Reforma fiscal: cuando el dinero se mueve como internet
A fines de julio de 2025, legisladores estadounidenses vinculados a la regulación de stablecoins (Genius Act) vinieron al país para entender cómo funcionan cripto y blockchain en economías emer...
A fines de julio de 2025, legisladores estadounidenses vinculados a la regulación de stablecoins (Genius Act) vinieron al país para entender cómo funcionan cripto y blockchain en economías emergentes.
No fue una visita casual: confirmó que la Argentina ya es un caso testigo de adopción e innovación, donde estas tecnologías dejaron de ser un concepto abstracto para convertirse en herramientas de uso cotidiano tanto para empresas como usuarios.
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Ese escenario vuelve inevitable una pregunta de política pública: ¿acompañar este cambio con estrategias innovadoras o intentarlo bajo esquemas tradicionales? En materia fiscal, empezar por querer recaudar, sin entender primero cómo funciona, puede salir muy caro a todos.
En otras palabras, a veces el “manual” tradicional conlleva que más presión no se traduzca automáticamente en mayor cumplimiento. Hay evidencia al respecto.
1. La lección incómoda: cuando las reglas empujan hacia afueraEn 2019, Dinamarca implementó un régimen informativo para plataformas de criptoactivos (PSAV) buscando más transparencia. Sin embargo, un estudio reciente del EU Tax Observatory encontró un resultado inesperado: más del 90% de los contribuyentes con ingresos cripto no los declaró.
El dato es todavía más elocuente cuando se abre por niveles: en el 10% más pobre, la evasión fue del 95%; en el decil más rico, del 86%. Y hubo otra reacción inmediata: muchos usuarios migraron a plataformas extranjeras, fuera del alcance del Fisco danés. Eso es arbitraje regulatorio en estado puro: no se trata de “mala moral”, sino de un ecosistema donde el límite real es técnico, no geográfico.
La conclusión es incómoda, pero útil: los instrumentos tributarios del siglo XX fallan cuando el dinero se mueve como internet. Y si esto ocurre en un país con alta capacidad estatal, ¿qué podemos esperar en países donde fiscalizar ya es difícil incluso en lo tradicional?
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2. ¿Por qué colapsan las categorías tributarias de siempre?Los activos virtuales están transformando profundamente las estructuras económicas, los patrones de ahorro e inversión, y las formas de intercambio de valor. Su crecimiento desafía los fundamentos sobre los cuales se construyeron los sistemas fiscales del siglo XX: la existencia de intermediarios formales, la trazabilidad bancaria, la localización geográfica y la obligación de reportar.
Tecnologías como blockchain permiten realizar transacciones entre pares, en forma directa, global, seudónima y sin intervención de terceros. En este nuevo entorno, conceptos como “residencia fiscal”, “territorio”, “retención en la fuente” o “base imponible” pierden eficacia operativa.
La técnica tributaria enfrenta enormes desafíos para definir qué constituye un hecho imponible en el ecosistema de los activos virtuales. La pluralidad de usos, como medio de pago, inversión financiera, activo intangible o token utilitario, exige una clasificación jurídica y económica aún en construcción.
Desde el punto de vista de las administraciones tributarias, el panorama es igual de complejo. La descentralización, el pseudoanonimato y la volatilidad de valor hacen que la detección y fiscalización de estas transacciones sea técnicamente difícil y costosa.
Incluso con el involucramiento de los exchanges centralizados (PSAV), los mecanismos de reporte enfrentan limitaciones debido al carácter global y deslocalizado del ecosistema cripto.
3. Otras enseñanzas de la experiencia danesaLa experiencia danesa permite observar cómo los contribuyentes responden a nuevas reglas en un entorno de disrupción tecnológica. El estudio destaca además que:
Los inversores son jóvenes, hombres, con carteras digitales diversificadas y menos riqueza promedio que los inversionistas tradicionales.Existe una horizontalidad en la tenencia de criptoactivos: el 43% de los titulares pertenece al 50% más pobre de la población.El incumplimiento es generalizado y no distingue niveles de ingreso.La migración hacia plataformas extranjeras fue inmediata y sostenida, revelando que el límite real es técnico, no legal ni moral.Esto refuerza la necesidad de que la política fiscal se anticipe, se adapte y priorice la legitimidad por sobre la coerción o la recaudación de corto plazo.
En países como la Argentina, Brasil o México, la adopción de criptoactivos es elevada, pero las capacidades institucionales son más frágiles. En estos contextos, replicar modelos impositivos tradicionales puede generar un doble fracaso: baja recaudación e inhibición del desarrollo tecnológico.
Allí donde la percepción de riesgo es baja y los recursos de fiscalización son escasos, las soluciones deben ser creativas y adaptadas. Requieren diálogo multisectorial, cooperación internacional y, sobre todo, un cambio en el enfoque estratégico.
4. Una fiscalidad prematura puede ser, además de ineficiente, regresiva y contraproducenteLas dimensiones técnicas (definición del hecho imponible) y administrativas (recaudación) son necesarias, pero insuficientes para analizar el fenómeno de los criptoactivos.
Es indispensable un enfoque previo: una nueva política fiscal que incorpore variables sociales, tecnológicas y económicas. Esta política debe reconocer que los criptoactivos:
Están democratizando el acceso a servicios financierosGeneran empleo y formación en sectores de alta demandaOfrecen una oportunidad para reducir la brecha de inclusión financieraHasta tanto se consolide un marco regulatorio claro y consensuado, proponemos:
Exclusión legal y transitoria del hecho imponible: que las tenencias, ingresos y transferencias de activos virtuales queden excluidas de los principales tributos durante un período temporal considerable.Creación de un observatorio fiscal, multisectorial, con participación pública, privada y académica, encargado de generar datos, informes y propuestas normativas.Estas medidas permitirán el desarrollo del ecosistema regulado, mientras comprendemos su lógica y dinámica, casos de uso y mejores estrategias en materia fiscal y extrafiscal.
La política fiscal se debe razonar con lógicas del siglo XXI. La economía digital plantea nuevos desafíos, pero también nuevas oportunidades. Blockchain, tokens y plataformas descentralizadas no son un fenómeno marginal: son una advertencia estructural. Si el sistema impositivo no se adapta, quedará desbordado o deslegitimado.
La fiscalidad de los criptoactivos debe basarse en análisis estratégico, evidencia y legitimidad, no en automatismos ni mera coerción. No se trata de eximir por convicción ideológica, sino de postergar la imposición para no asfixiar una tecnología incipiente, hasta comprenderla mejor.
El autor es director de Compliance y Asuntos Públicos en Lemon