Generales Escuchar artículo

Spinal Tap II, el final continúa: Elton John y Paul McCartney se suman a una épica rockera con sabor a nostalgia

Spinal Tap II: el final continúa (Estados Unidos/2025) Dirección: Rob Reiner. Guion: Christopher Guest, Michael McKean, Harry Shearer, Rob Reiner. Fotografía: Linsoln Else. Elenco: Christopher G...

Spinal Tap II, el final continúa: Elton John y Paul McCartney se suman a una épica rockera con sabor a nostalgia

Spinal Tap II: el final continúa (Estados Unidos/2025) Dirección: Rob Reiner. Guion: Christopher Guest, Michael McKean, Harry Shearer, Rob Reiner. Fotografía: Linsoln Else. Elenco: Christopher G...

Spinal Tap II: el final continúa (Estados Unidos/2025) Dirección: Rob Reiner. Guion: Christopher Guest, Michael McKean, Harry Shearer, Rob Reiner. Fotografía: Linsoln Else. Elenco: Christopher Guest, Michael McKean, Harry Shearer, Rob Reiner, Valerie Franco, Fran Drescher y Kerry Godliman. Disponible en: FLOW. Duración: 86 minutos. Nuestra opinión: muy buena.

En 1984, el falso documental This is Spinal Tap fue una revolución. La película dirigida y protagonizada por Rob Reiner ponía en escena a una icónica banda metalera, que luego de varios años en la cresta de la ola se enfrentaba a la amarga experiencia de atestiguar una caída en su popularidad. El boom de ese film (y el innegable gancho de su música), derivó en que muchos espectadores quisieran creer que Spinal Tap era una banda que realmente existía y de ese modo empezó una moda inesperada que incluyó merchandising, recitales en vivo, y cameos de esos músicos en distintos programas y series. Spinal Tap se convirtió en un fenómeno de culto, que lamentablemente un sector del público olvidó. Pero a 41 años de esa pieza, el director y los protagonistas se reunieron para una segunda vuelta, en un film que centrado en el eterno disfrute del heavy metal y su folclore.

En la primera parte, Spinal Tap entraba en un ocaso. Los recitales perdían espectacularidad, la venta de entradas descendía, y los fans iban detrás de otras modas. Para colmo, las fricciones entre los dos principales músicos del grupo, David St. Hubbins (Michael McKean) y Nigel Tufnel (Christopher Guest) le sumaban tensión a una situación que parecía dirigirse hacia una inevitable disolución. Pero según mostraba esa película, el final mostraba una redención en Japón, y la banda acariciaba un reencuentro con el público masivo. Pero cuatro décadas más tarde, todo volvió a cambiar.

Spinal Tap II muestra a David, Nigel y Derek Smalls (Harry Shearer) distanciados y cada uno abocado a distintas tareas. David se dedica a musicalizar podcasts de true crime; Nigel, a la venta de queso; y Smalls trabaja en el museo del pegamento. El amor por la música aún vive en ellos, pero la relación se enfrió considerablemente. Hasta que la hija de su antiguo manager hereda un contrato que obliga a Spinal Tap a un último concierto y con esa excusa, los tres se reúnen para una despedida que debe estar a la altura del mito. El desafío entonces será no dejar que los viejos rencores vuelvan a surgir, y llegar al recital sin los problemas habituales que suelen enfrentar, como las inexplicables muertes de sus bateristas, entre otras absurdas situaciones.

La existencia misma de Spinal Tap II era un riesgo debido a que la primera película es uno de los picos más altos en la historia de la comedia en cine, producir una secuela bien podía significar malograr el legado de ese film (y de esa banda). Por este motivo es que primero vale destacar que sí, que asumir dicho riesgo valió la pena y que los resultados fueron mucho mejores a los esperados. Desde luego que esta continuación no es igual de buena que su antecesora, pero eso no le quita mérito como una pieza capaz de brindarle al espectador un reencuentro con viejos amigos, a los que ya se extrañaba demasiado.

El primer riesgo que asume el largometraje es no repetir estructuras, sino redescubrir a esos músicos a través de un nuevo espacio, que es la sala de ensayo. Lejos del primer film, que transcurría principalmente en esos escenarios que eran el hábitat natural de los Spinal Tap, ahora estos artistas septuagenarios encuentran en los ensayos un espacio de diálogo musical. Y ahí es donde nuevamente florece la mística, pero también las viejas y las nuevas fricciones, y los choques aunque también las coincidencias. De este modo, la sala es el nuevo hogar en donde Spinal Tap construye un nuevo ecosistema y recibe a una joven camada de colaboradores que aportan nuevas formas de comedia, a través del contraste generacional. Claro que, por otra parte, también hay una vuelta a las raíces.

El largometraje presenta varios cameos e invitados, entre quienes se destacan Elton John y Paul McCartney. El ex Beatle se acerca para interpretar junto al grupo, la enorme canción titulada “Cups and Cakes”, solo para que todo termine de la peor manera. Es un instante brillante, que evidencia la facilidad de McCartney para la comedia y la armonía humorística de todo el film.

Por otra parte, la intervención de Elton John es otro momentazo que debería instalarse cómodamente entre los mejores gags cinematográficos de 2025. Ambas apariciones, lejos de ser caprichos, en realidad sirven para dejar en claro que en Spinal Tap II todo - cada decisión, aparición, línea de diálogo e incluso cada canción - está en función de construir un clima de humor constante. Y ahí está el triunfo de esta gran película, en confiar en la comedia como motor narrativo imparable y expandir el fascinante universo de Spinal Tap con una secuela, que ojalá, no sea una despedida definitiva.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/cine/spinal-tap-ii-el-final-continua-elton-john-y-paul-mccartney-se-suman-a-una-epica-rockera-con-sabor-a-nid20112025/

Volver arriba