Salud mental, crisis emergente
Hoy la humanidad celebra haber visto decaer el riesgo de vida, con mayor longevidad promedio y pronósticos aún más favorables hacia adelante. Lo que podrían ser buenas noticias se ven opacadas ...
Hoy la humanidad celebra haber visto decaer el riesgo de vida, con mayor longevidad promedio y pronósticos aún más favorables hacia adelante. Lo que podrían ser buenas noticias se ven opacadas por realidades que simultáneamente plantean nuevos problemas: los trastornos de salud mental también crecen, junto con la mortalidad de adolescentes y adultos jóvenes, mayormente por suicidio, consumo de alcohol y drogas.
La prestigiosa revista The Lancet publicó recientemente su informe sobre Carga Global de Enfermedades (GBD, por sus siglas en inglés) a partir de datos de más de 200 países correspondiente a 2023, tal como venía haciendo desde 1990 hasta 2021 cuando el Covid se convirtió en la primera causa de muerte global. Para 2023, este ocupaba el vigésimo lugar, dando paso a la enfermedad cardiovascular isquémica y al accidente cerebro vascular como las principales causas de muerte.
El estudio destaca que dos tercios de los enfermos del mundo padecen males crónicos como los asociados al corazón y la diabetes, con marcado crecimiento de problemas de salud mental. Las tasas de enfermedades no transmisibles aumentan rápidamente en países de ingresos bajos y medios. La transición epidemiológica de enfermedades infecciosas a enfermedades no transmisibles debe ser motivo urgente de preocupación, señalan.
La colaboración entre países y las alianzas multisectoriales han permitido reducir la cantidad de años perdidos por discapacidad asociada a infecciones respiratorias, tuberculosis, deficiencias nutricionales y enfermedades infecciosas. Sin embargo, la tendencia positiva presenta marcadas diferencias y riesgos según zonas geográficas y está amenazada por los recortes de más de un 50% entre 2021 y 2025 en asistencia sanitaria que reducen, por ejemplo, la vacunación en enfermedades prevenibles. Mencionan que el Banco Mundial reconoce 39 países, 19 de ellos de África, considerados frágiles y afectados por conflictos, por lo que demandan recibir acceso a paquetes de servicios sanitarios básicos. La violencia sigue segando también millones de vidas.
En cuanto al aumento de las muertes, particularmente en América del Norte y América Latina, están muy ligadas al crecimiento de la ansiedad y la depresión en los jóvenes. El análisis de las causas es motivo de debate y controversia, cuando para algunos se asocian con los efectos de la pandemia, la vida digital y el uso y abuso de la tecnología.
“La salud mental debe ser tomada más seriamente a nivel global” advierte el reporte. La muerte y la discapacidad, asociadas tanto a la ansiedad como a la depresión, han evidenciado los mayores incrementos desde 2010, con crecimiento de un 63% y un 26% respectivamente. Y el Alzheimer es una de las 25 causas de impacto sobre los años de vida ajustados por discapacidad (DALYs por sus siglas en inglés) detrás de la cirrosis y las enfermedades crónicas del hígado.
Este informe es el más vasto observatorio epidemiológico a nivel mundial pospandémico, pues realiza el seguimiento sobre la mortalidad y discapacidad en diferentes países, con aperturas por sexo, edad y ubicación, lo que lo torna una herramienta valiosa de análisis y planificación. Queda así claramente expuesto que las actuales políticas sanitarias no responden a las inquietantes tendencias en este campo y que los países deberán adaptar sus políticas y sistemas de salud a las nuevas prioridades. Quienes afrontan los mayores riesgos y son más difíciles de alcanzar enfrentan importantes barreras. Las organizaciones de la sociedad civil, destaca el informe, se vuelven esenciales ante los recortes presupuestarios para llegar a los más vulnerables con servicios de salud. Por todo esto, asistimos a lo que definen como una “crisis emergente” que no puede desatenderse.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/editoriales/salud-global-post-pandemia-nid10112025/