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Se puso de novia para olvidar a su gran amor y 20 años después le trajo un dilema: “Ese recuerdo lo llenó de vergüenza”

Hace un tiempo, Valentina recibió un mensaje que la descolocó. Una de sus mejores amigas le comunicaba que estaría de visita por Buenos Aires y que tenía ganas de festejar su cumpleaños númer...

Se puso de novia para olvidar a su gran amor y 20 años después le trajo un dilema: “Ese recuerdo lo llenó de vergüenza”

Hace un tiempo, Valentina recibió un mensaje que la descolocó. Una de sus mejores amigas le comunicaba que estaría de visita por Buenos Aires y que tenía ganas de festejar su cumpleaños númer...

Hace un tiempo, Valentina recibió un mensaje que la descolocó. Una de sus mejores amigas le comunicaba que estaría de visita por Buenos Aires y que tenía ganas de festejar su cumpleaños número 40 a lo grande, `bah, no digo tirar la casa por la ventana, pero sí invitar a todos los viejos amigos de la vida´, le dijo. Hasta allí, nada extraño. Su amiga, Sofía, vivía hacía años en Italia y a Valentina le parecía lógico su deseo de reunir a todos los seres queridos que pudiera, ponerse al día, recordar otros tiempos.

El problema llegó en el siguiente mensaje. Decía que tenía muchas ganas de invitar a Tomi -excompañero de colegio de ambas y gran amigo de Sofía- pero que él le había dicho que no sabía si iba a estar en el festejo: `Dice que le da vergüenza verte por lo que te hizo en el pasado, que no se atreve a mirarte a los ojos´.

Un parche muy especial para un corazón roto: “Por ahí pasa todo el problema”

Corría el año 2002 y los últimos meses del secundario creaban una atmósfera de euforia y melancolía. Y Valentina, a su vez, tenía el corazón roto. Se había enamorado perdidamente de Nico, un chico muy atractivo del colegio con el que había iniciado un fuerte vínculo en un campamento del verano pasado y que le propuso que fueran novios. Había sido un verano intenso que para Valentina terminó en tragedia. Tras unos meses de un noviazgo que ella creía idílico, él se alejó sin explicaciones, dejándola con una sensación de vacío y tristeza que le costó años superar: “Nico fue mi primer amor, puro inocente, pero donde entregué mi corazón”, confiesa hoy al recordar su pasado. “Estuvimos poco tiempo, pero me enamoré perdidamente, imaginé un futuro juntos, algo que solo me volvió a pasar muchos años más tarde”.

Tomi apareció en el camino de Valentina para disfrazar su dolor. En ese último año de secundario, cada estudiante había elegido su orientación y a muchos les habían tocado compañeros nuevos de clase. Tomi y Valentina se conocían de vista, pero jamás habían frecuentado ni una palabra hasta entonces. A ella de inmediato le despertó interés, ante todo por un motivo: era morocho, atlético, se parecía mucho a Nico, su gran amor.

“Poco a poco nos acercamos, a los dos meses éramos novios y fuimos a la fiesta de egresados juntos”, cuenta Valentina. “La historia con él me sirvió para tratar de olvidarme de Nico, pero la verdad es que solo fue un parche, a pesar de que con Tomi viví mi primera vez en el amor. De hecho, por ahí pasa todo el problema de esta historia”.

El primero en el amor y otra desaparición: “Al comienzo no me preocupé”

El colegio había terminado, Valentina ya había cumplido los 18 años y, ante el mundo, su relación con Tomi era seria y marchaba viento en popa. Estuvieron juntos durante más de un año, donde compartieron buenos momentos con amigos, tiempos en los cuales Valentina y Sofía -amiga desde la infancia de Tomi- se hicieron íntimas. La joven pareja exploró su relación con adrenalina y cuidado mutuo; juntos escribieron un hito en su historia: ser el primero en el amor en la vida del otro.

Un nuevo verano llegó, Valentina -ahora estudiante de la UBA- se fue de vacaciones con amigas a la costa, mientras que Tomi se fue junto a su familia al campo. Tal vez fue por la euforia de la juventud, de los días estivales con una independencia hasta entonces desconocida, que la joven en un comienzo no notó la ausencia de comunicación de Tomi: “Eran otros tiempos, pero ya había varios canales de comunicación, teníamos celulares, mail y estaba en auge el Messenger. Iba cada tanto al cibercafé para chequear mails y chatear con otros amigos, y de él, nada, pero al comienzo no me preocupé”, revela.

Pero hacia el final de las vacaciones, el silencio fue llamativo. Valentina le había escrito y él no había contestado. Decidió entonces contactar a un amigo, quien le dijo que Tomi había estado muy enfrascado en ciertos asuntos familiares. Ya de regreso de su estadía en la costa, Valentina insistió, pero su novio seguía desaparecido: ahora ya no estaba preocupada, sino enojada. “Hasta que un día, ya a finales de febrero, apareció en la puerta de la casa de mis padres. Me pidió perdón y me dijo que no podíamos seguir más juntos”.

Realidades paralelas: “Ese recuerdo lo llenó de vergüenza”

Valentina repasó el mensaje de su amiga Sofía, y tras rememorar su pasado, volvió a escuchar el sonido de una notificación: `Tal vez sería bueno que hables con él para romper el hielo, dejar en claro que todo está bien, así los dos pueden estar en mi cumpleaños´.

Una vez más, la mujer quedó paralizada frente a las palabras. Hacía décadas que no pensaba en Tomi, nunca había estado enojada con él realmente, y lo que más le impactaba era darse cuenta de cómo una misma vivencia puede transformarse en mundos y cargas diferentes para las personas.

“Es tan extraño”, reflexiona Valentina hoy. “Él creyó que había sido el tipo más cretino del mundo por ser mi primer hombre en el amor y desaparecer después por tanto tiempo. Con los años, ese recuerdo lo llenó de vergüenza. Y sí, yo me enojé en ese momento, y entiendo que no estuvo bien, pero en casi todo el vínculo había sido cuidadoso. Me enojó porque desapareció de manera similar a Nico, sin coraje para hablar y decir de frente qué sentía y qué le pasaba”.

“Pero hay otra verdad: yo nunca estuve enamorada de él, por eso no me lastimó realmente. Con Nico sí sentí un dolor profundo, a él lo sentí como mi primer gran amor, a pesar de que las cosas no fueran más allá en la intimidad. A veces no es eso lo que más nos marca...”, continúa ella. “Pero nunca podría contarle esto a Tomi para que no se sienta culpable, ¿o sí? No podría decirle que está todo bien porque en realidad nunca lo amé, sino que estuve con él porque me hacía acordar a otra persona”.

Si querés contarle tu historia a la Señorita Heart, escribile a corazones@lanacion.com.ar *

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/se-puso-de-novia-para-olvidar-a-su-gran-amor-y-20-anos-despues-le-trajo-un-dilema-ese-recuerdo-lo-nid07112025/

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