Recorrió los 196 países del mundo, le sacaron el pasaporte, estuvo en tribus y entre gorilas: “No me arrepiento ni un minuto”
“Que privilegiado me siento de haber podido cumplir el gran objetivo de vida que me había propuesto. Algo que siempre pensé que iba a ser imposible y que era más un norte que un objetivo real....
“Que privilegiado me siento de haber podido cumplir el gran objetivo de vida que me había propuesto. Algo que siempre pensé que iba a ser imposible y que era más un norte que un objetivo real. Pero con el tiempo, ese sueño fue poco a poco estando más cerca y siendo, quizás, alcanzable. Una misión que me hizo salir de mi zona de confort más de lo que se imaginan".
Con mucha alegría, felicidad y la satisfacción de haber cumplido el gran anhelo de su vida, hace unos días Ramiro Cristofaro (33) compartió estas emocionantes palabras en su perfil de Instagram y así dejó plasmado en las redes su gran proeza: terminar la larga excursión por los 196 países reconocidos por la ONU. Y agregó:
“Un objetivo que me hizo ir a los rincones más remotos del planeta, un sueño que me expuso a riesgos muy grandes. Pero una aventura de la que no me arrepiento ni un minuto de mi vida. Algo que me hizo ir a lugares que nunca hubiese elegido si no hubiese sido por esto. Y, por lo tanto, me puso al límite que me llevó a vivir al 200% y me regaló encuentros y momentos que los guardo para siempre! ¿Será el día más feliz de mi vida?”
¿Cómo empezó la aventura?La pasión por viajar empezó a rondar su cabeza a los 14 años cuando participó en CISV, campamentos que se hacen en diferentes países a los que concurren delegaciones de chicos de la misma edad de 10 países con el objetivo de “formar ciudadanos globales activos, comprometidos con la paz y el entendimiento intercultural”.
A partir de ese momento comenzó a gestarse el gran sueño. El primer paso fue realizar un Working Holiday (programas que otorgan visados que permiten trabajar y viajar por un tiempo en un determinado país) por EE.UU. en el que trabajó de mozo en la zona de la pileta de un hotel en Florida por 90 días. Después, formó parte de un programa similar durante seis meses en Nueva Zelanda, donde se desempeñó como recolector de frutas (cerezas, manzanas, arándano) para luego trasladarse al sudeste asiático.
“Hice otro Working Holiday en Australia por un año, fui a la ciudad Alice Springs en el medio del desierto a trabajar de chef, unas 70 horas por semana, pero ahorraba mucho lo que me permitió viajar por varias zonas del mundo” (islas de Oceanía, Escandinavia, Europa del este, Medio Oriente y norte de África).
Tras esas fascinantes experiencias, Ramiro realizó una campaña de Marketing con una web de turismo para ir desde las Cataratas del Iguazú, en la Argentina, a Cataratas del Niagara, en Canadá. “Yo trabajaba en esa empresa, renuncié e hice un acuerdo con su CEO para promocionar diferentes destinos de América con el objetivo de llegar al país número 100. Conseguí alianzas con muchas cadenas hoteleras e hice un viaje por las islas del Caribe y América cubriendo todos los mejores destinos turísticos del continente. Fueron poco más de 90 días que incluyeron cruceros, sobrevuelos en avioneta por Belice y helicóptero por Iguazú, y terminé quedándome varado en Manaos (amazonas brasilero) por problemas con una aerolínea local. La idea era promocionar destinos, hoteles y tours por América. Hice todo esto junto a un amigo (Jeremías) e íbamos subiendo todo el contenido a la web de la empresa”.
“Me confiscaron el pasaporte por 4 días”Para ese entonces, año 2019, Ramiro ya había conocido 100 países y se animó a ir por más: visitar los otros 96 que le faltaban para cumplir su gran sueño.
Cuando ya había recorrido 105 conoció a su novia, Clara, y decidieron, en forma estratégica, ir a Europa aprovechando la accesibilidad y el bajo costo de las tarifas aéreas y terrestres.
“Estuve en todos los países de África, pero tuve experiencias curiosas en algunos de ellos. Me metí con tribus muy alejadas de la civilización en Sudán del sur, me deportaron de Djibouti, me confiscaron el pasaporte por 4 días en Níger. Estuve cuando quisieron voltear al presidente en Esuatini, crucé la ruta más corrupta del mundo en Nigeria, pero fui a safaris impresionantes en Botswana. Acampamos en carpa en Namibia, me metí con los gorilas en la República Democrática del Congo. Un continente que te saca mucha energía, pero te devuelve momentos y contactos con la naturaleza que no conseguirás en ningún otro país”, describe Ramiro.
Posteriormente recorrió Mali, Burkina Faso, República Centroafricana, Chad y Níger. Sin embargo, uno de los últimos países que le quedaban tachar en su mapa mental era Corea del Norte, que hacía más de cinco años estaba cerrado al turismo. Pero Ramiro se las ingenió y logró ingresar como “atleta amateur” para correr una maratón. “Fue el único momento en el que dejaron entrar a extranjeros. La experiencia de correr allí fue impresionante, aunque no sea corredor. Después tocó entrar a Sudán (hace menos de un mes) en medio de una guerra civil y con una facción tirando drones militares a la ciudad donde nos alojábamos”.
Un original festejo por el sueño alcanzadoDesde que Ramiro se planteó este gran objetivo, supo que quería terminarlo en América del Sur. Y, junto a Clara, eligió Venezuela, un país que superó todas sus expectativas. Destaca, entre otras cosas, la manera en que la gente se ayuda en las calles y se preocupan unos por otros. “Fuimos a Canaima, el Amazonas venezolano, donde está el Salto del Ángel (la cascada más alta del mundo). Estuvimos cinco días durmiendo en hamacas, entre cascadas, lagunas, tapires, monos, papagayos. Fue impresionante la experiencia. Cuando llegué ahí, todavía no caía que había visitado todos los países del mundo, disfrutaba por estar en Venezuela, pero creo que no era consciente del logro”.
El momento en el que Ramiro tomó conciencia de lo que había alcanzado fue cuando organizó una fiesta con toda su familia y muchos de sus amigos que viajaron especialmente a Barcelona. “Reservamos un bar e hicimos una fiesta de disfraces donde la gente se vestía con ropa de diferentes países. Ver tantos amigos con tan buena energía, felices por el logro y viendo todos los momentos que compartí con cada uno de ellos, fue espectacular. No puedo explicar la felicidad que sentí en ese momento, fue la forma de terminar que siempre quise”.
Ahora que cumpliste el objetivo ¿Cómo va a seguir tu vida? ¿Dónde vas a vivir?
No lo tengo claro, quiero unos meses para bajar un poco la pelota, bajar el ritmo de vida, tratar de entender todo y, más que nada, disfrutarlo porque fue un proyecto de más de 10 años. Probablemente, después emprenda en el mundo de los viajes.
¿Hubieras podido hacer esto sin el apoyo Clara?
Claro que no, ella también estuvo siempre, viajó a muchos países solo para acompañarme porque si era por ella no los hubiese elegido. Se bancó viajes largos míos estando separados por muchas semanas y siempre al tiro del cañón. La número1. El último país también lo hicimos juntos y eso fue espectacular, compartir ese cierre juntos no tiene precio.
Un mensaje para la gente que por diferentes motivos no se anima a ir tras sus sueños...
Que se animen, que salten a lo desconocido. El momento perfecto nunca llega y si lo esperan, no lo van a hacer nunca. Hay que lanzarse y el camino se va haciendo durante el recorrido.