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Los chicos caprichosos que matan al fútbol argentino están más vivos que nunca

Evidentemente el periodismo no sirve para nada. Eso creen, así actúan quienes manejan el fútbol argentino. No les importa que se descubran cada vez más manchas; en realidad, descubrirlas no inc...

Los chicos caprichosos que matan al fútbol argentino están más vivos que nunca

Evidentemente el periodismo no sirve para nada. Eso creen, así actúan quienes manejan el fútbol argentino. No les importa que se descubran cada vez más manchas; en realidad, descubrirlas no inc...

Evidentemente el periodismo no sirve para nada. Eso creen, así actúan quienes manejan el fútbol argentino. No les importa que se descubran cada vez más manchas; en realidad, descubrirlas no incluye demasiado trabajo: dejan todo al descubierto. Tampoco les interesa que crezca la imagen negativa entre los futboleros. Total, tienen la continuidad asegurada porque los dirigentes de los clubes, no los hinchas ni los socios, son quienes votan en la AFA. Y de última, adelantan las elecciones para que siga el show. Se escudan en que son pocos los críticos, que las redes magnifican, que la gente no tiene memoria porque con Julio Grondona pasaba lo mismo. No escuchan la onda que flota en el viento, esa que dice que fue hermosa la tercera estrella, pero que de ninguna forma podía generar impunidad.

Cada día de esta semana superó al anterior. El domingo había tenido a un entrenador castigado sin razón. El lunes tuvo un partido viciado por una gran cantidad de decisiones arbitrales. El miércoles siguió con un informe de declaraciones de otro técnico que jura y perjura no haber dicho lo que dicen que dijo. El jueves se completó con la entrega de un trofeo por un torneo que nunca se jugó. Populista en base a estrellas, hasta ahora la AFA había concedido títulos solicitados por campeonatos disputados hacía años. Verán cómo se supera permanentemente.

En agosto de 2024, comenzó a circular la versión de que se anularían los descensos en primera división. En charlas privadas, Claudio Tapia les aseguraba a quienes le preguntaban que era mentira. A la par, Pablo Toviggino, el tesorero de la AFA (está claro que ostenta mucho más que ese cargo), deslizaba que así sería. Que le prestaran atención a él. Ganó Toviggino, en uno de los varios ejemplos que le dan la razón a quienes aseguran que tiene más poder que Tapia. En ese momento, el torneo estaba a mitad de camino. Ahora fueron por más: resolvieron después de terminada la competencia. Es decir, luego de jugadas todas las fechas que incluían la tabla anual, dictaminaron que sería una liga y que merecería un título. La AFA echó a correr que River y Boca lo habían pedido, pero River lo negó. Nadie sabía. O sí. Porque el archivo siempre condena: apareció una nota posterior a la victoria de Central a Instituto, a dos fechas del final, en la que Ángel Di María dijo: “Logramos ser campeones de la tabla anual, algo que el club no conseguía hacía 38 años”. El único que sabía lo que se tramaba, al parecer, fue el favorecido. En esta liga inventada, por cierto, cada equipo jugó contra la mitad más uno de los 30 equipos que la componen.

El fútbol de Tapia y Toviggino pervirtió cabezas. No faltan quienes les piden a sus dirigencias que tengan “peso en AFA”. El fútbol siempre premió la rebeldía. Pero ese peso en AFA que a veces se reclama no es otra cosa que obsecuencia. De la bandera “Gracias Chiqui” en la presentación de Di María a este trofeo pasaron poco más de cuatro meses. El estado general del fútbol argentino es el de sometimiento. A muy pocos les interesa el bien común. Están los que tratan de acercarse a la mesa chica del poder para ganar algo. Y los que no hacen nada para arreglar la falta de credibilidad en la que cayó el activo más importante del país: nuestro fútbol (¿nuestro? fútbol).

No hubo un dirigente de Huracán que osara criticar la actuación de José Carreras y Andrés Gariano en el partido contra Barracas del lunes. El 1-1 le sacó al Globo la posibilidad de clasificarse a la Sudamericana, en cuya puerta quedó Barracas, y a los octavos de final del torneo Apertura. No defienden a su club. Tampoco ayudaron a Frank Darío Kudelka, el técnico que renunció después del empate y no haber cumplido los objetivos. Gariano redactó en su informe que Kudelka le había dicho “tu familia y tu hijo merecen que les pase una desgracia”. Así el árbitro justificó lo que todos escucharon que le dijo al técnico: “Te voy a romper todo”. Kudelka asegura no haberse descargado con aquella frase de ninguna manera. Y su palabra está sola. La Asociación de Técnicos, silenciada hace tiempo, no defiende a nadie.

Tampoco había ayudado a Walter Otta, el técnico de Morón, a quien no le permitieron estar ni en el vestuario ni en el banco de suplentes durante el decisivo choque contra Deportivo Madryn, por las semifinales del reducido de la Primera Nacional. Lo que sucedió fue increíble. En las redes circuló una noticia falsa que atribuía a Otta la siguiente declaración en el portal Gol de ascenso: “Jugar contra Madryn es ir contra el caballo de los comisarios Tapia y Toviggino. Lo que hicieron con el fútbol es irremediable”. El protagonista y hasta el propio portal negaron que fuera cierta. Aun así, el Tribunal de Ética (¡de Ética!) lo sancionó por un máximo de 30 días. El dictamen llevaba la firma de Manuel Fernández y Mario Kohan, dos abogados que argumentaron la sanción en “las presuntas manifestaciones públicas realizadas por el Sr. Walter Otta”. Dos abogados dictaron sentencia a partir de una presunción. Ni tuvieron en cuenta ni el derecho constitucional de que nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Le dieron carácter de medida provisional y abrieron la posibilidad de retirarle la sanción luego de un descargo. Un detalle: en otro partido polémico, Morón perdió y quedó eliminado. Ya no tiene sentido el descargo. Uno más: Deportivo Madryn fue el único club que felicitó a Central por el título. Todo tan burdo que asusta.

La conducción del fútbol argentino, la que lleva el máximo nombre de Tapia, la autoría intelectual de Toviggino y el apoyo de varios cuya gran aspiración es tener peso en AFA, puede sentirse victoriosa. Nadie se les opone. Hacen y deshacen reglas. Son como los niños que, caprichosos, cambian las formas de juego cuando ven que están por perder. Son como los niños, sí; pero peligrosos: tienen poder. No hay nada que los detenga. Ni los insultos en las canchas ni la bronca incubada ni la impotencia generada. Mucho menos, entonces, una columna periodística inocente y reiterativa.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/los-chicos-caprichosos-que-matan-al-futbol-argentino-estan-mas-vivos-que-nunca-nid21112025/

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