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Martín Páez Roth: por qué no mira las películas de su madre y cuál es el “delirante” proyecto que lleva adelante

Prefiere el detrás de cámara. A ...

Martín Páez Roth: por qué no mira las películas de su madre y cuál es el “delirante” proyecto que lleva adelante

Prefiere el detrás de cámara. A ...

Prefiere el detrás de cámara. A Martín Páez Roth no le interesa subirse a un escenario ni sonreírle a los flashes. Con semblante tranquilo, al joven no lo desvela ni el glamour de su mamá, ni la popularidad de su papá. Sin embargo, el mundo artístico no le fue ajeno y hoy, a los 26 años, se destaca como productor de la industria del entretenimiento.

En los años ochenta, sus padres -Fito Páez y Cecilia Roth- pasaron incontables noches de fiesta en Paladium con anécdotas que, advierte, “no se pueden contar”. Más de cuatro décadas después del furor de la icónica discoteca, a Martín se le ocurrió montar de regreso a esa pieza clave de la cultura nocturna y musical de Buenos Aires donde se maridaban vanguardias artísticas, performances audaces y shows en vivo. El primogénito de la expareja decidió producir desde la “media sombra” una nueva versión de Paladium que desembarcará en Vorterix el 17 de octubre y conversó con LA NACION sobre sus proyectos.

—¿Cómo nace la idea de retomar Paladium, a 40 años de su apertura?

—A mí siempre me gustó resaltar partes de la cultura y creo que con todo lo que están haciendo los artistas nuevos se está perdiendo un poco lo viejo. En la última fiesta hubo gente de 18 años y también de 70. La gente de 18 salía y decía: “Wow, no conocía nada de esta música”.

—¿Qué público convoca la fiesta Paladium hoy?

—Sigue el viejo público de Paladium, los que tenían 20 en pleno furor de la fiesta y que ahora tienen 60, 70. Vienen padres con sus hijos y hasta abuelos con sus nietos.

—¡Es rarísimo para una fiesta nocturna!

—Sí, es raro, pero hay mucha gente que iba a Paladium que hoy quiere mostrarles la fiesta a los nietos.

—Cuando se te ocurrió volver a lanzar la fiesta, ¿te imaginabas eso o pensabas apuntar sólo a un público joven?

—Paladium fue una discoteca histórica y sabíamos que iba a haber un público vigente, pero no sabíamos que ese público vigente iba a traer a toda la familia.

—¿Cómo fueron las repercusiones? ¿Recibiste muchos comentarios del estilo: “Esto no es como antes, como en los viejos tiempos”?

—Es que no es como en los viejos tiempos. porque antes se podía hacer cualquier cosa y Paladium era una disco muy zarpada.

—¿En qué sentido? ¿En cuanto a drogas?

—No, eso es lo de menos. Había muchas performances que hoy no se podrían hacer. Nosotros tenemos una compañía de circo que va a todos los eventos y se encargan de hacer las performances, pero bueno, había cosas que hoy si las hacemos vamos presos a todos. Cosas que no deberían hacerse 40 años después, entonces estamos tratando de adaptar lo que sí se puede. Había una performance que era muy buena con una cabina de teléfono. La cabina tenía un vidrio arriba, entonces vos te metías y había una mina que te hablaba. Y bueno... Lo dejo a tu imaginación.

—Lo dejo a tu criterio...

—Lo dejo a tu criterio. Después no sé, había otras performances de gente teniendo sexo.

—Eso no pasa en la de ahora.

—Ahora estamos bien. Estamos pensándolo.

—Ah, lo están pensando...

—Sí, la cabina de teléfono va a estar seguro el año que viene, pero hay mucha adaptación porque en estos 40 años se pasó de la era analógica a la digital. Hoy en Paladium seguimos en la era analógica: es todo analógico. La música es solo vinilo y no se pasa música grabada, entonces también mantenemos cosas de la vieja Paladium. Es una regla que hay desde que agarramos la licencia que hay que respetar.

—¿Cómo se manejan con los celulares?

—Estamos pensando para el año que viene una fiesta sin celulares.

—La fiesta en el momento que surgió era muy transgresora. ¿Qué es lo transgresor hoy?

—Lo transgresor es estar en este proyecto. Somos un equipo de laburo enorme atrás de la fiesta, no soy yo solo, y creo que es un desafío adaptarlo a lo moderno. Hay géneros de música que están directamente prohibidos en la fiesta.

—¿Como cuáles?

—El reggaetón, chau. Trap hay, pero el de antes de los 2000. Mucho Eminem. Por ahí reggaetón va a sonar el año que viene algo de Daddy Yankee, pero viejo, no cosas actuales. No suenan los músicos nuevos ni van a sonar porque la idea es otra propuesta musical, y lo transgresor justamente es eso.

—¿Sos melómano?

—Somos todos un equipo de laburo que le gusta mucho la música. Somos music lovers, todos los de la oficina. Por eso me gusta hacer esto. Agarramos la licencia sabiendo lo que era y no hubiese hecho otra fiesta de otra índole.

—Era arriesgado...

—Era un delirio, cuando les llegó la propuesta no me contestaban porque pensaban que era mentira.

—A la fiesta la conociste por tus padres, imagino...

—Mi padre iba y grabó videoclips en Paladium. Muchos artistas tocaron y grabaron ahí. Se hicieron cosas muy importantes a nivel cultural en Paladium en esa época.

—Vos lo mamaste un poco en tu casa...

—Sí, y Francisco Novick, que es el hijo de uno de los dueños, tuvo que hacer el documental para enterarse qué era porque los padres no querían contarle porque era muy zarpado.

—Tu papá sí te contó cosas sin problemas...

—Sí, mi papá me contó todo sin problemas, mi madre también y creo que ahí empieza el interés por Paladium.

—¿Hay alguna anécdota graciosa de tus viejos en Paladium?

—Todas que no se pueden contar.

—La edulcorás un poco...

—No, no. Pasaban muchas cosas...

—¿Y ahora con el regreso de la fiesta bajo tu producción ellos van a apoyarte?

—Yo no los invito, pero aparecen (risas). Es que, a ver, era el boliche al que iban todos. Estaba El cielo de Poli Armentano, que era más cheto, y esto que era más under. Más trash under.

—Martín, mantenés un perfil bajo. ¿No te gusta figurar, verdad?

—No, no me gusta.

—¿Estás sufriendo con esta entrevista?

—No, no (risas). Me amigo de a poco. Hago cosas muy puntuales.

—¿Sos muy tímido o es que te agobió la fama de tus padres?

—Soy muy tímido y me gusta caminar tranquilo en la calle. No me gusta que me conozcan, pero cada tanto no está mal.

—Sirve para el negocio pero no querés “subirte” a ningún apellido...

—Justamente el laburo que elegí es detrás de escena. Entonces, ¿qué le importa al que va a la fiesta quién la está produciendo? Vas a una fiesta, compras una entrada, te dejás ver y fin.

—Pero sabés que el apellido te puede ayudar con la publicidad...

—Obviamente que sí, por eso el nombre de la productora (Páez Roth Entertainment). Yo soy la cabeza, pero sin el equipo de laburo no llegamos ni a la esquina.

—¿Vos le pediste a tus padres que resguarden tu perfil?

—Sí, ellos me lo piden también. Siempre fue así. De hecho, nada, me dicen “hacé lo que quieras”, pero bueno, siempre toda la vida me tratan de resguardar, me parece bien y trato de mantenerlo. A mi hermana Margarita, como es actriz, le gusta mostrarse y a mí me gusta estar atrás, escondidito.

—¿Nunca en tu vida te planteaste ser músico o actor?

—No. No, ni loco.

—¿Ni loco?

—Lo de actor lo estoy pensando. Algunas cosas tal vez más adelante me gustaría hacer.

—¿En teatro o cine?

—No, teatro no, lleva mucho tiempo. En cine.

—¿Te gustaría trabajar en algún proyecto artístico con tu familia?

—Se están gestando algunas cosas, algunas películas para producir el año que viene.

—¿Cómo fue tu infancia?

—De muchos viajes, claro.

—¿Y eso te pesó alguna vez?

—Conocí gente muy copada y me gusta mucho moverme. Soy nómade y creo que viene de ahí.

—¿Te independizaste muy chico?

—Definime “independizarse”...

—Definilo vos...

—A los 16 empecé a trabajar, a los 19 me fui a vivir solo.

—¿Porque eras muy rebelde?

—No, porque mi casa era un quilombo y yo quería estar tranquilo (risas); siempre había música y gente. Me gusta estar solo y tranquilo. Te cuento algo más: no me gusta ver las películas de mi mamá, prácticamente no vi ninguna.

—¿Te pone incómodo?

—No me gusta, no sé, se arma algo raro entre lo que es mi mamá como mamá y mi mamá actriz.

—¿Cuáles fueron las películas de ella que sí viste?

—Ni me acuerdo.

—¡Negado total! (risas)

—¡Es que no me gusta! Y ya está, no voy a verlas. Ella quiere que la vea, pero es algo ya establecido para mí y que no va a pasar. Es más, si sale una película de ella por ahí hablo con algún amigo para que me diga qué tal y recién ahí la llamo a mi mamá y le digo: “¡Mamá estás hermosa en la película!“, pero porque es lo que me dijeron los que la vieron (risas). En teatro sí la veo.

—Si no viste sus películas, ¿pensás que es buena actriz de verdad o porque es lo que te dijeron? (risas)

—¡Es una actriz del carajo mi vieja!

—¿Y con la música de tu papá qué te pasa?

—La música de mi papá la escucho todo el tiempo, pero porque no tengo alternativa: trabajo con él (risas).

—Le manejás el merchandising a tu papá.

—Sí, tenemos un equipo de gestión que hace el merchandising de mi padre y tenemos muchas otras licencias de otros artistas tanto argentinos como internacionales. Manejamos todo lo que es la logística en gira del merchandising. Hoy lo de mi papá quedó en un segundo plano. Empezó como algo muy chico hace 8 o 9 años y creció mucho.

—¿Sos muy adicto al trabajo?

—Sí. Mi oficina queda en mi mismo edificio que mi casa: eso quiere decir que yo subo y bajo porque laburo mucho de madrugada. Tengo todo en el mismo edificio. Estoy laburando sin parar, día y noche. No me molesta, me gusta.

—¿Cómo fue que decidiste dedicarte a la producción?

—Tenía dos opciones: dedicarme a la industria o estudiar. Entonces fuimos por lo que sabía hacer, que era la industria musical. Desde chico conozco todo desde muy adentro y hay colegas que son muy respetados en el ambiente que me ayudan y me enseñan.

—¿Tus padres te aconsejaron antes de invertir en la fiesta Paladium o los sorprendiste?

—Es que no se habla mucho de laburo porque separamos. Se enteraron cuando ya habíamos empezado con la fiesta.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/martin-paez-roth-por-que-no-mira-las-peliculas-de-su-madre-y-cual-es-el-delirante-proyecto-que-lleva-nid17102025/

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