Qué dijo Gustavo Grobocopatel tras la crisis de la empresa
El apellido Grobocopatel es una marca indeleble en la historia del campo argentino, aunque el presente de la compañía que lo hizo célebre es otro. En medio del concurso de acreedores que la firm...
El apellido Grobocopatel es una marca indeleble en la historia del campo argentino, aunque el presente de la compañía que lo hizo célebre es otro. En medio del concurso de acreedores que la firma Los Grobo Agropecuaria enfrenta desde febrero, la voz de su fundador reaparece para analizar las causas que llevaron a uno de los emblemas del sector a su mayor crisis.
¿Qué dijo Gustavo Grobocopatel sobre la crisis de Los Grobo?En su libro “Desde el campo”, escrito junto a la periodista Luciana Vázquez, Gustavo Grobocopatel admite el impacto de la situación. “Sufro por la empresa, sufro por los productores, por toda la gente que fue perjudicada por estos errores”, confiesa en una entrevista con LA NACION. El empresario atribuye el colapso financiero a un factor determinante: la demora en una capitalización de los accionistas que debía concretarse en diciembre de 2024.
“Eso estaba decidido, había un proceso, se aprobó, y los accionistas estábamos todos dispuestos a incorporar capital. Pero se retrasó algunos meses, y eso trajo la crisis financiera”, recuerda. Grobocopatel apunta a la complejidad de los acuerdos entre los inversores como una de las razones del retraso.
“Uno puede llamarlo burocracia, pero también son parte de los procesos cuando hay mucha gente que pone dinero en algo y hay que ponerse todos de acuerdo”, agrega. Según su relato, “esa lentitud le costó la crisis a Los Grobo”.
Cuáles fueron las causas de la deuda de la compañíaLa deuda de la empresa, según detalla en su libro, se acumuló durante un tiempo en un contexto donde los resultados operativos no alcanzaban para reducirla. La situación se agravó por una combinación de factores externos que golpearon el negocio de producción agrícola, basado en gran medida en tierras alquiladas. Entre ellos, destaca tres años de sequía, la caída de los precios internacionales y el impacto de las retenciones.
Este modelo de producción, explica, es muy frágil y depende de que múltiples variables resulten favorables. “Cuando eso no pasa, el margen desaparece y la deuda se vuelve inmanejable”, alerta. Este escenario adverso, sumado al retraso en la inyección de capital, generó un “círculo vicioso” que derivó en el concurso de acreedores.
Sus consideraciones sobre el modelo de negociosGrobocopatel defiende el modelo de la compañía a pesar del desenlace: “No me parece que el modelo de negocios esté errado. Si la capitalización hubiese llegado en tiempo y forma, estaríamos en presencia de una empresa que resistió la crisis”, asegura. Para él, el futuro del agro reside en organizaciones flexibles, apalancadas en tecnología y alianzas, sin la carga de activos fijos que limitan su escala.
La salida de la familia del control de la empresa fue, de hecho, una decisión planificada hace dos décadas. “El proceso que hicimos fue orientado a que sucediera lo que sucedió. No el tema de la crisis financiera, claro”, aclara. El objetivo era dar libertad a las nuevas generaciones para que no estuvieran “condenadas a manejar una empresa hecha por sus padres o abuelos”.
¿Cómo lo afectó la situación en lo personal?El empresario reconoce el profundo impacto personal de la crisis. Relata que recibe llamados constantes de productores, algunos para reclamar sus pagos y otros, también afectados, para expresarle su desconcierto. “Me llaman para decirme: ‘No sé cómo será mi futuro sin Los Grobo’”, cuenta.
Frente a esta realidad, su principal preocupación es la reparación del daño. “Para mí, lo más importante es pagarles a todos, pero especialmente, a los productores. Mi alma no va a estar tranquila hasta que se pague el último peso a los productores y proveedores”, afirma de manera contundente en el libro.
Mantiene una visión optimista respecto a la capacidad de la firma para salir adelante. “Creo que la empresa va a revertir la situación y va a poder cumplir”, sostiene. Grobocopatel, quien junto a su hermana Matilde conserva el 10% de la compañía, concluye que la historia de la firma servirá como un caso de estudio. “Los Grobo es un caso que se va a estudiar por lo bueno y por lo malo. Estará ahí para aprender e inspirarse a la hora de tomar decisiones o prestar atención a contingencias riesgosas”, concluye.
Este contenido fue producido por un equipo de LA NACION con la asistencia de la IA.