esos dichos convencieron a muchos votantes de origen cubano, como Arely Díaz Leal, una ciudadana estadounidense que reside en Tampa y que lleva casi diez años de intentos para llevar a su hijo adulto desde la isla.
“Amo a Trump, pero esto no es justo”, se quejó en diálogo con The Washington Post. Su sufragio, según explicó, se basó en la confianza de que los procesos familiares serían respetados. Sin embargo, hoy siente que fue traicionada, según expresó.
Esa sensación de desilusión, para el medio citado, contrasta con el silencio de buena parte de la comunidad cubanoamericana, tradicionalmente una de las bases políticas más sólidas del Partido Republicano en Florida.
Pese a los reclamos de decenas de familias, las principales figuras cubanas del Congreso, como Carlos Giménez, Mario Díaz-Balart y María Elvira Salazar, no se pronunciaron sobre la medida. La única reacción pública de Salazar fue en la red social X, donde responsabilizó al presidente Joe Biden de la crisis migratoria, aunque reconoció que los cubanos “deberían poder acceder a las protecciones que se les prometieron”.
Para el historiador Michael J. Bustamante, director del Programa de Estudios Cubanos de la Universidad de Miami, el conflicto expone una grieta dolorosa dentro del propio exilio. “Muchos parecen indiferentes a quienes vienen detrás, como si levantaran la escalera después de haberla usado”, señaló.
Exilios desde Cuba a EE.UU.: de la Ley de Ajuste Cubano de 1966 hasta el veto de Trump en 2025El drama de las separaciones se repite desde hace más de medio siglo. Bajo la Ley de Ajuste Cubano de 1966, los migrantes de la isla recibieron durante décadas un trato preferencial. A mediados de los noventa, se implementó una lotería anual de visas que permitía emigrar legalmente a unas 20.000 personas. Hasta 2017, quienes lograban llegar a territorio estadounidense podían quedarse y solicitar residencia. Esa política terminó durante el gobierno de Barack Obama, lo que marcó un punto de inflexión.
Desde entonces, los canales legales se redujeron drásticamente. Con la crisis económica y energética en Cuba, miles comenzaron a cruzar el continente desde Centroamérica hacia la frontera sur de Estados Unidos.
Bajo la administración Joe Biden, muchos obtuvieron permisos temporales, pero el nuevo veto de Trump revirtió ese alivio y dejó a más de 110 mil cubanos en un limbo legal, vulnerables a la deportación.