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Simone Biles en Buenos Aires: “Quiero que me recuerden por romper estigmas, por forzar los límites”

Entró sin estridencias cuando todavía no habían terminado la frase que la presentaba y su sola sonrisa levantó al auditorio que la esperaba en la sede del gobierno porteño. Vestida con un traj...

Simone Biles en Buenos Aires: “Quiero que me recuerden por romper estigmas, por forzar los límites”

Entró sin estridencias cuando todavía no habían terminado la frase que la presentaba y su sola sonrisa levantó al auditorio que la esperaba en la sede del gobierno porteño. Vestida con un traj...

Entró sin estridencias cuando todavía no habían terminado la frase que la presentaba y su sola sonrisa levantó al auditorio que la esperaba en la sede del gobierno porteño. Vestida con un trajecito color chocolate y unos estiletos nude, las dos manos arriba agitándose al unísono, con su característico dije de cabra (en inglés GOAT, también Great of all Times) saludó a los cuatro costados con la simpleza casi impropia de quien representa una historia tan grande. Simone Biles está en la Argentina y este miércoles comenzó a cumplir la agenda de compromisos que la trajeron por Buenos Aires en el marco del nombramiento de la ciudad como Capital Mundial del Deporte 2027.

Bajo el lema “El poder de creer”, volvió a emocionar e inspirar con el relato de su vida, tal como lo hace desde hace años. Repasó cada momento, desde los inicios y el modo “accidental” por el que llegó a la gimnasia artística y ahondó en eso que tanto interés provocó en los últimos años: la salud mental. Rio, hizo chistes, y se prestó a un juego de fotos en el que participó Lionel Messi. Al final, en una rueda de prensa muy acotada, habló con LA NACION de dos cosas: de la impronta que quiere dejar en la gimnasia y del movimiento que podría haber sido el sexto Biles pero que no llegó a hacer. “Quiero que me recuerden por romper estigmas, borrar barreras, forzar los límites más allá”, dijo.

-¿Cómo te gustaría que te recuerden cuando te alejes de la gimnasia?

-Espero poder ser recordada por el trabajo que hago en la comunidad, tanto alrededor de EE.UU. como del mundo. Quiero que me recuerden por el trabajo que hago con los chicos que están en casas de acogida, que quieren ser adoptados. Quiero que me recuerden por romper estigmas, borrar barreras, forzar los límites más allá. Con la organización con la que trabajo, Friends of the children, ya hemos logrado que muchos chicos lleguen a la universidad gracias a becas. Eso quisiera. Ser recordada por eso.

-Simone, tenés un tatuaje que dice: “Y todavía me levanto”, ¿qué significa para vos?

-Es una cita de una poesía de Maya Angelou y es un buen reflejo de toda mi carrera, de haber pasado las pruebas que pasé, los errores, las dificultades. Es un recordatorio visual de todo eso porque cada día me levanto y lo veo, y me recuerda que no importa qué ocurra, que voy a seguir adelante.

-¿Qué implica ser la gimnasta más importante del mundo?

-Eso es fruto del trabajo duro, de la dedicación y del talento que me dio Dios. Siento que es una acumulación de muchas cosas, de mi grupo de gente, que me ayudó tanto. Cada vez que represento a EE.UU. y estoy en el podio no es solo por mí y por el país, sino por mis entrenadores, mi equipo, mi familia, mis amigos, todos los que me ayudaron a estar aquí. Y sin dudas es lindo estar en la conversación sobre los más grandes de la historia (GOAT en inglés, Great of all Times). Es raro también, pero está bueno.

-Sos una de las mejores deportistas del mundo, sos referente en salud mental, sos una mujer empresaria, ¿en qué faceta te sentís más cómoda?

-Obviamente en la gimnasia, porque fueron 22 años de entrenamiento. De todos modos recién me estoy metiendo en el mundo empresarial, aunque aprendí mucho de mi madre, que tuvo varios geriátricos, que ahora maneja un gimnasio, y aprendí de todos. Aprendo de todos. Pero siempre estoy cómoda en mi malla.

-¿Hay algún movimiento que te quede por conseguir?

-Tengo cinco de ellos que llevan mi nombre, los Biles, y tenía uno que quería concretar si llegaba a ser finalista en barras asimétricas en París. El Wilderfull. Iba a ser nombrado con mi nombre también si lo lograba. Pero no ocurrió y está bien igual, tengo más de lo que hubiera soñado. Y me siento bien, estoy contenta.

Simone Biles y el poder de creer

Biles generó una verdadera revolución desde que se conoció la noticias de que estaría en el país. Este miércoles comenzó su actividad en la Ciudad: primero fue recibida por el jefe de Gobierno, Jorge Macri, quien resaltó que ella es un ejemplo de esfuerzo y superación, y luego tuvo lugar la charla con el periodista Cecilio Flemati y la especialista en salud mental Yolanda Sosa. Pese a las miles y miles de solicitudes que recibieron los organizadores, fueron 350 los privilegiados que pudieron escucharla a pocos metros. Entre el público hubo varios referentes del deporte argentino: la campeona olímpica Paula Pareto, la ex-arquera de las Leonas Belén Succi, el ex-capitán de la selección de handball Andrés Kogovsek, el gimnasta medallista panamericano y mundial Daniel Villafañe y el capitán de Boca, Edinson Cavani, quien después le regaló su camiseta. Otros nueve mil lo harán este jueves en la clínica que dará a jóvenes talentos en el Parque Olímpico de Villa Soldati.

Biles, dueña de 11 medallas olímpicas y 30 mundiales (23 de ellas de oro), se mostró “tal cual es”, según ella misma se definió, porque contó: “Todo lo que soy está en línea” (de alguna manera posteado en redes sociales) y eso encantó a los oyentes, muchos de los cuales no querían irse hasta que se escurriera la última posibilidad de acercarse a la norteamericana (fallidas en casi todos los casos), cuidada y seguida muy de cerca por la organización y su equipo de trabajo, incluido su entrenador francés Laurent Landi. “La llegada a Buenos Aires ha sido fantástica, hemos saludado a muchos fans”, contó Simone, que de inmediato arrancó las primeras risas cuando dijo que comió “un bife más grande” que su cabeza en una conocidísima parrilla de Palermo que encontró por TikTok y que disfrutó de tomar vino.

SIMONE BILES LLEGÓ A LA CIUDAD

Para brindar una charla y clínica de gimnasia el próximo miércoles 8 y jueves 9 de octubre. pic.twitter.com/KTaDx4xC2K

— Deportes BA (@DeportesBA) October 7, 2025

La audiencia que la siguió hoy conocía su historia de memoria: Biles conoció el que sería su mundo casi de casualidad, en un gimnasio a los 6 años, esperando que pasara una tormenta que, de no haber llegado, no la hubiera visto entrar ahí junto a otros huérfanos a los que había que entretener en esa salida. Se puso a imitar lo que hacían otras gimnastas y de inmediato le hicieron saber que no era “normal” ni tener esas habilidades ni esa fuerza para esa edad. Una cosa llevó a la otra y, tras no tener idea de qué eran unos Juegos Olímpicos, empezó a soñar con ellos (“Yo solo quería hacer gimnasia para ganarme una beca en la Universidad”, dijo). Habló de sus inspiraciones, de lo que considera el legado de su carrera y, por supuesto, de la salud mental, el tema que ella puso sobre la mesa en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (en 2021) cuando se bajó de la competencia para protegerse, tras sufrir twisties y cuando todo el mundo esperaba verla cosechando récords de medallas.

“Decidí hablarlo allí porque todo el mundo mira los Juegos Olímpicos y había gente que estaba experimentando ya estas cosas producto del Covid-19”, dijo. Y remarcó esa cruz con la que ella misma cargó: “No hay que sentir vergüenza, una persona que habla de esto es una persona fuerte, con coraje”. Reconoció sus peleas con el querer ser “perfecta” y contó que después pudo valorar mostrarse tal cual, con sus vulnerabilidades y defectos. “La salud mental sigue siendo un gran estigma. Hay que hablar, uno lo necesita y lo merece”, reflexionó y dijo contó cómo se reinventó entre Tokio y los Juegos Olímpicos de París, a los que volvió el año pasado para volver a llevarse las lunes.

Por estos días no se entrena, porque considera que tras el desgaste de París el cuerpo necesita descanso, recomponerse e igualarse con la salud psíquica. “Actualmente no estoy entrenando, es importante que la salud física coincida con la mental, por eso me fue bien en París, estaban al mismo nivel pero también quería darme un descanso para que mi cuerpo se recupere”. Al final, le preguntaron lo que ella ya sabía que le iban a preguntar: “¿Estará en los Juegos de Los Angeles 2028?”. Tras la risa y la expectativa llegó la respuesta: “No sé cómo voy a estar, voy a ir de alguna manera, para competir o para estar en la hinchada”.

Biles, que llegaría a esa cita olímpica con 32 años (algo muy inusual en una gimnasta), sabe que el mundo del deporte espera por ese “sí”, pero también aprendió del camino recorrido y del bumerán que pueden significar esas dos letras. Sobre el final, le mostraron fotos en una pantalla y le pidieron que dijera algo. De Taylor Swift, de su marido Jonathan Owens, de sus padres. Pero fue la primera la que la sorprendió: Lionel Messi con la camiseta argentina. “Sé que es fútbol. Es un ícono, una leyenda y también empezó un movimiento. Sé quién es”. No lo nombró y salió brillando de la jugada, como dando un giro en el aire. Perfecta. A lo Simone Biles.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/gimnasia/simone-biles-en-buenos-aires-quiero-que-me-recuerden-por-romper-estigmas-por-forzar-los-limites-nid08102025/

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