Martín Menem busca un gran interbloque para blindarse y marcar la agenda legislativa
La nueva composición de la Cámara de Diputados, que se materializará el 10 de diciembre, abre un dilema para los espacios filo oficialistas: conservar su identidad o dar el salto definitivo haci...
La nueva composición de la Cámara de Diputados, que se materializará el 10 de diciembre, abre un dilema para los espacios filo oficialistas: conservar su identidad o dar el salto definitivo hacia La Libertad Avanza (LLA). Es una discusión que monopoliza las conversaciones tras las elecciones y que se definirá en las próximas semanas. Martín Menem, que logró revalidar su poder interno y su autoridad entre los pares, se posiciona como el principal articulador del nuevo esquema de alianzas que será decisivo para las reformas que busca impulsar el Poder Ejecutivo.
El oficialismo intenta contener a todos sin desdibujarse ni generar tensiones con sus socios políticos. Menem negocia para sumar sin restar y se ilusiona con un gran interbloque que agrupe a los aliados, aunque cada uno conserve su sello. Con ese suprabloque, aspira a condicionar adhesiones, negociar lugares en comisiones y mantener cohesionados a quienes, antes de las elecciones, especulaban con su caída si los resultados eran adversos.
La frontera con ProPro emerge como el espacio más tensionado. Cristian Ritondo enfrenta una fuerte reducción de su bancada, que se profundizó con el pase a La Libertad Avanza de los bullrichistas Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Silvana Giudici y Patricia Vázquez, que continúan en sus bancas, más los recientemente electos María Luisa González Estevarena y Carlos Almenda. La decisión la comunicaron el viernes pasado; dejaron al macrismo con 16 integrantes. Eran 17, pero la designación de Diego Santilli como ministro del Interior los despojó de un integrante más. Santilli renunció a su banca el viernes pasado.
Durante la última semana tomó forma la idea de un bloque “de contención” para los diputados filo libertarios que orbitan cerca del Gobierno, pero aún no se animan a sumarse plenamente. La propuesta −pensada por bullrichistas con la idea de incorporar radicales “peluca” y el MID de Oscar Zago− se fue desinflando tras una conversación telefónica entre Menem y Ritondo.
Ese diálogo selló una tregua: pacto de convivencia y promesa de respetar las identidades partidarias. Antes de las elecciones, Ritondo había sido impulsado por Santiago Caputo para desplazar a Menem, pero tras el resultado, ambos optaron por la paz. Los tres bullrichistas que pegaron el portazo rompieron filas, pero evitaron una fuga mayor. Ritondo conservó otros perfiles más violetas que amarillos, pero que por ahora priorizan la armonía.
El movimiento radicalLa UCR también se reacomoda. Tres diputados electos por la boleta de LLA −Pamela Verasay (Mendoza), Guillermo Agüero (Chaco) y Darío Schneider (Entre Ríos)− se integrarán al bloque radical junto a Lisandro Nieri, Gerardo Cipolini y Karina Banfi. A ellos podrían sumarse los representantes de los gobernadores de Corrientes y Jujuy, Gustavo Valdés y Carlos Sadir, que buscan reanudar el diálogo con la Casa Rosada tras el fracaso del experimento Provincias Unidas. En ese esquema ingresarían Jorge Rizzotti, María Inés Zigarán y Diógenes González.
Entre los radicales “peluca”, el correntino Federico Tournier y el tucumano Mariano Campero evalúan regresar a la UCR, aunque sin decisión tomada. Campero, con aspiraciones a la gobernación, considera que reconstruir puentes con los mandatarios radicales podría potenciar su proyección provincial.
Junto con el cordobés Luis Picat, integran el bloque Liga del Interior, un espacio aliado de Bullrich que prefiere mantener autonomía para negociar directamente con la Casa Rosada sin diluirse en un bloque mayor.
Los tentaron desde distintos espacios para engrosar sus filas, pero prefirieron no comprometerse con nadie. En reserva, admiten lo que todos saben en el Congreso: en este juego de mayorías, valen más sueltos.
Paradójicamente, el presidente del Comité Nacional −y diputado electo−, Martín Lousteau, quedará fuera de la estructura radical tradicional. Solo acompañado por Mariela Coletta, podría confluir con los gobernadores de Provincias Unidas si ese espacio logra consolidarse. Pablo Juliano, aliado de Facundo Manes, aparece como la última incógnita: un radical no alineado, crítico del Gobierno, que podría moverse en solitario.
Como suele ocurrir en la UCR, las definiciones finales llegarán con la negociación de cargos internos. Todo indica que Lousteau perderá el control del Comité Nacional y que la jefatura del bloque en el Senado permanecerá en manos de un aliado de Valdés −Eduardo Vischi− y la de Diputados, acéfala tras la salida de Rodrigo de Loredo, podría quedar bajo la órbita de Alfredo Cornejo.
Pese a los llamados para confluir en un espacio más grande, no se prevé un interbloque formal con el oficialismo. Los radicales moderados mantendrán la coordinación parlamentaria que ensayaron durante el último año, marcando distancia solo en temas identitarios, como la defensa del presupuesto universitario.
El quorum del nuevo CongresoAun en construcción, el próximo Congreso perfila una polarización acentuada. Dos polos dominarán la escena: un oficialismo fortalecido por sus aliados, que podría alcanzar unos 120 diputados, y una oposición dura de alrededor de 108, integrada por Unión por la Patria, la izquierda y los exlibertarios de Coherencia. El oficialismo quedará a solo diez voluntades de la mayoría necesaria para abrir el recinto y aprobar sus proyectos. Esos votos podrían provenir de los gobernadores “acuerdistas”, que, superada la instancia electoral, buscarán garantizar gobernabilidad en sus provincias.
Menem, además, intentará avanzar sobre Unión por la Patria, conducido por Germán Martínez. Si logra quebrarlo, consolidará definitivamente su dominio en la Cámara. Ya lo intentó en 2024, cuando solo consiguió ausencias parciales de algunos catamarqueños y santiagueños. Recién logró fracturarlos del todo con la eliminación de las PASO, una vieja aspiración de varios mandatarios peronistas. Algunos de ellos −Raúl Jalil, Sergio Ziliotto y Gerardo Zamora− ya se reunieron con Javier Milei para conversar sobre las reformas en agenda. Una señal de acercamiento que podría marcar los próximos meses.