Un análisis reciente realizado por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) y otros investigadores advirtió que las temporadas de huracanes en el océano Atlántico experimentarán mayores fluctuaciones en los próximos años, lo que las volverá más impredecibles.

Según este estudio, publicado en la revista Science Advances, las temporadas dejarán de ser consideradas “promedio” para mostrar características más extremas, alternando entre períodos muy activos y otros considerablemente inactivos.

Esto se debe a un aumento en la variabilidad de los ciclones tropicales, medido a través de la Energía Ciclónica Acumulada (ACE, por sus siglas en inglés), una métrica que evalúa la actividad total de estos fenómenos en una temporada.

Desde la década de 1990, las temporadas de huracanes inusualmente activas o inactivas se volvieron más comunes. Los modelos de proyección indican que, para mediados de este siglo, esa variabilidad podría incrementarse hasta en un 36%, con el mayor impacto en el Atlántico Norte tropical central, una región clave donde suelen originarse estas tormentas.

Tal como señala la investigación, estos cambios están relacionados con factores como patrones de viento y variaciones en las temperaturas del océano, lo que influye directamente en las condiciones necesarias para la formación de ciclones tropicales.

Cuáles son los factores determinantes en la formación de huracanes

Los ciclones tropicales necesitan varias condiciones específicas para formarse. Entre ellas, una perturbación atmosférica preexistente, aguas cálidas con temperaturas superiores a 26 grados centígrados, tormentas eléctricas intensas y baja cizalladura vertical del viento. La cizalladura vertical, que describe las diferencias de velocidad del viento entre distintas alturas, puede inhibir el desarrollo de un huracán si es demasiado alta.

El estudio apunta que los cambios en la cizalladura vertical y en la estabilidad atmosférica, generados por diferencias de temperatura entre los océanos Pacífico y Atlántico, son los principales responsables de esta creciente variabilidad. La NOAA explicó en un comunicado que estos factores se intensificarán con el tiempo, amplificando las diferencias entre temporadas altamente activas y otras más tranquilas.

Aunque los científicos esperan una reducción promedio de dos tormentas por año en el Atlántico Norte, Hosmay López, oceanógrafo del organismo y autor principal del estudio, enfatizó que las fluctuaciones entre años pueden ser enormes. Por ejemplo, en 2005 se registraron 28 tormentas con nombre, mientras que en 2014 apenas hubo ocho. Estas oscilaciones entre años complican las proyecciones a largo plazo y dificultan la comprensión de los posibles impactos futuros.

El estudio también reveló que, aunque el promedio general de huracanes por temporada no variará significativamente, aumentará la probabilidad de temporadas extremadamente activas. Esto se debe a una mayor variación interanual, lo que resultará en un mayor número de temporadas fuera de lo normal. Como consecuencia, habrá menos temporadas “cercanas al promedio” y más periodos extremos, tanto activos como inactivos.

El informe anticipó una mayor dificultad para predecir temporadas de huracanes

La creciente imprevisibilidad de las temporadas de huracanes plantea desafíos significativos para los expertos en meteorología y para quienes toman decisiones en contextos de emergencia. Esta mayor variabilidad hace más complicado predecir con precisión la severidad de una temporada específica, lo que redunda en una mayor dificultad para la preparación adecuada en comunidades vulnerables.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/estados-unidos/las-temporadas-de-huracanes-de-los-proximos-anos-seran-muy-irregulares-y-dificiles-de-predecir-segun-nid28112024/