Peter Lanzani: por qué lo detuvieron en Ushuaia, qué le falta para hacer el film de Luca Prodan y cómo es su nuevo proyecto
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Juan Pedro “Peter” Lanzani es un espíritu libre y vive con el mismo compromiso una superproducción cinematográfica que hacer una obra de una cooperativa teatral del circuito off de Calle Corrientes. Se mueve sin prejuicios entre diversos mundos: en él maridan la popularidad con la rebeldía, la elegancia con la bohemia. A punto de reestrenar una adaptación de una obra de Henrik Ibsen, de 1800, el actor sueña con dar a luz una película basada en la vida de Luca Prodan.
En una terraza porteña, Lanzani cruza las piernas, acomoda una mesita ratona para que no se mueva, come un sándwichito de miga y ajusta sus anteojos estilo Lennon mientras el sol acaricia su barba y sus cabellos arremolinados. Ahora sí, ya está listo para hablar con LA NACION.
La vida de Lanzani no reside solo entre flashes y aplausos. Lanzani vive solo y dice disfrutar de sus momentos de introspección: le gusta tener tiempo para “fantasear” con ideas y producciones desde la tranquilidad de algún rincón de su casa. Además de la quietud, Peter valora el encuentro. Se define, ante todo, amiguero. Y es que sigue en contacto con sus compañeros del colegio, con los de rugby, con los elencos de las tiras de Cris Morena que protagonizó y con colegas de aquí y allá. Ahora mismo, justo antes de empezar la entrevista con LA NACION, ultima los detalles de un asado “con un amigo que viene de México”.
—Volvés al teatro con un clásico de Henrik Ibsen...
—¡Sí! El Emperador Gynt es una obra basada en El Peer Gynt de Ibsen. Yo interpreto a Pedro Gint, que es el protagonista de la obra. Lo atravieso a lo largo de toda su vida. Hago un Pedro de 15 años, uno de 40 años y otro de 70. Y además, también interpreto otros personajes, en total son 14. Es un personaje muy fantaseador y soñador como yo, pero con aristas mucho más oscuras que yo no las tengo, por suerte. La autoría de la obra estuvo en manos de Franklin Caicedo y Lito Cruz, mientras que la dirección está a cargo de Julio Panno. Esto no es un musical, pero tiene música en vivo, Jazmín Kendikian Manoukian, una piba joven que la rompe toda en el piano.
—Pareciera ser una tendencia, Guillermo Francella en Homo argentum interpreta 16 personajes y vos en esta obra a 14...
—Sí, hay un montón de películas que utilizan ese recurso que es muy interesante. Hay una que se llama Fragmentado del director Night Shyamalan, con James McAvoy y con nuestra querida actriz argentina internacional que ahora se me fue el nombre...
—Anya Taylor-Joy.
—¡Sí! También hay una versión de Macbeth en teatro de este estilo. Un unipersonal en el que se interpretan varios personajes... ¡La Habitación Macbeth de Pompeyo Aubert! Es espectacular.
—Te movés de un lado a otro: un día te levantás en los Oscar, otro día en un unipersonal del circuito alternativo...
—Sí. Este es un proyecto en cooperativa y es un trabajo que vamos haciendo entre todos muy a pulmón. Vamos todos a bordereau, ganamos según las entradas que se vendan. Para mí el teatro es un lugar lúdico para poder experimentar y poner el cuerpo en movimiento. Me permite un encuentro con el público que si bien en las series y el cine lo tenés, siempre es distinto encontrarte cara a cara.
—Te sentís igual de cómodo en lo comercial que en lo alternativo...
—Es que tuve la posibilidad y la suerte de haber hecho cosas masivas, musicales, obras de texto, producciones de cine grandes y chicas. Fui pasando por todos lados.
—Te gusta estar tanto delante como detrás de cámara...
—Sí, un poco todo. Soy medio productor, medio guionista, medio director. Siempre tengo ideas y cuando tengo un hueco pienso en qué es lo próximo que quiero hacer. Me gusta aprender de nuevos rubros. Hace no tanto terminamos de escribir con Martín Fisner y Martín Caamaño una película, la de Luca Prodan. Estamos todavía buscando financiación. El guion ya lo tenemos, pero es difícil de producir porque es una ópera prima cara. No está tan sencillo encontrar dinero ni acá ni en otros lados porque necesitamos una coproducción en Italia. Igual yo estoy seguro que vamos a llegar a puerto.
—¿Vos serías el director de la película?
—Además de guionista y actor sería codirector con Martín Fisner. Si bien va a estar ficcionalizado, es un proyecto alejado del mundo de las biopics. La idea no es contar hecho y derecho cómo fue sino más bien tratar de encontrar la profundidad del personaje y cómo se relaciona la vida de Luca Prodan con una época social y económica en Roma, en Inglaterra y en la Argentina. No sé si decir que es un proyecto de culto, pero está lejos de encantar a un mundo comercial.
—¿Qué es lo que te atrajo de Luca Prodan para querer escribir una película sobre él?
—Siempre me copó su música y me fui metiendo en su mundo. Cada vez me gustan más sus temas, sus letras, después incursioné en su vida previa y tuve la posibilidad de charlar con gente que lo conoció y no necesariamente por Sumo, sino antes de toda su vida en la Argentina y me fui encantando con él como persona. Me voló la cabeza toda esa década de los 70 que vivió en Inglaterra y por Europa curtiéndose de unas bandas que hoy casi no existen. Pero, a la vez, imagínate, que iba a ver a Floyd en vivo, a Bob Marley, David Bowie, estamos hablando de una cuna y de un estilo de música que hoy son míticas. La idea no es centrarse tanto en el hito de Sumo sino en cómo Luca componía sus canciones y en cómo eran sus relaciones personales.
“Algo juntos”, en el Sur—En este último tiempo además de la escribir la película de Luca Prodan estuviste en el Sur por un documental y te robaron los equipos, fuiste preso por vandalizar una pared...¡Te pasó de todo!
—Fuimos al Sur en auto con unos amigos por un documental artístico sobre pintores, grafiteros del grupo No me baño. Es un mundo que a mí me parece interesante ¡Son unos pintores estupendos! Pintan cuadros al óleo, murales, esculturas... El documental nació fácil. “Hagamos algo juntos. Dale”, “¿Qué hacemos? Vamos a Usuahia", “¿Cómo? En auto." “¿Cuándo? En Marzo". Fue así, nos fuimos un mes bien a lo guapo. Yo terminé haciendo sonido, dirección, producción, cámara y ahora estoy editando.
—Imagino que fueron parando en distintos pueblos, ¿cómo fue esa experiencia?
—Sí, fuimos frenando en diferentes lugares. Siempre nos reciben bien. Hubo un lugar en El Bolsón en el que había una señora no nos dejó pagar jamás una comida porque estaba encantada con nuestro viaje. Nosotros no sabíamos cómo agradecerle, la verdad que nos fuimos encontrando con gente en el camino que nos fue tirando una vibra del amor maravillosa. El arte de alguna manera u otra despierta esas vibras. Hubo un soldador que nos dio una mano para soldar una escultura... ¡Y terminó haciendo su propia escultura!
—¿Qué pasó que terminaste detenido?
—Estaba grafiteando en un chapón de un lugar abandonado medio en refacción y nos agarraron, y claramente es algo ilegal, no se puede hacer, no teníamos permiso. Después descubrimos que podíamos llegar a haberlo tenido, pero nos mandaron un rato a la cucha.
—Ya tuviste tus problemas con la ley al mejor estilo estrella de Hollywood...
—Sí, me falta la foto nomás . Mucha gente allá se quedó un poco ofendida y entiendo el porqué. No todos están muy de acuerdo con la vibra del grafiti y entiendo que hay gente que pudo sentir que su pueblo estaba siendo atacado.
—¿Tuvieron que pagar una multa?
—Sí, pagamos una especie de fianza. Eso por lo menos estuvo lindo porque esa plata fue a una ONG. Lo que pensamos fue: “Por lo menos esto va a hacer feliz a alguien”.
—Después les robaron los equipos...
—Sí, después nos robaron. Por suerte, pudimos recuperar el material que para nosotros era muy preciado. Si el documental no saliese en ningún lado nosotros igual sabemos que de alguna manera u otra nos cambió la vida porque pasamos por paisajes preciosos.
—Te gusta mucho la Argentina...
—Me encanta.
—¿Nunca pensaste en vivir afuera?
—No. Alguna vez lo he pensado y hasta coqueteado, me he ido máximo 6 meses a Europa, pero después extraño mucho. Yo por suerte acá tengo la posibilidad de laburar con gente muy grosa, nada que envidiarle a cosas afuera. Tengo a mi familia, a mis amigos, me gusta ranchear con ellos, comer asado. Tengo mi gente acá que para mí es lo primero.
—¿Son tiempos difíciles para la producción audiovisual argentina?
—Siento y espero que nos terminemos de acoplar para poder seguir filmando. La Argentina no es un país barato para filmar, así que hay un montón de cosas en las que hay que aggiornarnos. Muchos se van a filmar a Uruguay con equipo técnico y creativo de acá. La verdad que hay gente muy talentosa en la Argentina y sigue habiendo películas que por más chicas o grandes que sean recorren las plataformas y los festivales del mundo.
Los inicios y la “doctrina del trabajo”—Cuando ves tus inicios en retrospectiva y te ves a vos mismo hoy haciendo cine, a Lali Espósito llenando estadios con su música, a la China Suárez en Turquía, ¿qué sentís? ¿Te lo hubieses imaginado?
—La verdad que de alguna manera u otra sí, me lo imaginaba porque todos fuimos muy trabajadores. A nosotros se nos enseñó mucho la doctrina del trabajo, esto de mantener los pies sobre la tierra y de hacernos valer por nosotros y por la gente que nos rodea. No me sorprende y me alegra muchísimo el momento que vamos teniendo con mis colegas o la gente con la que me voy cruzando a lo largo de mi carrera.
—Las tiras de Cris Morena generan muchísima repercusión y se mantienen a lo largo del tiempo, ¿seguís recibiendo mensajes por tu participación en Casi Ángeles?
—Siguen a full, me siguen escribiendo. Es una serie que marcó una generación y hoy lo sigue haciendo porque hay mucha gente que lo mira por YouTube. Se consume y a la gente le gustan las canciones. El otro día me pasó una muy loca: fui a una farmacia unos 15 minutos antes que cerrara y cuando voy a pagar aparece una chica y dice: “¡Dios qué ganas de llegar a mi casa y ponerme a ver Casi Ángeles!“. Yo me empecé a reír descostillado pensando que me había visto y que me había tirado un centro para pedirme una foto ¡Pero no! ¡No me había visto! ¡Lo dijo de casualidad conmigo al lado y nos matamos todos de risa! ¡Terminé sacandome fotos con todos los que laburaban ahí!
Para agendarEl Emperador Gynt se va a presentar el 2 y 11 de septiembre en el Teatro Broadway (Av. Corrientes 1155). Entradas a la venta a través de www.plateanet.com