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La caída de El Fasher: las fuerzas paramilitares toman el último bastión del ejército sudanés en Darfur

EL CAIRO.— Fuerzas paramilitares sudanesas tomaron una base militar clave en El Fasher, el último bastión del ejército en la asediada región occidental de Darfur, un avance que podría marcar...

La caída de El Fasher: las fuerzas paramilitares toman el último bastión del ejército sudanés en Darfur

EL CAIRO.— Fuerzas paramilitares sudanesas tomaron una base militar clave en El Fasher, el último bastión del ejército en la asediada región occidental de Darfur, un avance que podría marcar...

EL CAIRO.— Fuerzas paramilitares sudanesas tomaron una base militar clave en El Fasher, el último bastión del ejército en la asediada región occidental de Darfur, un avance que podría marcar un punto de inflexión en la guerra que devasta a Sudán desde abril de 2023. Activistas y grupos humanitarios señalaron que la caída de la base supone un golpe significativo para el ejército, que ya ha perdido el control de amplias zonas del país frente a las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR).

El Fasher, capital de Darfur del Norte, se convirtió en el último enclave militar del ejército en la región tras meses de avances paramilitares. La ciudad ha sido durante más de un año un escenario de enfrentamientos constantes, asedio, desplazamientos masivos y una crisis humanitaria extrema. Grupos médicos informaron que decenas de civiles murieron durante los combates recientes y que hospitales, clínicas y puestos de atención fueron saqueados o destruidos, dejando a la población sin acceso a servicios básicos de salud. No hay cifras precisas de víctimas, pero el número podría ser mucho mayor debido a las dificultades para contabilizar muertos y heridos bajo fuego activo.

Imágenes difundidas desde el domingo muestran a combatientes de las FAR celebrando dentro del complejo militar capturado. En uno de los videos, el subcomandante paramilitar Abdulrahim Dagalo insta a sus tropas a no atacar a civiles, pero otras grabaciones muestran escenas de golpizas, disparos contra quienes intentan huir y detenciones masivas. Se escucha a algunos combatientes insultar a detenidos con términos racistas empleados históricamente contra comunidades africanas de Darfur, reviviendo los fantasmas más oscuros de la violencia étnica que marcó la región en la década de 2000.

El ejército sudanés aún no confirmó públicamente la caída de la base, pero funcionarios militares reconocieron bajo condición de anonimato que las tropas se retiraron el domingo hacia nuevas líneas defensivas bajo intenso bombardeo de artillería. Según los Comités de Resistencia de El Fasher, un grupo civil que documenta la guerra sobre el terreno, los soldados no contaron con apoyo aéreo para intentar frenar el avance paramilitar.

Evidencias independientes respaldan la ofensiva. Imágenes satelitales analizadas por The Associated Press y el Laboratorio de Investigación Humanitaria de la Universidad de Yale muestran daños severos en la sede de la 6ª División del ejército, incluyendo edificios parcialmente destruidos y señales claras de combate cercano. El laboratorio señaló además la presencia de lo que podrían ser prisioneros capturados por las FAR en las inmediaciones del aeródromo de la ciudad.

La Red de Médicos de Sudán describió el asalto como una “atroz masacre” y denunció el saqueo de hospitales, la destrucción de unidades de cuidados intensivos y la desaparición de suministros médicos críticos. La Red de Derechos Humanos de Darfur afirmó que las FAR detuvieron a más de 1000 civiles, incluidos periodistas y trabajadores humanitarios, y advirtió sobre posibles crímenes de guerra. “Estamos viendo un patrón sistemático de violencia contra civiles”, señaló el grupo.

La situación humanitaria es desesperante. Según Unicef, antes del ataque 260.000 personas —la mitad niños— permanecían atrapadas en la ciudad, enfrentando hambre, falta de medicinas y escasez de agua potable. La Organización Internacional para las Migraciones estimó que más de 26.000 civiles huyeron desde el domingo, moviéndose hacia zonas rurales donde podrían volver a ser desplazados según cómo avance el frente de batalla.

El conflicto enfrenta al general Abdel Fatah al-Burhan, líder del ejército y gobernante de facto tras el golpe de Estado de 2021, y al general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti, comandante de las FAR. Estas fuerzas surgieron de las milicias yanyauid, acusadas de llevar adelante campañas de violencia racial y limpieza étnica durante la guerra de Darfur hace dos décadas.

Desde el inicio de la guerra, más de 40.000 personas murieron, 14 millones fueron desplazadas y vastas zonas del país enfrentan niveles de hambruna extrema. Naciones Unidas califica la crisis como “la peor catástrofe humanitaria del mundo” en la actualidad.

La ONU advirtió que la toma de El Fasher, si se confirma por completo, permitiría a las FAR controlar toda la región de Darfur e instaurar una administración paralela, profundizando la fragmentación del país y debilitando aún más cualquier perspectiva de negociación. “Esto representa una terrible escalada”, afirmó el secretario general António Guterres. “El nivel de sufrimiento es insoportable”.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, advirtió sobre el riesgo de nuevas atrocidades por motivos étnicos y pidió un corredor seguro para los civiles. “Hay que actuar ahora. El tiempo se está agotando para la población de El Fasher”, sostuvo.

Agencias AP y AFP

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/la-caida-de-el-fasher-las-fuerzas-paramilitares-toman-el-ultimo-bastion-del-ejercito-sudanes-en-nid27102025/

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