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Pequeña y esencial: la poderosa planta que equilibra el jardín, el cuerpo y la mente

Con sus flores diminutas y su perfume sereno, es una de esas plantas que parecen simples, pero esconden un mundo de beneficios tanto para el cuerpo como para el medioambiente.No sólo alegra...

Pequeña y esencial: la poderosa planta que equilibra el jardín, el cuerpo y la mente

Con sus flores diminutas y su perfume sereno, es una de esas plantas que parecen simples, pero esconden un mundo de beneficios tanto para el cuerpo como para el medioambiente.No sólo alegra...

Con sus flores diminutas y su perfume sereno, es una de esas plantas que parecen simples, pero esconden un mundo de beneficios tanto para el cuerpo como para el medioambiente.

No sólo alegra el jardín con su floración blanca y dorada: también atrae polinizadores, fortalece a otras aromáticas y guarda en sus pétalos una inesperada farmacia natural.

“Es una planta noble, fácil de cultivar y muy agradecida. Cuanto más se la cuida, más florece y más beneficios ofrece”, señala el especialista en aromáticas Álvaro Lamas.

Simple, incluso para principiantes

La primavera es el momento perfecto para sembrar la manzanilla (Matricaria chamomilla). Sus semillas, finísimas, se esparcen sobre la tierra sin enterrarlas demasiado.

Un truco útil —recomienda Lamas— es mezclarlas con un poco de arena para distribuirlas mejor. “Germinan rápido, en poco más de una semana y pueden crecer sin problema tanto en macetas como en canteros soleados.”

El secreto del éxito está en la humedad constante, pero sin excesos. El sustrato debe permanecer húmedo hasta que las plantas desarrollen sus primeras hojas y luego basta un riego moderado y regular durante la primavera y el verano.

Retirar las flores marchitas estimula nuevas floraciones y ayuda a controlar su expansión, ya que la manzanilla tiende a multiplicarse sola.

Trabaja en silencio

Más allá de su fama como infusión, la manzanilla es una aliada del bienestar. Su aroma relajante calma la mente, mejora el sueño y reduce la ansiedad.

En el jardín, actúa como un pequeño ecosistema: atrae abejas y mariposas y favorece el crecimiento de otras especies aromáticas cercanas.

“La manzanilla no solo aporta color; también mejora el equilibrio del jardín al atraer polinizadores. Es una especie que trabaja en silencio”, explica Lamas.

Cosecha y conservación

La mejor hora para cosechar las flores de manzanilla es la mañana, cuando el rocío ya se evaporó y los pétalos están completamente abiertos. Así conservan todo su perfume y sus aceites esenciales.

Para secarlas, se recomienda extenderlas sobre bandejas de malla o papel, en una sola capa, en un lugar aireado y sin sol directo.

La sombra preserva el color y la fragancia, mientras que el exceso de luz puede degradar sus propiedades

Una vez secas, las flores mantienen su aroma durante meses. Guardadas en frascos opacos o cajas de lata, se convierten en un tesoro multifuncional: sirven para infusiones, almohaditas aromáticas o baños relajantes.

Esta planta sencilla propone un ritmo distinto al que estamos habituados. Germina despacio, florece sin prisa y ofrece belleza, aroma y bienestar.

“La manzanilla enseña algo importante: no hace falta mucho espacio ni grandes recursos para generar armonía. Con poco, puede transformar un jardín entero”, resume Lamas.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/revista-jardin/pequena-y-esencial-la-poderosa-hierba-que-equilibra-el-jardin-el-cuerpo-y-la-mente-nid19112025/

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