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Un ascenso tan vertiginoso como su ocaso: cómo Nicolas Sarkozy pasó del Elíseo a La Santé

PARÍS.- Nicolas Sarkozy se convirtió este martes en el primer exjefe de Estado francés en ingresar en prisión desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El expresidente, de 70 años, fue ...

Un ascenso tan vertiginoso como su ocaso: cómo Nicolas Sarkozy pasó del Elíseo a La Santé

PARÍS.- Nicolas Sarkozy se convirtió este martes en el primer exjefe de Estado francés en ingresar en prisión desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El expresidente, de 70 años, fue ...

PARÍS.- Nicolas Sarkozy se convirtió este martes en el primer exjefe de Estado francés en ingresar en prisión desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El expresidente, de 70 años, fue condenado por haber maniobrado para financiar ilegalmente con dinero libio su campaña electoral de 2007, el año en que llegó al poder.

El exmandatario, que gobernó Francia entre 2007 y 2012, fue trasladado esta mañana a la cárcel parisina de La Santé para comenzar a cumplir una pena de cinco años de prisión por asociación ilícita, dictada por un tribunal en septiembre. La decisión generó un fuerte impacto político y mediático en el país, al tratarse de la primera vez que Sarkozy cumple una pena de prisión efectiva, tras haber sido condenado previamente a arresto domiciliario y penas en suspenso.

Sarkozy, marido de la cantante Carla Bruni, cuestionó el fallo y denunció la decisión del tribunal de ordenar su ingreso en prisión sin esperar el resultado de la apelación, cuyo juicio se celebrará en los próximos meses.

Una carrera meteórica

Abogado de formación, Sarkozy ascendió con rapidez en la política francesa gracias a su energía inagotable, su discurso combativo y su ambición. En 2007 se convirtió en el presidente más joven de la V República, con una promesa de ruptura y renovación que marcó una época. Durante su mandato, protagonizó una política de mano dura frente al delito y buscó posicionar a Francia como una potencia global en un contexto de crisis económica.

Aunque su presidencia se limitó a un solo mandato, Sarkozy se mantuvo como una figura de enorme peso en el panorama conservador. Su derrota frente al socialista François Hollande en 2012 no significó su retiro: siguió moviendo los hilos de la derecha francesa y, en ocasiones, influyendo también en la agenda del actual presidente, Emmanuel Macron, a quien apoyó públicamente en las elecciones de 2022.

En 2014 reapareció al frente del partido fundado para sostener a Jacques Chirac, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), que al año siguiente se transformó en Los Republicanos (LR), el principal referente del centroderecha. Pero su intento de volver al poder en 2016 se frustró cuando fue derrotado en la primera vuelta de las primarias presidenciales por su exprimer ministro François Fillon, lo que marcó el fin de su carrera política activa.

A partir de entonces, los tribunales ocuparon el lugar que antes tuvo la política. En 2016 fue formalmente investigado por los jueces franceses por presunto gasto ilegal en su campaña de reelección de 2012. Según la fiscalía de París, su partido, la UMP, habría cubierto gastos que excedieron en varios millones de euros el límite legal de 22,5 millones establecido para las campañas presidenciales.

Cinco años más tarde, en 2021, Sarkozy fue declarado culpable y condenado a prisión por corrupción y tráfico de influencias, acusado de intentar obtener información confidencial sobre otro caso en su contra a cambio de favores políticos. Fue la segunda vez en la historia moderna de Francia que un expresidente resultaba condenado por un delito.

Ese mismo año, la justicia le impuso además un año de prisión domiciliaria por financiación ilegal de su campaña de 2012, la primera vez que se lo responsabilizó por hechos cometidos durante su mandato. En ninguno de esos casos, sin embargo, llegó a ingresar a una cárcel: cumplió las penas bajo arresto domiciliario mientras sus apelaciones seguían su curso.

El caso libio

Pero el proceso que ahora lo llevó a prisión es el más prolongado y explosivo: las acusaciones de que su campaña de 2007 recibió fondos ilegales del régimen libio de Muamar Khadafy.

Según el fallo dictado el 25 de septiembre, Sarkozy, entonces ministro del Interior y candidato presidencial, utilizó su posición “para preparar actos de corrupción al más alto nivel”, canalizando dinero libio hacia su campaña. Aunque el tribunal no logró probar que el dinero fuera finalmente utilizado en el financiamiento electoral, sí determinó que los fondos salieron de Libia y condenó al expresidente por asociación ilícita, subrayando la “excepcional gravedad de los hechos”.

Su encarcelamiento contrasta con la imagen de mano dura contra el delito que cultivó cuando fue ministro del Interior, entre 2005 y 2007, antes de llegar al Elíseo.

Pese a la condena, Sarkozy podría pasar poco tiempo tras las rejas: sus abogados ya solicitaron la libertad condicional, y la justicia dispone de dos meses para pronunciarse.

“Sarko”, como se lo conoce popularmente, se convierte así en el primer exjefe de Estado francés encarcelado desde Philippe Pétain, condenado por colaborar con la Alemania nazi al término de la Segunda Guerra Mundial, y el primero en hacerlo dentro de la Unión Europea.

Su caída marca el fin de una era: la del hombre que encarnó la audacia, la velocidad y el pragmatismo de la política francesa de los 2000, y que ahora enfrenta, en soledad y detrás de los muros de La Santé, las consecuencias de su propio estilo.

Agencias AFP y AP y diario The New York Times

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/un-ascenso-tan-vertiginoso-como-su-ocaso-como-nicolas-sarkozy-paso-del-eliseo-a-la-sante-nid21102025/

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