Japón elige por primera vez a una mujer al frente del gobierno y consolida un fuerte giro a la derecha
TOKIO.- La ultraconservadora Sanae Takaichi fue elegida el martes como la primera mujer al frente del gobierno de Japón, ...
TOKIO.- La ultraconservadora Sanae Takaichi fue elegida el martes como la primera mujer al frente del gobierno de Japón, un día después de que su partido lograra un acuerdo de coalición de última hora con un nuevo socio político, preparando al país para un giro decisivo hacia la derecha.
Exfuncionaria protegida del asesinado exprimer ministro Shinzo Abe y admiradora de la británica Margaret Thatcher, además de una exbaterista de un grupo de heavy metal, Takaichi recibió 237 votos en la votación en la Cámara baja para elegir al próximo primer ministro, por encima de la mayoría de la cámara de 465 escaños. Luego también pasó el test en la Cámara alta.
Takaichi reemplaza a Shigeru Ishiba, poniendo fin a un vacío político de tres meses y a las disputas desde la desastrosa derrota electoral de su Partido Liberal Democrático (PLD) en julio. Ishiba, quien duró solo un año como primer ministro, renunció junto con su gabinete más temprano en el día, allanando el camino para su sucesora.
La victoria de Takaichi se aseguró después de que el PLD, que ha gobernado Japón durante la mayor parte de su historia de posguerra, llegara el lunes a un acuerdo de coalición de última hora con el Partido de la Innovación de Japón, agrupación de derecha con sede en Osaka conocida como Ishin no Kai (Ishin).
La alianza improvisada aseguró su cargo de primera ministra gracias a las divisiones de la oposición. Sin embargo, esta unión aún no ha sido puesta aprueba y carece de una mayoría en ambas cámaras del parlamento, por lo que necesitará el apoyo otros grupos de oposición para aprobar cualquier legislación, un riesgo que podría hacer que su gobierno sea inestable y de corta duración.
“La estabilidad política es esencial en este momento”, afirmó Takaichi en la ceremonia de firma del lunes con el líder del Ishin y gobernador de Osaka, Hirofumi Yoshimura. “Sin estabilidad, no podemos impulsar medidas para una diplomacia o economía fuerte”.
El Ishin no ocupará cargos ministeriales en el gabinete de Takaichi hasta que su partido esté seguro de su asociación con el PLD, dijo Yoshimura. Los dos partidos firmaron un acuerdo de coalición sobre políticas que subrayan las opiniones belicistas y nacionalistas de Takaichi.
Su acuerdo de último minuto se produjo después de que los Liberal Democráticos perdieran a su socio de larga data, el Komeito, respaldado por budistas y que tiene una postura más moderada y centrista.
Tras años de deflación, Japón se enfrenta ahora a un aumento de los precios, lo que ha provocado la ira de la población y ha alimentado el apoyo a grupos de la oposición, incluidos los advenedizos de extrema derecha.
Al igual que Abe, se espera que Takaichi favorezca el gasto público para reactivar la debilitada economía. Ello ha provocado el llamado “comercio Takaichi” en el mercado bursátil, llevando a la media de acciones Nikkei a máximos históricos, el más reciente el martes. Pero también ha generado inquietud entre los inversores sobre la capacidad del gobierno para financiar más gasto en un país donde la deuda supera ampliamente el tamaño de la economía. Como resultado, tanto el yen como los precios de los bonos se han debilitado.
Cualquier intento de revivir las políticas económicas del exprimer ministro Abe también podría enfrentar dificultades, ya que esa política fue diseñada para combatir la deflación, no el aumento de los precios, advirtió Tadashi Mori, profesor de política en la Universidad Aichi Gakuin. Algunos analistas señalan que Ishin, que ha abogado por recortes presupuestarios, podría limitar algunas de las ambiciones de gasto de Takaichi.
Los desafíos de Sanae TakaichiEntre los otros retos que esperan a Takaichi se cuentan un importante discurso sobre política a fines de esta semana, cumbres regionales y conversaciones con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien podría visitar Japón tan pronto como esta semana.
Takaichi mostró algunas iniciativas cercanas al movimiento de Trump: adoptó políticas agresivas con respecto a China; promovió el mensaje de que “Japón volvió”; minimizó las atrocidades cometidas por Japón durante la Segunda Guerra Mundial; y prometió regular la inmigración y el turismo de forma más estricta.
Además, la primera ministra necesita abordar rápidamente el aumento de precios y compilar medidas para impulsar la economía a finales de diciembre para abordar la frustración pública.
Aunque es la primera mujer en servir como primera ministra de Japón, no parece tener interés en promover la igualdad de género o la diversidad.
Takaichi está entre los políticos japoneses que han bloqueado medidas para el avance de las mujeres y de hecho nombró solo a dos mujeres en su gabinete: Satsuki Katayama, también discípula de Abe, como la primera ministra de Finanzas mujer del país, y Kimi Onoda, como ministra de Seguridad Económica. Bajo el gobierno de Takaichi, las mujeres representarán el 16% del gabinete, incluida ella.
La nueva primera ministra también apoya la sucesión exclusivamente masculina de la familia imperial y se opone al matrimonio entre personas del mismo sexo, así como a permitir apellidos separados para las parejas casadas.
Por otro lado, Takaichi también deberá lidiar con el descenso de la población japonesa e inyectar dinamismo a una economía estancada.
Protegida del asesinado exprimer ministro Shinzo Abe, se espera que Takaichi emule sus políticas, incluyendo un ejército y economía más fuertes, así como la revisión de la constitución pacifista de Japón. Con un control potencialmente débil del poder, se desconoce cuánto podrá lograr Takaichi.
Cuando Komeito dejó la coalición gobernante, citó la respuesta laxa del PLD a los escándalos de fondos ilícitos que llevaron a sus derrotas electorales consecutivas.
El partido centrista también expresó su preocupación por la visión revisionista de Takaichi sobre el pasado bélico de Japón y sus oraciones regulares en el santuario Yasukuni -un santuario en honor a los caídos en las guerras de Japón- a pesar de las protestas de Pekín y Seúl que ven las visitas como una falta de remordimiento por la agresión japonesa, así como sus recientes comentarios xenófobos.
Takaichi ha moderado últimamente su retórica belicista y, el viernes, envió un adorno religioso al templo en lugar de visitar personalmente Yasukuni.
El fin de una eraTakaichi asume el cargo en un momento en que la política japonesa parece más fragmentada que en casi cualquier otro momento de la memoria reciente, debido en parte al ascenso del pequeño y ultraderechista Partido Sanseito, que ha desviado votantes del PLD.
“Desde que el exprimer ministro Abe falleció, hemos sentido que tanto la política nacional como el propio PLD han derivado hacia la izquierda”, dijo el líder de Sanseito, Sohei Komiya, a la cadena NHK, y añadió que espera que Takaichi redireccione la política nacional hacia el centro.
“Aunque no dudaremos en oponernos a ella cuando sea necesario, tenemos la intención de mantener una relación de trabajo amistosa”, añadió.
El antiguo socio de coalición del PLD, el más moderado Komeito, puso fin este mes a su alianza de 26 años después de que el PLD eligiera a Takaichi como su nueva líder.
Agencias AP y Reuters