Un fallo judicial vinculó la vacuna del Covid de Pfizer con un efecto adverso neurológico poco conocido
ASTI, Italia.- En una localidad italiana, una mujer de 52 años sufrió un grave daño neurológico apenas una semana después de haber recibido la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19 ela...
ASTI, Italia.- En una localidad italiana, una mujer de 52 años sufrió un grave daño neurológico apenas una semana después de haber recibido la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19 elaborada por Pfizer-BioNTech. Así lo sentenció el Tribunal de Asti, una ciudad situada a 50 kilómetros de Turín, que estableció el vínculo causal entre la inoculación y una extraña afectación que desarrolló la víctima: mielitis transversa.
Los jueces de primera instancia aceptaron una demanda que ya había sido rechazada en la etapa administrativa tanto por el Ministerio de Salud como por la Agencia Italiana de Medicamentos (AIFA). Hasta hace unos días, ambos organismos atribuían el cuadro a condiciones previas a la aplicación de la vacuna Comirnaty. Aseguraron a la prensa italiana que la historia clínica mostró que “no existían antecedentes de eventos neurológicos ni modificaciones terapéuticas relevantes”. No obstante, los peritos refutaron esa hipótesis.
La mielitis transversa es un trastorno neurológico provocado por la inflamación de la médula espinal. Cuando esta se ve afectada, la inflamación puede dañar la mielina, el material que recubre las fibras nerviosas y permite la correcta transmisión de los impulsos. El término mielitis hace referencia justamente a esa inflamación.
Las personas diagnosticadas suelen presentar síntomas por debajo del nivel de la lesión. Entre los más comunes se encuentran debilidad en piernas y brazos, dolor, alteraciones sensoriales y disfunción vesical e intestinal. Desde el ámbito científico se reconoce que enfermedades o trastornos preexistentes pueden aumentar la vulnerabilidad a padecer este cuadro. En los estudios revisados se mencionan la esclerosis múltiple, infecciones virales o bacterianas y diversos desórdenes inmunológicos.
En el caso analizado en Asti, se descartó que esos factores fueran la causa del desarrollo de la mielitis transversa y se concluyó que solo constituyeron una posible “condición favorable que, en este caso, probablemente facilitó una respuesta inmune anómala tras la vacuna”, indicaron medios locales. Para los peritos, la paciente presentaba un riesgo teórico algo mayor de reaccionar de forma inusual ante distintos agentes externos. Sin embargo, las severas manifestaciones clínicas aparecidas poco después de la segunda dosis no pudieron atribuirse a una simple coincidencia. La hipertensión arterial y el tabaquismo fueron descartados como explicaciones alternativas, ya que “no representaban causas directas conocidas de mielitis o polineuropatía aguda”.
La resolución también cita la base de datos de la AIFA, que hasta 2022 registró 593 casos de mielitis transversa posteriores a la vacunación, de los cuales 280 correspondían a vacunas de ARN mensajero (RNAm). Los datos fueron presentados por las abogadas de la víctima.
“Se identificaron casos aislados −explicó Bertone− en los que las vacunas de virus inactivado y las basadas en ARN mensajero provocaron síndromes de desmielinización aguda de la médula espinal, como esclerosis múltiple y neuromielitis óptica”. El abogado añadió que, según una declaración de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), “el comité revisó la información disponible sobre casos reportados a nivel mundial y, a la luz de la literatura científica, concluyó que la relación causal entre las vacunas y la mielitis transversa fue al menos razonablemente posible”.
La decisión judicial podría derivar en una ola de nuevas apelaciones. “En nuestro estudio jurídico −señaló Bertone− tratábamos varios casos similares y la ausencia de veredictos hasta ese momento respondía principalmente a los plazos técnicos”. La modificación legal introducida tras la pandemia para regular las indemnizaciones por vacunaciones obligatorias entró en vigor el 27 de enero de 2022. Dado que las comisiones médicas hospitalarias solían demorar entre un año y medio y dos en emitir su dictamen, a lo que se sumaban los tiempos de apelación y, en caso de resolución desfavorable, el proceso judicial, se comprendía por qué aún no había fallos sobre el tema. Ahora se aguardaba la apelación del Ministerio y de la AIFA.
Casos similares han salido a la luz en distintos países, donde se han denunciado afectaciones neurológicas como consecuencia de las inmunizaciones. Un artículo reciente publicado en la revista Science analizó los registros de Canadá con distintas marcas, mientras que The New York Times informó el año pasado que varias personas vacunadas con el producto de Johnson & Johnson perdieron sensibilidad en las extremidades y sufrieron daños neurológicos debido a cepas que, se presume, estaban contaminadas.