Nueva Caledonia firma un acuerdo “histórico” y se convierte en un Estado dentro del Estado francés
PARÍS.- Un año después de los violentos enfrentamientos que dejaron una profunda división entre los habitantes de Nueva Caledonia —independentistas y quienes se oponen a la independencia— y...
PARÍS.- Un año después de los violentos enfrentamientos que dejaron una profunda división entre los habitantes de Nueva Caledonia —independentistas y quienes se oponen a la independencia— y que afectaron su relación con Francia, los principales actores firmaron un acuerdo sobre el futuro institucional de la isla.
“Se ha firmado un acuerdo histórico”, declararon los leales no independentistas y la Agrupación en un comunicado, tras varias noches de noche de negociaciones en Bougival, Yvelines, donde se habían reunido desde el 2 de julio. De todas maneras, este pacto no alcanza la independencia que buscan muchos indígenas kanaks.
El documento establece, entre otras cosas, la creación de un “Estado de Nueva Caledonia” dentro de la Constitución francesa. Esto significa que el territorio ultramarino seguirá perteneciendo a Francia, pero sus habitantes tendrán derecho a una doble nacionalidad bajo un régimen especial. En otras palabras, será un Estado dentro de otro Estado, representando los últimos vestigios del pasado colonial francés en el Pacífico y sus ambiciones de influencia global.
Los no independentistas lograron evitar la creación de un “Estado asociado” propuesto por el presidente francés Emmanuel Macron, logrando un compromiso para mantener a Nueva Caledonia dentro de la República Francesa sin fecha límite para su permanencia.
“Ambos bandos, tanto independentistas como no independentistas, debieron ceder para llegar a este pacto”, destacó en Facebook Georges Naturel, senador conservador del partido Los Republicanos en la isla. El documento, llamado La apuesta de la confianza, requiere una reforma constitucional que debe ser aprobada por la Asamblea Nacional francesa.
El acuerdo será sometido a votación por los habitantes de Nueva Caledonia en marzo o abril de 2026. Tras nueve días de intensas negociaciones y firmado en el último momento, el pacto representa una “apuesta por la confianza”. Refleja el compromiso del Estado francés —tradicionalmente muy centralista— y de ambos sectores políticos del territorio para establecer un nuevo estatuto que brinde una “solución duradera”. Además, incluye un plan de reformas económicas, con especial atención al sector del níquel.
Lo más relevante para Francia en este acuerdo es mantener el control sobre un territorio estratégico en el Pacífico, una región donde el país busca tener una presencia fuerte debido a los crecientes conflictos geopolíticos. Esta zona se ha convertido en un escenario central de rivalidades entre Estados Unidos y China.
Manuel Valls, ministro de Ultramar, destacó que se trata de “un acuerdo fundamental para asegurar la estabilidad política y para la reconstrucción económica y social de Nueva Caledonia”. En declaraciones a Le Monde, valoró el “verdadero compromiso y la valentía” de las delegaciones involucradas. Valls lideró las negociaciones desde febrero, las cuales se interrumpieron en mayo en la finca Deva, ubicada en Bourail, Nueva Caledonia, y se retomaron el 2 de julio por iniciativa del presidente Emmanuel Macron. “Lo más complicado está por venir, porque tanto los grupos lealistas como los independentistas están asumiendo riesgos, y aún queda convencer a la población en el territorio”, añadió.
El acuerdo calma los temores de una guerra civil que habían aumentado hace un año, cuando las tensiones crecieron entre la comunidad indígena e independentista, los kanaks, y la comunidad de origen europeo, los caldoches, partidarios de seguir siendo parte de Francia. Esto sucedía en un contexto de gran cantidad de armas circulando y resentimientos acumulados.
El texto crea un “Estado de Nueva Caledonia” dentro de la Constitución francesa, con una estructura institucional única y especial. Este pacto supera las expectativas de los no independentistas, pero al mismo tiempo pone fin a la posibilidad de nuevos referendos o demandas de autodeterminación en el futuro. “El acuerdo está firmado. Un estatuto dentro de Francia, con caledonios que continúan siendo franceses. No habrá más referéndums, salvo el que se realice para aprobar este acuerdo”, afirmó el diputado no independentista Nicolas Metzdorf a la agencia AFP.
Nueva Caledonia celebró tres referéndums sobre su independencia: en 2018 y 2020 ganó el “no” con márgenes decrecientes, y en el tercero, realizado en medio de la pandemia y boicoteado por los independentistas kanaks, el “no” se impuso con un 96% debido a la alta abstención. Según el nuevo acuerdo, el Congreso local, que pasará de 54 a 56 miembros, podrá solicitar la transferencia de competencias soberanas como defensa, moneda, seguridad, justicia y orden público mediante una mayoría calificada y una consulta popular, lo que abriría la puerta a que Nueva Caledonia adquiera un estatuto de Estado miembro en la ONU. Mientras tanto, las relaciones internacionales serán transferidas inmediatamente.
Agencias ANSA y AFP y diario El País