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Murió Coco, el mono carayá rescatado de un placard con el cuerpo atrofiado: por qué su historia nos atravesó y conmovió

“No era más que un zorro semejante a otros cien mil. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo”—El PrincipitoCoco murió ayer. Su pequeño cuerpo contrahecho no pu...

Murió Coco, el mono carayá rescatado de un placard con el cuerpo atrofiado: por qué su historia nos atravesó y conmovió

“No era más que un zorro semejante a otros cien mil. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo”—El PrincipitoCoco murió ayer. Su pequeño cuerpo contrahecho no pu...

“No era más que un zorro semejante a otros cien mil. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo”

—El Principito

Coco murió ayer. Su pequeño cuerpo contrahecho no pudo más, y se apagó. Se fue rodeado de cuidados y amor. La noticia me llegó mientras estaba de viaje. Todo sucedió demasiado rápido. Coco ya estaba cansado y dolorido. Sobrevivía en un cuerpo de 35 centímetros, con sus extremidades paralizadas, pero rodeado de sus amigos animales: Condesa, una pequeña perra rescatada; Anís y Tanya, los gatos, y desde hace un año, Yeico, otro mono carayá con atrofias semejantes. Me gusta imaginarlo ya, en el paraíso de los animales, saltando de rama en rama con otros monos y su cuerpo sano y fuerte.

Coco fue rescatado en 2021 por la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (Ufema) de la ciudad de Buenos Aires durante un allanamiento nocturno, del interior de un ropero, en una casona donde las fiestas y la droga estaban a la orden del día, y de la noche. A las horas, la noticia de este monito carayá completamente deforme estaba en todos los canales de televisión y la sociedad, profundamente conmovida por su historia.

¿Quién podría haber hecho semejante maldad hacia un animal? ¿Por qué? ¿Qué le había sucedido a Coco? El maltrato estaba a la vista.

Unos meses más tarde, una mañana de sol Coco llegó a “Los Galgos”, adonde vivo, traído por Clara Correa, la fundadora de la organización que se hizo cargo de él en un primer momento, la ONG Pájaros Caídos.

Nunca olvidaré esos primeros días de verano. Este monito se acercaba a las ventanas abiertas de par en par, buscando sentir el aire, el sol, los pájaros, el sonido de las hojas: su vida de mono, arriba de los árboles, que nunca jamás podría tener. Y así permanecía durante horas.

Mientras tanto, abogados y organizaciones peleaban judicialmente para que fuera declarado sujeto de derechos y quedara apartado del expediente por tenencia de estupefacientes, así como de quienes lo tenían en esas condiciones. ¿Por qué? Un animal menor en nuestro país es considerado una “cosa” y Coco no tenía siquiera derechos a vivir una vida mejor dentro de su situación. Corría el riesgo de que fuera nuevamente entregado a sus captores.

Finalmente, y gracias al trabajo de mucha gente, fue reconocido como sujeto de derechos y pudo pasar el resto de su vida con nosotros. La foto que sigue a continuación fue tomada el día en el que nos lo comunicaron.

Desde hace veinte años veo, y rescato, animales sufrientes a lo largo de todo nuestro país. Mi objetivo principal fue y es hacer visible este sufrimiento. Desde un primer momento, contra viento y marea, decidí que a través de Coco, esta pequeña bolita negra que había llegado al corazón de cientos de personas, revelaríamos lo que sucede diariamente con los animales silvestres.

Mientras tanto, él gozaba del sol, la comida, las caricias, las sesiones de fisioterapia con Inés, a la que recibía con aullidos de alegría cuando llegaba; y este último año de su compañero Yeico, de su misma especie.

Coco fue el rey de “Los Galgos” y la vida giraba en torno de él. Llegaban desde todos lados con el objetivo de filmarlo y conocerlo. ¿Por qué Coco? Coco fue uno más. Pero fue evidencia de lo que hacemos tantas veces los humanos en nuestra peor versión: apropiarnos de una vida que poseen los animales y para la cual fueron creados. Al interferir, los sometemos a una vida de infierno.

Como los llamaba San Francisco de Asís, nuestros hermanos menores están a nuestra entera merced. Hoy nos toca despedir a Coco, ese cuerpito de 35 centímetros con sus atrofias por la omnipotencia y la crueldad de la que somos capaces los humanos, pero también recordamos el infinito amor y entrega que recibió de parte de miles de personas en estos cuatro –demasiado cortos– años.

*La autora es presidenta de la Fundación Zorba

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sociedad/murio-coco-el-mono-caraya-rescatado-de-un-placard-con-su-cuerpo-atrofiado-por-que-su-historia-nos-nid14072025/

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