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La abandonaron preñada en un basural y una ecografía de urgencia reveló lo impensado: “A ella no podía cerrarle la puerta”

Esa noche de otoño de abril de 2025 iba a ser el límite. Había tomado la decisión de no recibir más casos. La falta de fondos y de espacio habían puesto un freno necesario a sus rescates. Per...

La abandonaron preñada en un basural y una ecografía de urgencia reveló lo impensado: “A ella no podía cerrarle la puerta”

Esa noche de otoño de abril de 2025 iba a ser el límite. Había tomado la decisión de no recibir más casos. La falta de fondos y de espacio habían puesto un freno necesario a sus rescates. Per...

Esa noche de otoño de abril de 2025 iba a ser el límite. Había tomado la decisión de no recibir más casos. La falta de fondos y de espacio habían puesto un freno necesario a sus rescates. Pero cuando recibió el alerta de una perrita preñada que había sido abandonada en un basural de Ciudad Evita, algo la obligó a retractarse. “Sentí, con una certeza que superaba la lógica que a ella no podía cerrarle la puerta”, recuerda Laura Santa Cruz.

Mientras esperaba que la perra completara el trayecto desde Ciudad Evita hasta su casa en Haedo, Laura preparó todo lo necesario para el parto. Toallas, bolsas de agua caliente y un corral de madera esperaban a la futura mamá. Agendó turnos para una ecografía, una consulta con el veterinario clínico y devoró videos de partos naturales. Nada podía salir mal. Pero la vida, y la naturaleza, tenían formas curiosas de reescribir los planes.

La montaron hasta fracturarla, la dejaron tirada y, cuando llegó la ayuda, se tomó una difícil decisión: “Había una luz en su interior”

Llegó la fecha probable de parto y Dulce, como había bautizado a la perrita, no rompía bolsa. Ese día por la noche su respiración se había vuelto dificultosa. Después de una madrugada de espera angustiosa, Laura la llevó de urgencia a una guardia veterinaria. La ecografía reveló lo impensado: “Tiene una infección uterina. Hay que operarla de urgencia. Es poco probable que sobrevivan los bebés”, le informó la veterinaria.

Se despidió de la perra con un beso en la cabeza y le susurró al oído que todo iba a estar bien; temblaba de los nervios. Mientras esperaba, la urgencia de la vida de Dulce se cruzó con la urgencia económica, y la historia se desató en redes para recaudar el costo de una cesárea no prevista.

Dulce, a la que le calcularon dos años, salió de la cirugía acompañada de una cajita de cartón con seis pequeños cachorros. Dos de ellos no pasaron la primera noche. El panorama se complicó cuando, a pesar de los esfuerzos y la ayuda de una vecina veterinaria, Dulce no reconocía ni amamantaba a los que quedaban. Todo dependía de Laura y Pablo, su pareja, que estaban poniendo la mejor voluntad para sacar esas frágiles vidas adelante.

Sin embargo, la verdadera batalla acababa de empezar. Dulce había sido diagnosticada con ehrlichiosis, una enfermedad transmitida por las garrapatas. Uno de los factores más preocupantes es que, en su primera etapa, suele ser bastante silenciosa, por lo que es muy complicado reconocer los síntomas. Una vez que la bacteria entra en el torrente sanguíneo del perro, invade y se multiplica en las células sanguíneas, especialmente en los glóbulos blancos. Esta invasión y multiplicación bacteriana causa daño en el sistema inmunológico y en otros tejidos, lo que lleva a la aparición de los síntomas de la enfermedad.

Pérdida de peso, fatiga, cojera y anemia son algunos de los síntomas que presenta el animal. “El tratamiento de la Ehrlichia en una perra que acaba de tener cría se basa, fundamentalmente, en la administración de un antibiótico como la doxicilina durante un mes como mínimo por vía oral. Luego, se hace un tratamiento de soporte con fluidoterapia endovenosa para corregir la deshidratación y desbalance electrolítico, en el caso de ser necesario”, detalla Patricia Paredes, Médica Veterinaria del equipo de Natural Life (M.P 7387).

Pero el cuadro de Dulce empeoró hasta que una noche de viernes, luego de una visita de urgencia a la guardia, otro obstáculo más complicó el panorama: Dulce estaba cursando un cuadro de anemia severa.

La indicación médica fue firme: era necesario destetar a los bebés y empezar a medicar a la perrita con urgencia. Sin la leche materna, era difícil que los bebés sobrevivieran. “Volvimos a casa, tomé a los cuatro bebés que quedaban y, mirándola a los ojos, le hice a Dulce una promesa entre lágrimas: te los voy a cuidar como si fueran míos”, le dijo Laura a la perra que se había convertido en su compañera.

Comenzó una travesía de noches sin dormir, mamaderas cada dos horas (con jeringa primero, luego con mamadera), y visitas casi diarias al veterinario para Dulce. A la ehrlichiosis se sumó una infección en el muñón del útero que se propagó y tomó uno de sus riñones. Otra vez: ecografías, análisis, idas a la veterinaria y una nueva operación de urgencia para extirpar el riñón. “Mientras tanto, yo dormía en el corralito de la cocina, agotada pero atenta al reloj. Gracias al apoyo de tránsitos como Nadia y Caro, que me permitieron descansar algunas noches, logramos seguir adelante”.

Tres meses de vaivenes emocionales, de llantos y de risas se transformaron en una victoria. Dulce recuperó su juventud y vitalidad, y los cuatro bebés crecieron fuertes y sanos. “Mi teléfono se llenó de recuerdos de esos cachorros saltando por la cocina. Hoy, todos tienen el hogar digno que merecen. Y yo, una vez más, reafirmo mi convicción: involucrarse salva vidas, la de ellos y la tuya”.

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Fuente: https://www.lanacion.com.ar/lifestyle/la-abandonaron-prenada-en-un-basural-y-una-ecografia-de-urgencia-revelo-lo-impensado-a-ella-no-podia-nid04122025/

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