Matías Rossi y Santaigo Urrutia, el binomio que lideró el 1-2 de Toyota en los 200 Km de Buenos Aires del TC2000
La sonrisa de satisfacción de Matías Rossi reflejaba mucho más que la victoria. La respiración profunda, al hablar, un síntoma de desahogo, alivio, descarga. Con el triunfo rompió el hechizo,...
La sonrisa de satisfacción de Matías Rossi reflejaba mucho más que la victoria. La respiración profunda, al hablar, un síntoma de desahogo, alivio, descarga. Con el triunfo rompió el hechizo, la sequía de diez años sin treparse a lo más alto del podio en los 200 Kilómetros de Buenos Aires, la tradicional carrera que organiza el TC2000 y que tuvo como escenario el autódromo Oscar y Juan Gálvez. La última celebración antes de que el Coliseo porteño ingrese en una etapa de obras, que se extenderán por un año, con el regreso del MotoGP como primer objetivo y la ilusión de, en un par de calendario como tiempo mínimo, pulsear por la vuelta de la Fórmula 1.
El abrazo del Misil con el uruguayo Santiago Urrutia, el piloto invitado que hacía su quinto intento por coronar con un triunfo, resumió la tarea de equipo que se necesita para consumar la obra: entendimiento dentro y fuera del auto, asociación con los mecánicos, consonancia con los ingenieros para debatir la puesta a punto, las posibles estrategias, determinar en qué ventanas podía ensayarse el cambio de pilotos, la recarga de combustible y si era una opción reemplazar el neumático delantero izquierdo… Toyota Gazoo Racing se destacó en la faena y el 1-2, con el binomio Emiliano Stang-Antonino García como escolta, reveló que el modelo Corolla Cross GR-S está un paso por delante del resto en la era de las SUV en la categoría.
Protagonistas desde el shakedown del viernes, la prueba de clasificación posiblemente resultó el pasaje menos cómodo del fin de semana para el binomio Rossi-Urrutia. Cuartos, la diferencia con el auto que señaló la pole –Leonel Pernía-Ignacio Montenegro (Honda ZR-V)- fue de apenas 319/1000. El charrúa, que compite en el campeonato de la FIA TCR World Tour y el TCR South América, enderezó el rumbo en la primera parte de la carrera, con la victoria entre los pilotos invitados, que se desarrolló el sábado: el parcial tenía su propio valor, porque era el episodio de apertura de una novela que se completó el domingo y, además, determinaba el orden de la grilla para las 42 vueltas, o una hora de competencia, con la que se cerraba el festival automovilístico.
De una carrera con condiciones de pista húmeda a otra con piso seco, modificar la puesta a punto del coche resultó una tarea que los mecánicos desarrollaron y la estructura que lidera Darío Ramonda demostró su altísima capacidad para ofrecer dos autos competitivos, con las mismas chances de firmar la victoria.
La mayor distancia la imponía el orden de largada: Rossi-Urrutia lo hacía desde la mejor ubicación, mientras que la fórmula Emiliano Stang-Antonino García debía remontar desde el penúltimo y 16° puesto, tras ser perjudicados en una carambola que desató José Malbrán (Toyota Corolla) -golpeó al auto de Juan Ignacio Teske (Toyota Corolla Cross) y éste al de García-. En la carrera, se evidenció la paridad de las herramientas: Stang se hizo cargo de la largada y dejó a García para el segundo acto. Tres veces ganador en el año, el crespense atacó, escaló en el clasificador y cedió el mando con el auto en la tercera posición.
La carrera tuvo múltiples golpes de escena. El primero, el cambio de circuito, ya que se estipuló que sería en el N°9, pero la categoría, a través de un comunicado, informó que la actividad pasaba al Circuito N°8, “por motivos de fuerza mayor en base al análisis del Departamento Técnico y Deportivo… Lo recopilado en la adquisición de datos relacionado con el sistema de lubricación de motores, sumado a la excesiva fuerza G lateral, velocidad final, grip del nuevo neumático y potencia de los nuevos vehículos, resulta recomendable para evitar problemas de performance cambiar el circuito…”.
El incidente de la primera vuelta que dejó en el camino a Stang-García –el crespense llegó a la cita a un punto del líder del campeonato, Rossi-, la imposibilidad de tomar parte de la largada por el accidente del sábado de la alineación conformada por Marcelo Ciarrocchi-Juan Ignacio Teske, las deserciones por inconvenientes mecánicos de los autos de Nicolás Traut-Carlos Guttlein (VW Nivus) y el rápido abandono de Ignacio Montenegro, el piloto invitado del campeón Pernía-no logró girar en su auto en carrera-, impactos para un parque automotor que sigue siendo escaso y que no da señales de recuperación.
La prolijidad de Urrutia para liderar hasta que el equipo determinó que era el momento para que Rossi tomara las riendas -apenas pasada la ventana de 15 minutos de carrera, tiempo que habilitaba a ejecutar el repostaje de combustible y el cambio de pilotos, maniobras que debieron realizarse por separado, en diferentes detenciones-, y la regularidad que argumentó el Misil para sostener los tiempos de vuelta y no pasar sofocones ante los ataques que insinuó Franco Vivian (Chevrolet Tracker) –recibió el auto en el segundo puesto, tras una formidable actuación del invitado Rafael Morgenstern- y más tarde García, quien en la parte final de la carrera señaló por la radio problemas de temperatura en la pedalera, las razones que aseguraron el éxito.
“La de ayer no contaba como victoria y esto es algo que hace mucho tiempo quería lograr. Me emocioné en el final, porque hacía tiempo que no ganaba y me voy muy contento por el gran trabajo que hizo todo el equipo”, apuntó Urrutia, que recordó que tiene una foto con Rossi en una de las visitas que hizo el TC2000 al circuito urbano de Punta del Este. “Estuvo muy metido y aportando en todo momento. Entendió que había que pensar en el campeonato, no tuvo ningún error y su manejo fue impecable. En esta carrera el conjunto se luce mucho más, por eso destaco el trabajo de todos los mecánicos, de los ingenieros, con el de los pilotos”, señaló Rossi en la transmisión de Carburando.
Rossi adentro, sale Urrutia tras completar su stint en los #200KmBA del Campeonato Argentino de TC2000 YPF INFINIA.@SuperTC2000 @ypfoficial #YPFInfinia #EnergiaArgentina #TC2000 pic.twitter.com/OEOhG1BUuh
— Carburando (@CarburandoTV) September 28, 2025Un desquite para el binomio Rossi-Urrutia, que en 2019 terminó en el tercer puesto, y una revancha para el Misil, que no tuvo fortuna en sus intentos junto a su amigo José María Pechito López. Una década pasó del último festejo del quíntuple campeón del TC2000, aunque aquella segunda vez celebró en Toay, con Gabriel Ponce de León; en el Coliseo porteño se había impuesto en 2006, con el suizo Alain Menu, con Chevrolet. La estadística reflejará que la marca japonesa no celebraba en el Gálvez en la tradicional carrera de la categoría desde 2010, con el binomio Bernardo Llaver-Mauro Giallombardo.
“Diez años después el tiempo empieza a pasar”, cantaban Los Rodríguez, aunque a Rossi le quedan balas en la cartuchera.