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Murió Udo Kier, el actor de culto favorito de Von Trier, Wenders, Fassbinder y Warhol

Trabajó a las órdenes de Andy Warhol y también con Madonna, sin olvidar a los directores más exigentes del cine de autor europeo e incluso a aquellas películas de vampiros que marcaron el puls...

Murió Udo Kier, el actor de culto favorito de Von Trier, Wenders, Fassbinder y Warhol

Trabajó a las órdenes de Andy Warhol y también con Madonna, sin olvidar a los directores más exigentes del cine de autor europeo e incluso a aquellas películas de vampiros que marcaron el puls...

Trabajó a las órdenes de Andy Warhol y también con Madonna, sin olvidar a los directores más exigentes del cine de autor europeo e incluso a aquellas películas de vampiros que marcaron el pulso del entretenimiento en Hollywood. Así, con una carrera entre el arte y la industria, Udo Kier se transformó en un actor de culto y en un rostro indubitable dotado de una mirada incisiva que colaboró a cincelar varios de los personajes más perversos, terroríficos y grotescos que contribuyeron a edificar su fama y a perpetuar su talento. Su muerte, ocurrida ayer en Palm Springs e informada a la prensa por su pareja -el artista Delbert McBride- deja a sus innumerables fans alrededor del mundo privados de la ilusión de inmortalidad que rodeaba al veterano artista.

Porque Udo Kier, quien al momento de su deceso tenía 81 años, parecía haber bebido la sangre del vampiro que tantos éxitos le brindó en el cine clase B habiéndolo dotado de una infatigable fortaleza y vitalidad. Nunca dejó de filmar. De hecho, en la Semana de Cine de Cannes que se inaugura hoy en Buenos Aires puede verse su despedida del cine como Hans, el extraño exiliado alemán lleno de cicatrices en El agente secreto, de Kleber Mendonça Filho (se exhibe el sábado 29, en el Cine Gaumont), el director brasileño que lo había convocado previamente para Bacurau, y donde su personaje llamado Michael le permitió ganar el premio al Mejor Villano de la Seattle Film Critics Society.

Pero la carrera de Udo Kier en el cine se remontaba a finales de la década del 60, cuando comenzaba su labor en cortometrajes y películas clase B del cine francés, alemán e incluso el italiano, donde actúa a las órdenes de Massimo Franciosa en La stagione dei sensi, junto a Laura Belli y conoce al aún guionista y luego padre del cine de terror italiano Dario Argento. Precisamente él es quien casi una década más tarde lo convoca para dar carnadura al Dr. Frank Mandel de su clásico Suspirira.

Dentro del universo del terror uno de sus primeros trabajos de relieve fue el conde Christian von Meruh en La marca del diablo o Las torturas de la inquisición, protagonizada por Herbert Lom y dentro de la explotation alemana centrada en la caza de brujas del medioevo. Fue su primer contacto rotundo con un cine que iba a definirlo y a necesitarlo, pero aún faltaba la consagración.

La misma llegaría con dos títulos de culto casi desde su mismo rodaje por los nombres involucrados en el proyecto, ya que tanto con Carne para Frankenstein como Sangre para Drácula, la presencia en el proyecto del artista plástico Andy Warhol concitó la atención mundial. Udo Kier protagonizó ambas, en una como el Baron von Frankenstein y en la otra como un agonizante Conde Drácula que sólo puede beber sangre de vírgenes. Fue la consagración del musculoso modelo Joe Dallesandro pero también de Udo Kier, por el cual el realizador Paul Morrisey tuvo que escribir el guion y renunciar a la improvisación tal como era la idea original del proyecto.

Claramente contraculturales, las películas tuvieron enormes problemas con la censura y una clasificación X por los desnudos y la violencia explícita que presentaban. Para Udo Kier significaron convertirse en un actor de culto y nunca dejar de trabajar, además de que a partir de entonces los refinados directores de culto europeos lo harían parte de sus producciones: el húngaro Miklós Jancsó para Rapsodia húngara; Rainer Werner Fassbinder con La tercera generación, Berlín Alexanderplatz, Lili Marlene y Lola, donde no aparece en créditos al igual que en el clip de Madonna: Deeper and Deeper.

En la década que media entre estos trabajos Kier intensifica su labor en televisión y en el cine de terror, en títulos fundamentales como Mi mundo privado, de Gus Van Sant y comienza su labor con otro de sus grandes promotores, el no menos polémico Lars Von Trier con Epidemic, Europa y la serie Medea. Será solo el comienzo de una fructífera unión creativa de varios años que incluye títulos como Contra viento y marea, Bailarina en la oscuridad, Dogville, Melancolía y Ninfomanía.

Entre tanto, Kier trabaja con directores como el alemán Wim Wenders o el checo Ivan Filá, y en paralelo desembarca en Hollywood con Michael J. Fox en la comedia Por amor o por dinero, o con Jim Carrey en Ace Ventura. Ese será el comienzo para que llegue su Dragonetti para Blade: cazador de vampiros, su psicólogo de Armageddon y su rostro para otros universos vampíricos del cine de calidad independiente como La sombra del vampiro o del cine bizarro como Drácula 3000, rodada en Sudáfrica. Su poderoso rostro hacía olvidar si intervenía en un rol protagónico o era una simple aparición: siempre era el poderoso Udo Kier.

Uno de sus últimos trabajos y por el que más premios conquistó fue el de Pat Pitsenbarger para Swan Song, un excéntrico peluquero gay que se escapa del asilo de ancianos donde se encuentra ingresado: “Soy gay y alemán. Asumo que me haya tocado hacer de Hitler”, declaraba al momento de su estreno. En el Festival de Karlovy-Vary, donde lo conoció este cronista, declaraba no poder recordar cuantos papeles de villano le habían tocado en su carrera, pero sí que la había vivido sin autocensuras.

Udo Kier había nacido el 14 de octubre de 1944 en la ciudad alemana de Colonia, a finales de la Segunda Guerra Mundial, donde tuvo que ser rescatado de entre los escombros al ser bombardeado el hospital poco después de su nacimiento.

Criado por su madre, nunca conoció a su padre y tuvo una infancia y juventud como monaguillo y cantor. Se había mudado a Palm Springs, donde encontró la muerte ayer, en 1991 y donde vivía con su pareja y con dos mascotas que adoraba: una tortuga de 103 años llamada Han Solo y su perra, que respondía al nombre de Liza Minnelli. Era el padrino de Agnes, hija de Lars von Trier, y será siempre el poderoso personaje de un mundo alucinado y excéntrico, a veces sediento de sangre, tal los perfiles cinematográficos que quedarán como recuerdo de su enorme presencia y talento.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/murio-udo-kier-el-actor-de-culto-favorito-de-von-trier-wenders-fassbinder-y-warhol-nid24112025/

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