Una voz tirana
Hola, ¿cómo estás?¿Alguna vez te preguntaste qué pasa por la cabeza de una joven con un trastorno de la conducta alimentaria? Esta semana te invito, por un minuto, a que te imagines có...
Hola, ¿cómo estás?
¿Alguna vez te preguntaste qué pasa por la cabeza de una joven con un trastorno de la conducta alimentaria? Esta semana te invito, por un minuto, a que te imagines cómo sería vivir escuchando permanentemente, adentro tuyo, una voz que te dice qué comer y qué no, que te castiga cada vez que te mirás al espejo y te da órdenes tóxicas para alejarte de las personas y de los hábitos que te hacen bien, que te arrastra, poco a poco, a un pozo de pensamientos obsesivos vinculados con tu cuerpo y tu imagen.
Así explica Valentina Sandgarten —que tiene 21 años, vive con su familia en Belgrano y estudia Comunicación Social—, lo que alguien con un trastorno de la alimentación atraviesa a diario: “Llegó un punto en que vivía para esa voz en mi cabeza. Ya no podía pensar en otra cosa. Me sentía prisionera y no conectaba con nada más”, cuenta la joven, a quien le diagnosticaron anorexia cuando tenía 15.
Mirando hacia atrás, Valentina reconoce el rol “oscuro y dañino” que las redes sociales jugaron —entre otros factores— en el desarrollo de esa enfermedad. “La mierda de las redes es que vas a encontrar lo que quieras encontrar. Hay gente que las usa para construir cosas muy lindas, pero también puede ser un lugar inseguro y tóxico, que puede amplificar lo que a vos te pasa y fomentar que alguien empiece a pasar por estos procesos tan dolorosos”, reflexiona.
Desde 2022, esta joven se propuso compartir su experiencia para sumar su “granito de arena” y acompañar, con un mensaje esperanzador, a quienes están atravesando problemáticas similares. En su cuenta de Instagram, donde la siguen casi 80 mil personas (y otras 159 mil en TikTok), derriba tabúes, instala conversaciones indispensables sobre salud mental y reflexiona, con una mirada crítica, sobre las presiones de una sociedad donde los estereotipos de belleza calan hondo.
Su testimonio es la segunda entrega de la serie “Hablemos de todo sin filtro”, un ciclo de entrevistas de LA NACION que busca darle voz a jóvenes que atravesaron distintas problemáticas de salud mental, en las que las pantallas jugaron un rol protagónico. La invitación es a reconstruir su historia junto a una persona clave en el proceso de salir adelante. En el caso de Valentina esa persona fue su papá, Cristian, de 52 años, que es licenciado en Comercialización y trabaja en una empresa de alimentos.
Cuando publicamos la historia de Valentina, invitamos a los lectores a hacernos llegar sus dudas con respecto a los trastornos de la alimentación, para que en los próximos días Juana Poulisis, psiquiatra especialista en estas problemáticas, pueda responderlas. Llegaron mensajes de todo tipo, como estos:
“Mi hija está atravesando un problema similar. Tiene 12 años, en un mes cumplirá 13. Todo empezó con las redes. Ella me confesó que tiene un objetivo pero no me quiere revelar cuál es. No sé cómo llegarle”.“Mi hija de 10 años tiene episodios donde se niega a comer porque manifiesta que le da miedo descomponerse. Está en tratamiento pero sentimos que no avanza”.“Mi hija de 27 años tiene anorexia desde hace cinco. Hoy está bastante mejor pero quiero saber cómo puedo ayudarla en algunos temas que observo que para ella son insuperables: por ejemplo, no come nada dulce”.En todos los casos, la necesidad de tender puentes a través de la palabra con las niñas, niños, adolescentes y jóvenes que atraviesan estos trastornos, aparece como un desafío fundamental.
Si vos también tenés una pregunta para Juana, podés escribiros a hablemosdetodo@lanacion.com.ar. Las preguntas serán tratadas con total confidencialidad y sin mencionar nombres. Y en los próximos días vamos a publicar una nota con todas sus respuestas. Y si querés conocer más historias donde hagamos foco en la importancia de hablar de todo para hacerle frente a estas problemáticas, estate atento, porque próximamente se vienen nuevas.
Estamos convencidos de que hablar es el primer camino para prevenir. Hablar sana, contiene y abraza. Nos acerca y nos hacer saber que no estamos solos. E, incluso, salva vidas.
Un abrazo y hasta pronto,
María
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/newsletters/una-voz-tirana-nid12072025/