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Por qué consumimos alimentos dulces cuando estamos tristes o estresados, según especialistas

En momentos de tristeza, ...

Por qué consumimos alimentos dulces cuando estamos tristes o estresados, según especialistas

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En momentos de tristeza, ansiedad o estrés, muchas personas recurren a los dulces como una forma de consuelo. Según explican los expertos, esta conducta tiene raíces tanto biológicas como emocionales.

El psiquiatra Javier García Campayo, del Hospital Miguel Servet, explicó que el acto de comer frente a una emoción negativa —como la tristeza o el estrés— tiene un origen ancestral. “Cuando los seres humanos éramos cazadores y recolectores, no comíamos todos los días. Solo cuando cazábamos grandes animales, y como la carne se echaba a perder pronto, había que comerla enseguida”, señaló.

Con el paso del tiempo, esa asociación entre abundancia y bienestar se mantuvo. “Incluso ahora identificamos las fiestas, como bodas o cumpleaños, con la comida. Es la forma habitual que tenemos de alegrarnos”, añadió el especialista. En otras palabras, comer se convirtió en una expresión social y emocional de recompensa.

Tres consejos efectivos para manejar la ansiedad

El azúcar, en particular, tiene un papel especial en este proceso. García Campayo explicó que su efecto euforizante y energizante lo convierte en un “refugio” rápido frente a los bajones emocionales. Sin embargo, advirtió que este alivio es solo aparente: “Esa subida de energía por la glucosa es rápidamente regulada por el páncreas, lo que provoca un ‘bajón’ que nos lleva a buscar más dulce, generando un círculo vicioso”.

Este patrón, conocido como hambre emocional, no responde a una necesidad física sino a una búsqueda de consuelo. “No comemos por hambre ni por necesidad energética, sino para sentirnos mejor”, explicó el psiquiatra. En esta dinámica interviene la dopamina, la hormona de la recompensa, que refuerza la sensación de placer momentáneo. Estudios citados por Cuídate Plus indican que hasta un 50 % de las personas con obesidad mantienen una relación emocional con la comida, lo que derrumba el mito de que el exceso de peso es solo un problema de fuerza de voluntad.

Comer con atención plena: una herramienta contra el hambre emocional

Comer una porción de chocolate de vez en cuando no es un problema. El riesgo surge cuando la comida se convierte en la vía principal para manejar emociones difíciles. Frente a ello, García Campayo propone una estrategia basada en el mindful eating, o alimentación consciente, una práctica que invita a reconectarse con las sensaciones del cuerpo y a reconocer cuándo se come por hambre real y cuándo por impulso emocional.

“Solo hay que estar sentados observando el proceso de comer”, señaló el experto. Esta observación comienza antes de probar el primer bocado: identificar si se tiene hambre física o si se busca aliviar la ansiedad o el enfado. Luego, durante la comida, se trata de prestar atención a los olores, sabores y texturas. “El mindful eating implica percibir la masticación y comprobar cómo surgen los sabores en la boca. No hace falta contar las masticaciones, pero sí notar que la comida está suficientemente triturada antes de tragar”, añadió.

De acuerdo con estudios recientes citados por Cuidate Plus, quienes practican esta técnica suelen mejorar su digestión, reducir los niveles de ansiedad y desarrollar una relación más equilibrada con los alimentos. Además, el incremento de la atención plena “protege contra el estrés, la depresión y la ansiedad, y potencia fortalezas como la curiosidad, la aceptación y las conductas prosociales”, concluyó García Campayo.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/en-las-redes/por-que-consumimos-alimentos-dulces-cuando-estamos-tristes-o-estresados-segun-especialistas-nid31102025/

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