Los impulsores de la Boleta Única festejaron el exitoso debut de un cambio que se gestó hace 20 años
La Boleta Única de Papel, que hoy debuto en una elección nacional, para dejar de lado la montaña de boletas partidarias que llenaban los cuartos oscuros, es una reforma electoral que se empezó ...
La Boleta Única de Papel, que hoy debuto en una elección nacional, para dejar de lado la montaña de boletas partidarias que llenaban los cuartos oscuros, es una reforma electoral que se empezó a gestar hace 20 años, producto del trabajo conjunto de dirigentes de partidos políticos de todos los sectores y organizaciones de la sociedad civil que promovieron el cambio.
Hoy sus impulsores, dijeron a LA NACION que festejaron lo que consideran un éxito del nuevo instrumento a nivel nacional, porque entienden que trajo transparencia al acabar con la posibilidad de hacer trampa, robando boletas partidarias, porque se ganó agilidad en el escrutinio y se gastó menos en el costo total de las impresiones.
El origen de este debate por el uso de la Boleta Única de Papel hay que encontrarlo en una organización denominada Red de Acción Política (RAP), una ONG silenciosa, que integran empresarios y políticos. Se sumaron a su trabajo políticos del peronismo, de Pro, el radicalismo, la socialdemocracia, el socialismo, la Coalición Cívica que buscan mejoras en el funcionamiento del sistema democrático y consensos mas allá de las diferencias políticas.
Alan Clutterbuck, director de RAP, contó el proceso y la evaluación realizada sobre el uso del nuevo instrumento: “La implementación fue muy buena. No dudaba que iba a ser así; no es que nos lanzábamos a la pileta con algo nuevo, es lo que ya se hacía en otros países y en otras provincias. Lo mas loco es que nos llevó tanto tiempo adoptar un sistema que es mejor”.
Explicó que este mecanismo de votación “garantiza dos cosas: que todo ciudadano argentino pudo votar a la persona que quiso, y que todos los candidatos estuvieran en la misma boleta. De este modo cada elector se aseguró de que su candidato iba a estar y no que le habían robado la boleta, y cada candidato pudo estar seguro de que quien lo quería votar pudo hacerlo”.
“Eso nos tiene que poner contentos: se trata de una mejora en la calidad de la democracia, más transparencia, más derechos electorales básicos”, indicó Clutterbuck.
“Más allá del final del escrutinio, el uso de la boleta única de papel ya es un éxito”, dijo el director general de la Fundación RAP y minimizó la posibilidad de que crezca el número de votos nulos, por la falta de entrenamiento de los electores al usar al boleta: “Esto siempre pasa en la primera vez, pero no invalida el sistema”, dijo.
La Justicia electoral calcula que el numero del voto anulo aumentará hasta un 3 por ciento, como en el resto del mundo donde se usa este sistema, y evalúa analizar en profundidad lo ocurrido en esta elección legislativa de cara a las próximas elecciones presidenciales.
RAP (Red de Acción Política), es una ONG apartidaria y con pluralismo ideológico que busca generar “amistad cívica” entre políticos de distintos partidos, promover espacios de diálogo e interacción e impulsar consensos sobre políticas públicas que promuevan una cultura de integridad y transparencia.
El Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) que una organización independiente y apartidaria, que participó del proceso también festejó el uso del nuevo instrumento: “Aun sin datos, oficiales, las primeras impresiones sobre la implementación del nuevo sobre la implementación de la Boleta Única a nivel nacional son muy buenas”.
“Estamos muy felices por ver esto hecho realidad, Un trabajo de tantos años impulsando un nuevo isntrumento de votación que garantiza la oferta completa y que facilita la traducción de las preferencias del electorado en representantes, que en un contexto de crisis de representación es súper importante”, dijo a LA NACION Gala Díaz Langou, directora ejecutiva de CIPPEC.
Y enfatizó que “el proceso de votación fue ágil, y en la mayor parte de los centros se manifestaron los votos con mucha celeridad”.
Otro de los organismos que intervino en el debate fue el Club Político Argentino que al ver concretado el nuevo instrumento expresó: “El Club Político Argentino celebra la mejora sustancial que provee la implementación de la boleta única. Todo mecanismo que mejore la transparencia y facilite la representación ciudadana es un avance significativo en nuestro sistema democrático”
El proceso para empezar a usar la Boleta Única arrancó en 2002. Clutterbuck recuerda: “Con un colectivo tomábamos muchas de las recomendaciones del Diálogo Argentino de la reforma del sistema político electoral”.
Pero la crisis no los dejó despegar. Se reunió medio millón de firmas para avanzar con el proceso de reforma política que se presentó al Gobierno de entones. Estas firmas respaldaban el uso de la Boleta Única ya sea electrónica o de papel.
“En 2015 hicimos un trabajo sobre el sistema político electoral con políticos de diversos partidos, y eso terminó en recomendaciones. Se le trató de dar impulso, pero se visibilizó el esfuerzo de todos los partidos y el apoyo para implementar el sistema”, recordó.
Publicaron una solicitada en ese año donde señalaban: que la primera reformas al sistema político electoral consensuadas por más de 150 políticos en RAP en ese año era “reemplazar la boleta múltiple por la boleta única, analizando en profundidad la conveniencia que sea en papel o electrónica”. A ello se sumaban cambios en el financiamiento partidario, en la publicidad en las normas electorales.
En la pandemia, por zoom, después de varios fracasos, se reunieron 23 diputados y senadores que forman parte de RAP, del oficialismo y de las oposiciones de ese momento, y de ahí surgió impulsar la boleta única.
Se tomaron ideas de la de Santa Fe que promovía el uso de una boleta por cargo, o el de Córdoba. Y se consensuó el uso del modelo cordobés, a pesar de que había políticos que no estaban de acuerdo, pero primó el consenso para que salga el instrumento.
Solo 16 países en el mundo no usan este sistema. La Argentina era uno de ellos.
El proyecto se presentó en la Cámara de Diputados y lo firmaron legisladores del oficialismo y de la oposición. Los senadores que lo firmaron eran Guillermo Snopek (PJ); Esteban Bullrich (Pro); Dalmacio Mera (PJ); Pamela Verasay (UCR) y los diputados Gustavo Menna (UCR), Mayda Cresto (PJ), Paulo Cassinerio (PJ), Omar de Marchi (Pro), Enrique Estévez (PS), Graciela Ocaña (CP), Marcela Campagnoli (CC), Brenda Austin (UCR), Ingrid Jetter (Pro).
Más de 170 políticos salieron en defensa del proyecto. El otro logro de esta experiencia, además de la Boleta Única de Papel, fue que se formó un colectivo de ONGs, diversas organizaciones de la sociedad civil, como Poder Ciudadano CIPPEC, Directorio Legislativo, el Club Político Argentino, entre otros que decidieron impulsar un debate informado en el en el Congreso.
El 2 de octubre de 2024 la Cámara de Diputados convirtió en ley la Boleta Única de Papel. El Senado había aprobado el proyecto en septiembre con modificaciones, por lo que debió volver a la Cámara Baja.
El proyecto había sido aprobado en junio de 2022 por la Cámara de Diputados, impulsado por bloques opositores. Durante el receso invernal, la UCR recogió el guante y reactivó el tema para que se convierta en ley.
“Eso implicó mucho esfuerzo para tratar con los legisladores y resaltar los beneficios que garantiza el sistema: la transparencia, el menor costo y que más sustentable”, dijo Clutterbuck.