Renovación mental
Todos tenemos creencias. Y cuanto más tiempo las mantenemos, más las percibimos como verdaderas. Si una persona de treinta años se ha repetido durante toda su vida: “A mí nunca me sucede nada...
Todos tenemos creencias. Y cuanto más tiempo las mantenemos, más las percibimos como verdaderas. Si una persona de treinta años se ha repetido durante toda su vida: “A mí nunca me sucede nada bueno”, esa idea adquiere rigidez y se encuentra “afectivizada”. Por eso, una vez que alcanzamos la madurez, es necesario revisar con cierta frecuencia nuestras creencias y realizar una limpieza mental. Ninguno de nosotros es la misma persona que era hace diez años. Pero ¿cómo podemos nutrir nuestra mente para lograr tener el tipo de pensamientos que nos permitan avanzar?
Una de las formas es mediante la renovación de nuestra mente. Esta consiste en una transformación interna, es decir, de adentro hacia afuera. Comer sano, por ejemplo, es un cambio interno que suele mejorar nuestra salud. Lo mismo ocurre con los pensamientos, incluso cuando no somos conscientes de ello.
Para renovar mi mente, tengo que reemplazar mis ideas negativas (que me traen resultados negativos) por ideas positivas que me traigan cambios positivos.
En este punto, resulta fundamental comprender que se trata de un proceso indispensable para comenzar a disfrutar de una vida mejor. Recordemos que nuestra alma, que funciona como nuestro centro de control emocional, está constituida por la mente, la voluntad y las emociones. Todos los seres humanos nos renovamos a diario y llevamos dentro una porción de “luz” y otra de oscuridad. Por lo tanto, debemos permitir conscientemente que la luz venza a la oscuridad, para que nuestras creencias antiguas puedan ser reemplazadas por otras nuevas que nos nutran. Una mente renovada es, invariablemente, la que nos conduce al crecimiento y la expansión.
La mayoría de las personas batallamos a diario contra nuestros propios pensamientos. Precisamente por eso, porque renovar la mente puede llevarnos años, ya que es un proceso que no ocurre de la noche a la mañana, sino de forma gradual. En este camino, es crucial ser pacientes y amorosos con nosotros mismos.
También es crucial considerar el contexto en el que se generan nuestros pensamientos. La palabra “contexto” significa, literalmente, “con texto” o “junto a un relato”. Sin embargo, al referirnos a nosotros mismos, solemos reducir nuestra historia a una sola línea: “Me pasó esto porque siempre fui así, y ya no voy a cambiar”. De este modo, olvidamos el contexto completo y nos leemos de forma fragmentada e inexacta. Pero, sin duda, todos podemos cambiar.
Como suelo decir: todo cambio comienza en la mente. No nos impongamos límites, no caigamos en la rigidez, ni nos comparemos con los demás. Nuestras circunstancias varían, y cada individuo es único e irrepetible. Celebremos nuestras diferencias y dediquémonos a renovar la mente, alimentándola con los mejores pensamientos.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/renovacion-mental-nid02112025/