La durísima crítica de Iñaki Williams sobre la sede internacional de la Supercopa de España
“Jugar en Arabia es una mierda, hablando mal”. Así, sin eufemismos, Iñaki Williams expresó su disconformidad con la decisión de disputar una vez más la Supercopa de España en territorio s...
“Jugar en Arabia es una mierda, hablando mal”. Así, sin eufemismos, Iñaki Williams expresó su disconformidad con la decisión de disputar una vez más la Supercopa de España en territorio saudita. Capitán y referente de Athletic Bilbao, el delantero vasco no ocultó su malestar por lo que considera una desnaturalización de una competencia nacional, que desde 2019 se juega fuera del país por decisión de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
La edición 2026 del torneo comenzará el 7 de enero en Jeda, con el cruce entre el conjunto vasco y Barcelona, campeón vigente y máximo ganador del certamen con 15 títulos. Un día después, Real Madrid y Atlético de Madrid definirán al segundo finalista. Pero más allá de lo deportivo, la polémica volvió a instalarse por el carácter internacional de un torneo que históricamente se resolvía en suelo español.
Williams profundizó sus críticas en una entrevista con El Chiringuito TV, donde remarcó que jugar en Arabia Saudita “no tiene sentido porque para los aficionados es muy complicado acompañar al equipo”. A su juicio, esta decisión impide a los hinchas participar de un evento tradicional, que pierde su esencia al alejarse de los estadios locales. “Sabemos todos los athleticales que nos acompañarían si esto se jugara en San Mamés”, subrayó.
❌🇸🇦 "¿SUPERCOPA en ARABIA? Para mí es una MIERD*".
👉 Iñaki Williams y su descontento con que la competición se celebre lejos de España.
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El cambio de sede responde a un convenio firmado durante la presidencia de Luis Rubiales en la RFEF, que desde hace más de seis años acordó con el gobierno saudita la disputa del certamen en Medio Oriente, con el objetivo de generar ingresos y visibilidad internacional. La primera experiencia fuera del país fue en Marruecos, en 2018-19, que lo vio campeón a los culés de la mano de Lionel Messi, y desde entonces el torneo se exporta de forma sistemática, lo que ha generado objeciones tanto de los clubes como de los aficionados.
La queja de Iñaki Williams, hermano de Nico, que también juega en Bilbao, no es solo institucional o simbólica. Este año, su participación en la Supercopa coincide con un momento clave en su vida personal: será padre por primera vez en los próximos días. “Es difícil dejar a mi mujer y a mi hijo aquí solos, pero son gajes del oficio. Estoy a disposición del club”, explicó, aunque dejó entrever que la situación lo inquieta más allá de lo futbolístico.
En declaraciones recogidas por diversos medios, el futbolista de 31 años, que desde 2022 representa a Ghana y no a España, como su hermano de 23 años, insistió en que, si bien cumplirá con su deber profesional, siente que este tipo de decisiones administrativas desatienden el costado humano de los jugadores. “Dejar a mi mujer y mi hijo aquí es una faena”, resumió, fiel a un estilo frontal que lo caracteriza.
Las palabras del mayor de los hermanos Williams no pasaron inadvertidas en Bilbao. Desde el cuerpo técnico que encabeza Ernesto Valverde hasta la dirigencia, se evalúa si corresponde que el delantero viaje a Arabia o si debe permanecer junto a su familia en un momento tan trascendente. De momento, el futbolista no pidió ser liberado y mantiene su compromiso con el club.
Además de su situación personal, Williams también abordó cuestiones futbolísticas. Reconoció que el equipo no llegó al receso en su mejor versión —desde agosto, nunca volvió a sumar dos victorias consecutivas— y asumió su parte de responsabilidad: “Quiero poder ayudar al equipo haciendo goles. Ojalá en 2026 pueda volver a mí prime”, dijo. También aludió a su inusual inactividad por lesión: “Después de tanto tiempo sin lesionarme, estos últimos dos meses han sido difíciles en lo personal. El equipo tampoco ha brillado”. La Pantera estuvo afuera por ocho semanas y volvió recién en los últimos encuentros.
La Supercopa de España ha sido objeto de debate desde su reformulación. El traslado a Arabia Saudita significó un cambio drástico en su fisonomía: dejó de ser un enfrentamiento entre el campeón de la liga y el de Copa, para convertirse en un cuadrangular con criterios más amplios de clasificación. Este año lo juegan Barcelona, Real Madrid, Atlético y Athletic, habituales participantes desde su mudanza.
Si bien el acuerdo con Arabia Saudita representa un ingreso millonario para la RFEF y los clubes participantes, voces como la de Williams plantean la necesidad de revisar el modelo. “El tener que llevar una competición que es nacional a otro país no es fácil para los aficionados”, sostuvo, aludiendo al sentido de pertenencia que caracteriza al club bilbaíno.
Pese a las críticas, Athletic buscará ser protagonista en la Supercopa, título que conquistó por última vez en la temporada 2020-21, en una edición jugada en Andalucía por la pandemia de Covid. Williams, que entonces tuvo participación con el gol del triunfo, aspira a repetir esa historia. “Trataré de jugar la mejor Supercopa posible”, afirmó.
Más allá de lo que ocurra en el campo, su intervención deja planteada una discusión que excede lo deportivo: ¿hasta qué punto puede mercantilizarse una competencia sin perder su espíritu? Las respuestas, como sus palabras, no pasarán inadvertidas.