Isla Maciel. El enclave peronista que mostró números arrasadores y el jardín de infantes donde LLA quedó tercera
“No entiendo de qué me hablás”, dice desorientada Yanina Escobar, vecina de la Isla Maciel, al ser consultada sobre si ayer, en las elecciones legislativas bonaerenses, votó a Fuerza Patria....
“No entiendo de qué me hablás”, dice desorientada Yanina Escobar, vecina de la Isla Maciel, al ser consultada sobre si ayer, en las elecciones legislativas bonaerenses, votó a Fuerza Patria. Su mirada cambia por completo al escuchar el nombre de Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda desde 2009 y primer candidato a concejal en esa lista. “¡Ah, sí! Obvio que lo voté, cómo no lo voy a votar”, exclama la mujer, de unos 35 años, mientras abre la puerta de su casa, en la nueva urbanización conocida como Barrio Nuevo Maciel, impulsada por el municipio.
Al igual que muchos de sus vecinos, Escobar afirma que no conoce a nadie que haya votado otra lista. Tiene sentido: en la Isla Maciel, la zona de Avellaneda que balconea con La Boca y el Riachuelo, el peronismo cosechó sus cifras más robustas: lo apoyó el 87,70% del electorado. El barrio, de unos 8500 habitantes es, al mismo tiempo, el escenario de una de las peores derrotas de La Libertad Avanza en territorio bonaerense: alcanzó apenas el 6,39% de los votos.
En el jardín municipal N°3, sobre la plaza principal, se ubicó la máxima expresión del triunfo del peronismo: se llevó el 89,35% de los votos. Somos Buenos Aires obtuvo el 4,49% y LLA, el 2,52%, en un lejano tercer lugar.
En las boletas de Fuerza Patria, el intendente de Ferraresi aparecía sonriente, al igual que en los carteles de propaganda que todavía pueden verse desperdigados sin competencia, tanto en las calles y bulevares como en las fachadas de algunas de las obras que la intendencia inauguró en los últimos años. En el nuevo SUM municipal, el rostro del intendente aparece junto a un cuadro de Evita.
Ferraresi, que en su cierre de campaña arengó por Axel Kicillof presidente, fue ayer un candidato testimonial, reconocen desde el gobierno local. No tiene previsto dejar su puesto al frente del municipio para asumir la banca de concejal. Pero es evidente en la Isla Maciel que su presencia en la boleta generó el efecto esperado. O mayor aún.
“Entramos al cuarto oscuro y no dudamos”“Fuimos a votar como caballos -asegura la jubilada Marta Vagner, imitando con sus manos las anteojeras que limitan la visión del animal-. Entramos al cuarto oscuro y no dudamos: Ferraresi”.
“Yo no tengo idea cómo es eso de los testimoniales. Pero lo que te puedo decir es que Ferraresi nos dio de todo”, suma el vecino y exremisero Pedro Vargas, de 64 años, mientras pasea por la plaza principal. “¿Ves la luminaria que ahora hay por todo el parque? Antes no estaba. El intendente hizo el club social de enfrente, varios comedores, un polideportivo... Acá al lado está la fundación del Padre Paco que, bancada por el municipio, nos da bolsones de mercadería. A mí esa comida me viene bárbaro”, describe Vargas.
Al histórico centro de la Isla Maciel, con sus casas de fachada de colores, muchas de ellas tomadas, lo rodean barrios vulnerables que, con el tiempo, comienzan a urbanizarse. De una cuadra a la siguiente se pasa de pasillos angostos con tachos revueltos, casillas de material, chapa y lonas, a calles anchas con viviendas sociales de uno o dos pisos, pintadas de un mismo color.
Bajo la gestión de Ferraresi, afirman desde el municipio, se han inaugurado 92 propiedades, y actualmente hay otras 200 en construcción. En un principio se hicieron con aporte nacional, y hoy el proyecto avanza con financiación municipal y provincial.
El peronismo resiste en todos los rincones. Los espacios comunitarios tienen una fuerte carga política y simbólica, como el Centro Cultural Kirchner. Cuando Javier Milei le cambió el nombre al original CCK, en Avellaneda lo rescataron para el recién inaugurado centro cultural de la Isla Maciel. En la plaza, que remodelaron por completo, también aparece la impronta kirchnerista, con un enorme busto de Néstor Kirchner.
Desde el gobierno local aseguran que las urbanizaciones tuvieron un segundo efecto positivo en la localidad: además de mejorar las condiciones de vivienda, aumentaron la oferta de trabajo en albañilería.
La tarea social también está asociada al Club Atlético San Telmo que tiene su cancha en “la isla”. Los colores del candombero, azul y celeste, forman parte de la escenografía de estas calles.
“Seguimos mal”La mayoría de los entrevistados aseguran haber votado “a favor de Ferraresi”; otros dicen que se pronunciaron “en contra de Milei”.
En “la isla” son varios los vecinos retirados y, en su mayoría, humildes. Entre ellos hay varios que cobran una jubilación mínima y para cubrir sus gastos salen a cartonear. Uno es Juan de Dios Silva, de 73 años, exempleado portuario, que despliega cartones y chapas en el boulevard de pasto de la nueva urbanización. Tras ordenar la carga, cuenta, saldrá a venderla.
“Seguimos mal, yo debería poder vivir sin cartonear. La jubilación es muy baja y no alcanza. Pero al menos ahora tengo mi casa. Antes vivía en un rancho”, explica el hombre.
La inclinación política está un poco más dividida entre los jóvenes. Junior Alejandro Orrego Aguirre, de 19 años, expresa ese segmento. “Yo voté a La Libertad Avanza. Me parece buena la propuesta que tiene y quiero que la Argentina pueda salir adelante, salir de estar siempre en el mismo lugar”, señala el joven, que actualmente cursa su último año de secundaria y hace prácticas en una empresa gráfica.
Comenta que entre sus compañeros hay varios que piensan como él, pero que la gente adulta de la Isla Maciel es “muy peronista”.