Una violenta redada del ICE contra manteros en Canal Street terminó en enfrentamientos y escenas de caos en plena Nueva York
NUEVA YORK.- En una nueva ofensiva del ...
NUEVA YORK.- En una nueva ofensiva del gobierno de Trump, una redada migratoria contra vendedores ambulantes en la famosa Canal Street de la ciudad de Nueva York se tornó caótica el martes, después de que un gran número de neoyorquinos molestos rodeó a los agentes federales e intentó evitar que abandonaran la zona, y dejara como resultado a varias personas arrestadas e intensos enfrentamientos.
En un día normal, la bulliciosa calle del Bajo Manhattan está repleta de vendedores ambulantes que ofrecen carteras, relojes, cinturones y toda clase de artículos a los turistas. Pero el miércoles amaneció inusualmente desierta: los puestos permanecían cerrados, los vendedores habían desaparecido y el murmullo constante del mercado había sido reemplazado por un silencio casi absoluto.
El día anterior, más de 50 agentes federales habían irrumpido en el área en una redada migratoria que transformó el corazón del Chinatown neoyorquino en un campo de confrontación. La operación, dirigida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), dejó 14 personas detenidas —nueve inmigrantes acusados de residir ilegalmente en el país, cinco manifestantes arrestados durante los enfrentamientos— y generó escenas de caos que rápidamente se viralizaron.
Redada migratoria del ICE en el corazón del Chinatown de Nueva YorkSegún el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), la redada se centró en la venta de productos falsificados. Los agentes, muchos con pasamontañas y armas largas, detuvieron a vendedores —en su mayoría hombres de Senegal—, algunos con antecedentes penales. Pero testigos y defensores de derechos civiles describieron el operativo como una acción “degradante y racista” que apuntó principalmente contra vendedores negros y asiáticos.
“¿Cuántos blancos pasan por aquí? ¿Todos tienen papeles?”, preguntó indignado Mohamed Touré, un vendedor de 46 años originario de Guinea, que fue detenido brevemente. “También necesitamos respeto. Solo se acercaban a los africanos”.
La vocera del DHS, Tricia McLaughlin, defendió el operativo, asegurando que los manifestantes “se volvieron violentos y obstruyeron las labores de las fuerzas del orden”. Todd Lyons, director interino del ICE, dijo a Fox News que la acción fue “dirigida e impulsada por inteligencia”, y anunció que habrá más arrestos. En redes sociales, la agencia federal publicó un mensaje que encendió aún más la polémica: “A nadie le gusta que se vendan productos falsificados. Tampoco les gustan los inmigrantes ilegales violentos”.
Por su parte, Karoline Leavitt, secretaria de Prensa del gobierno de Trump, festejó que el presidente esté “haciendo Estados Unidos limpia y segura de nuevo”.
President Trump is Making America Clean and Safe Again. pic.twitter.com/qQrl5v0uDK
— Karoline Leavitt (@PressSec) October 23, 2025Las autoridades locales reaccionaron con dureza. El alcalde Eric Adams reiteró que la policía de Nueva York no participó en el operativo y criticó la presencia del ICE en las calles. “Nuestra administración ha sido clara: los neoyorquinos indocumentados que buscan el sueño americano no deben ser atacados por las fuerzas del orden”, dijo. La fiscal general del estado, Letitia James, lanzó un portal en línea para recopilar fotografías y videos del operativo a fin de determinar si se violaron leyes estatales.
La redada se produce en un contexto de tensión política creciente. El presidente Donald Trump calificó reiteradamente a Nueva York como una ciudad “anárquica y peligrosa” y amenazó con enviar tropas federales y agentes del ICE si el socialista Zohran Mamdani gana las elecciones municipales dentro de dos semanas. “Una vez más, el gobierno de Trump elige teatralidades autoritarias que generan miedo, no seguridad”, declaró Mamdani.
El miércoles por la noche, la indignación se trasladó al número 26 de Federal Plaza, sede del ICE en Nueva York. Cientos de personas se congregaron con pancartas y gritos de “¡Poder de los vendedores!” antes de marchar hacia el norte por Foley Square y Canal Street. “Es importante estar aquí. Sin ICE”, dijo Philip Clay, profesor y artista visual de Queens.
Organizaciones comunitarias alertaron sobre el clima de miedo que se vive en los barrios inmigrantes. “La gente está asustada por la intervención del gobierno federal, que está perjudicando y amenazando a los residentes”, sostuvo Bethany Li, directora del Fondo Asiático-Americano de Defensa Legal y Educación, cuya oficina se encuentra a pocas cuadras del lugar. “Pero también hay resistencia. ICE no puede venir a aterrorizar nuestras comunidades de esta manera. No en Nueva York”.
La escena en Canal Street al día siguiente lo confirmó: algunos turistas preguntaban dónde estaban los vendedores, otros miraban los locales cerrados. “No hay nadie aquí”, dijo Awa Ngam, una vendedora de origen mauritano que lleva más de una década trabajando en la zona.
Durante generaciones, Canal Street ha sido un punto de encuentro para inmigrantes chinos que construyeron un sustento en el comercio callejero. En los últimos años, con la llegada masiva de migrantes de África Occidental bajo la presidencia de Joe Biden, el paisaje del mercado cambió. “Es común que los grupos étnicos se especialicen en ciertas industrias cuando logran afianzarse”, explicó Andrew B. Wolf, profesor de Cornell que estudia la venta ambulante. “Pero también enfrentan trabas para conseguir licencias, lo que los hace más vulnerables”.
Las redadas contra la falsificación no son nuevas: en agosto de 2023 y enero de 2024, la policía neoyorquina realizó operativos similares, incautando millones en mercancía y arrestando a varios vendedores. Sin embargo, nunca se había desplegado una fuerza federal de tal magnitud. “Definitivamente no es normal”, dijo Barrett Maguire, residente de Tribeca que frecuenta la zona desde los años 80. “Siempre había policías, no agentes federales con rifles”.
El historiador Jack Tchen, especialista en la historia del barrio chino, sostuvo que la redada sigue un patrón de discriminación hacia las comunidades asiáticas. “Las actitudes antichinas han estado presentes en este país desde hace mucho. Mientras se consumen los productos hechos en China, se criminaliza a las personas que los venden”, afirmó.
Agencias AP, AFP y The New York Times