Reseña: La curva del tiempo, de Diana Bellessi
“África/ de mi infancia hoy vuelta la arcadia/ de una isla soleada, real al mediodía”, dice Diana Bellessi (Zavalla, 1946) en La curva del tiempo (FCE, 2025), su último libro. Y puede que l...
“África/ de mi infancia hoy vuelta la arcadia/ de una isla soleada, real al mediodía”, dice Diana Bellessi (Zavalla, 1946) en La curva del tiempo (FCE, 2025), su último libro. Y puede que la sabana (con esos elefantes que, según la poeta, afirman “que en la/ potestad del mundo somos los mayores/ y más fuertes sobre la línea frágil/ que separa el sueño de la vigilia” o la jirafa, que describe como una “aparición/ del amarillo y el negro/ por las hendiduras/ del Ngorogo”) ya no les digan nada a las generaciones que crecen en un mundo hiper monitoreado, pero para los y las hijas del siglo XX, África, China y también el Amazonas eran la cima de lo exótico, el viaje soñado e imposible.
Hacia allá va Bellessi o más bien hacia allá vuelve. Visitar esos paisajes implica el regreso a la maravilla de los territorios imaginados en la infancia. El poema entendido como ráfaga, como relampagueo de una imagen es puro presente. Y ese presente evoca el tiempo ritual del que habla Octavio Paz en El laberinto de la soledad (1950): a través del rito la tribu trae el pasado y lo hace presente, lo vuelve a vivir. Curvar el tiempo es eso: torcer esa linealidad que la poeta conoce y acepta (“volverme gusano/ primero”, dice, “y disolverme después”) pero de la que, gracias al poema, no queda presa.
“Los que llegan al poema no sirven para nada”, escribe con ironía en una de las prosas del libro, “salvo para treparse a una nube o nadar en aguas bravas”, pero con la capacidad de celebrar el mundo. África entonces como el territorio de lo exótico –y del exilio poético de Arthur Rimbaud, de su silencio– pero también como aquello que ya es familiar: “isla mía, África sin fin”, dice refiriéndose a la isla del Delta en la que vive, y más adelante: “vengo de la islita/ donde graznan las gallinetas/ y canta un churrinche con su chururuí/ chuí chuí como un tenor de las pampas”.
Bellessi es una gran poeta lírica, una cantora. La música de estos poemas responde a un oído muy entrenado ya, al trabajo con la repetición, la acentuación de los versos, los diminutivos y los signos de exclamación (solo los de cierre, como Juanele Ortiz).
Hay también cierto estilizado barroquismo. Enumeraciones, poemas de estructura circular, la mención a Santa Teresa y a “Juancito de la Cruz”, el uso del oxímoron como en los poemas dedicados al mes de agosto, “principio y fin del largo invierno”.
Bellessi practica el misticismo de lo pequeño: en la muerte de un cascarudo puede ver la propia. Funda su poesía en aquella “pequeña voz del mundo”, de la que habla en su libro de ensayos La pequeña voz del mundo (2011, Caballo Negro, 2023). Pero siempre da el salto a lo universal: en este libro pareciera ser a un Dios que es también “verde creador del mundo” y al que, como los místicos barrocos, también le canta.
La curva del tiempo
Diana Bellessi
Fondo de Cultura Económica
66 páginas
$ 16.000
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/ideas/resena-la-curva-del-tiempo-de-diana-bellessi-nid16082025/