Un grupo automotriz estudia invertir US$400 millones para fabricar dos nuevos modelos
El grupo Prestige Auto, propietario de la concesión de Mercedes-Benz en la Argentina, estudia invertir US$400 millones para transformar la histórica planta de Virrey del Pino en un polo de produc...
El grupo Prestige Auto, propietario de la concesión de Mercedes-Benz en la Argentina, estudia invertir US$400 millones para transformar la histórica planta de Virrey del Pino en un polo de producción de vehículos utilitarios electrificados y continuar con la producción de los nafteros.
El proyecto contemplaría fabricar versiones con motorización alternativas de Sprinter y Vito a partir de 2030 (cuando se vence la licencia del grupo para ensamblar el primero en el país). Esta cifra llegaría para sumarse a los ya invertidos US$100 millones destinados a mantenimiento, eficiencia y nuevas tecnologías para la planta.
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La apuesta se da en un contexto de cambios profundos en la industria y marca el rumbo de la estrategia que lidera Daniel Herrero, CEO de Prestige Auto y ex presidente de Toyota Argentina, quien quedó al frente de las operaciones de Mercedes-Benz en el país. El directivo le comentó a LA NACION que si bien es prematuro hablar al respecto, para producir una próxima generación de la Sprinter -con versiones electrificadas- estiman una inversión de entre US$300 y US$400 millones.
El principal inversor de la nueva firma es la sociedad Open Cars S.A, comandada por el empresario Pablo Peralta (titular del Grupo ST). En este nuevo grupo automotriz, además de Herrero, también participa como socio el ex ministro de Economía Alfonso Prat-Gay. Desde su adquisición de la concesión de la licencia de la marca alemana, Prestige Auto trabajó en mejorar la eficiencia de su planta, potenciar su capacidad exportadora y presentó nuevos modelos, no solo en el segmento de lujo sino también en los utilitarios, con el nuevo Vito (regresa al país importado desde la planta en Vitoria, España).
En diálogo con LA NACION, Herrero ya había anticipado a fines de junio que uno de los principales ejes era aumentar la escala productiva y la competitividad de la fábrica. “Tenemos que trabajar en lo que es la eficiencia de la planta para poder generar de vuelta una competitividad que nos permita crecer en volúmenes de exportación y doméstico. Al tener una mayor producción con una mayor eficiencia, eso te permite bajar los precios y aumentar los volúmenes. El plan original de Mercedes de este año era fabricar 14.000 Sprinter. Nosotros vamos a desafiar ese número y a hacer un poco más de 16.000 este año para llegar casi a las 20.000 el año que viene“, explicó en su momento.
El directivo destacó además que el nuevo esquema de propiedad tiene mucha flexibilidad, donde pueden realizar modificaciones a media para los clientes tener mayor adaptabilidad, algo clave si se tiene en cuenta que el corazón del negocio se centra en la exportación. Al respecto, ya confirmaron la exportación de 11.000 unidades para el próximo año.
Uno de los grandes desafíos que enfrenta la industria local es el costo de producción y ser competitivos frente a otros mercados. “Si comparás toda Latinoamérica en promedio contra Japón, nuestro continente tiene 1/5 de la productividad que tiene el país oriental. Entonces, si vos podés aumentar la productividad, te va a bajar el costo”, comentó Herrero.
Para el ejecutivo, la eficiencia también puede ser una vía para compensar el peso de la carga tributaria local: “Hay que seguir trabajando en lo que es productividad y competitividad, además de entender que la Argentina tiene un costo impositivo arriba de un auto más o menos de un 50%. Se necesita tiempo para adecuar eso y creo que es el trabajo que tenemos que hacer todos: vender más para ganar lo mismo”.
El deseo de invertir en modelos electrificados a partir de 2030 va en línea con el debate global sobre la transición energética. El máximo ejecutivo de Prestige Auto explicó que le solicitaron a la casa matriz la posibilidad de atender, desde la Argentina, a mercados que aún se encuentran rezagados en su transición hacia la electrificación.
Además, explicó que dentro de la planta de Virrey del Pino, cualquier proyecto de producción siempre debe contar con la homologación de Mercedes-Benz. “Al mismo tiempo, el predio industrial, que cuenta con 200 hectáreas, ofrece un potencial adicional: allí pueden desarrollarse iniciativas complementarias, como la radicación de proveedores estratégico siempre en línea con los estándares y las decisiones de la compañía", agregó.
Desde Prestige Auto, hicieron especial énfasis en el foco estratégico junto a la marca alemana. El principal objetivo, explican, es seguir produciendo modelos Mercedes-Benz a partir de 2030.
“Estamos en constante conversación y hasta el momento los resultados son muy positivos. Estos dos primeros meses de operaciones ya están marcando grandes cambios y eso nos genera mucho entusiasmo. Estamos en un proceso de análisis permanente de nuevas oportunidades. A cinco meses de comenzar 2026, más de la mitad de la producción ya tiene destino asegurado. Es una muestra de que Prestige Auto se consolida como una plataforma de exportación confiable”, cerró Herrero.