Qué significa saludar con la mano a los conductores cuando ceden el paso, según la psicología
Los seres humanos emiten diferentes gestos a lo largo del día, la mayoría por impulso y sin tener en cuenta que detrás de ellos ...
Los seres humanos emiten diferentes gestos a lo largo del día, la mayoría por impulso y sin tener en cuenta que detrás de ellos puede revelarse un profundo secreto que define su personalidad. Para entender un poco más al respecto, algunos psicólogos y expertos en gesticulación no verbal analizaron uno de los más comunes, cuando un individuo cruza una calle y saluda en forma de agradecimiento a los conductores que le permiten el paso. Enterate a qué se debe esta reacción.
Puede que parezca un acto mínimo e ínfimo, pero esconde ciertos rasgos identitarios de cómo un sujeto se relaciona con su entorno y con los demás. La gratitud es una de las manifestaciones más satisfactorias tanto para quien lo hace como para quien lo recibe. El cerebro libera endorfinas, como la dopamina y la serotonina, que causan bienestar en el cuerpo, reducen el estrés y provocan placer.
Qué significa que una persona agradezca al conductor de un auto cuando le cede el paso en la calleAquellos que repiten este gesto bien intencionado y extienden su mano hacia los automovilistas para cruzar por el paso de cebra, se caracterizan por ser personas optimistas, con un sentimiento de positividad en sus proyectos a futuro. Entienden que en la vida ocurren también cosas malas, pero prefieren enfocar su energía en eso que les genera bienestar.
Aunque sea un intercambio breve con un desconocido en la vía pública, demuestra la conciencia y el respeto mutuo de ambos individuos implicados en la escena. Tanto el conductor como el peatón experimentan un instante de plenitud, en el que se confirma el hecho de ser un ciudadano responsable y atento para con el otro.
Manuel Vázquez-Marrufo, catedrático del departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Sevilla, dijo a BBC Mundo que la gratitud desencadena el sistema de recompensa en el cerebro, pero que no todos lo experimentan de la misma manera, ya que cada persona está marcada por su subjetividad.
“Posiblemente, grandes pilares de la neurotransmisión como la dopamina, la serotonina, estarían implicadas en el proceso de experimentar gratitud”, confirmó el experto.
Además, el gesto de decir “gracias” de manera verbal o con la mano, implica la activación cerebral que permite prestar atención al entorno. Es una prueba de que el individuo está inmerso en la rutina diaria, pero aún es capaz de comprender que vive en sociedad y que cada acción para con un otro tiene una reacción, siendo positiva o negativa de acuerdo al contexto en que se desarrolle.
La gratitud espontánea está asociada al bienestar emocional y a la reducción ante la reactividad de situaciones tensas, pero un exceso de este gesto puede causar efectos negativos en la amígdala, como dolor, nerviosismo e irritación.
La empatía es otra cuestión que entra en juego al momento de agradecer. En un mundo donde la vorágine impide profundizar con los sujetos desde las emociones, quienes saludan al conductor al cruzar la calle, tienden a concebir la existencia de un ser humano igual a él, por lo que valora y respeta el gesto de darle el paso.
Esa pequeña escena puede catalogarse como una reciprocidad de la vida común, que para muchos pasa por alto, pero que sirve de ejemplo para enseñar que los humanos son seres sociales y necesitan un intercambio pacífico para entenderse.
Por último, un estudio de agradecimiento que realizó Michael E. McCullough, de la Universidad de Miami, según el artículo de BBC Mundo citado anteriormente, demostró los beneficios de decir “gracias”. “Puede disminuir la presión arterial, mejorar la función inmunológica, mejorar el sueño, reducir el riesgo de depresión, ansiedad y trastornos por abuso de sustancias”, indicó el experto.