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Hay euforia en el mercado y no sólo por el triunfo de Milei

La euforia que se advierte en el mercado desde las elecciones y que hizo desplomar esta semana el riesgo país no parte tanto de la victoria de Milei como de las características del espacio al que...

Hay euforia en el mercado y no sólo por el triunfo de Milei

La euforia que se advierte en el mercado desde las elecciones y que hizo desplomar esta semana el riesgo país no parte tanto de la victoria de Milei como de las características del espacio al que...

La euforia que se advierte en el mercado desde las elecciones y que hizo desplomar esta semana el riesgo país no parte tanto de la victoria de Milei como de las características del espacio al que derrotó y en lo que este representa para el inversor: un conjunto de ideas que no tienen en cuenta que para distribuir la riqueza hay primero que generarla. La Argentina populista. El Presidente lo definió el domingo con más sorna: “Los inadaptados de siempre, que piensan que la economía se arregla haciendo la danza de la lluvia”.

Lo que el mercado celebra es fácilmente constatable en números. Los publicó en Twitter Hernán Iglesias, exfuncionario de Macri: por primera vez en 42 años, el peronismo quedará el próximo 10 de diciembre lejos del control del Senado, algo que ejerció desde el regreso de la democracia e incluso con mayoría absoluta entre 1985 y 2021. Tiene ahora 28 votos, nueve menos que los 37 requeridos para ese umbral y apenas 8 más que La Libertad Avanza. El cálculo es aún más favorable al Gobierno si, como hizo el lunes un reporte de la UBS, se separa al kirchnerismo del Partido Justicialista.

La contundencia de la victoria libertaria se explica sólo por el desconcierto que provoca todavía en los propios derrotados, algunos de los cuales aún no han asumido que perdieron. Sobre este escenario se armó anteayer la lista de gobernadores invitados al encuentro con Milei. El Presidente entró sonriente y dispuesto al diálogo. Saludó con un abrazo a Jorge Macri, a quien le había negado la mano en el último tedeum, y dicen que hasta aceptó objeciones por otros temas. Nada grave: quejas que quedan pendientes luego de una campaña discursiva fuerte. A Raúl Jalil le llevará tiempo olvidar las acusaciones del diputado libertario Francisco Monti y lo hizo saber, y algo parecido le pasará seguramente a Gustavo Sáenz con Emilia Orozco. “A nadie le gusta que le digan narco”, dijo un colaborador provincial. Pero todo muy atenuado porque hay voluntad de llevarse mejor.

La principal novedad para el mercado es que Milei ganó tiempo en el país de las urgencias. La trampa argentina es múltiple: moneda inexistente, demandas de país desarrollado, dirigencia propensa al gasto, elecciones cada dos años y una sola fuerza que garantiza la gobernabilidad. “Es importante destacar que la victoria probablemente le asegure el apoyo continuo de Estados Unidos, al menos hasta las elecciones presidenciales de 2027”, evaluó un informe del Morgan Stanley. Se entiende desde esa óptica la caída en el riesgo país, que se hayan disparado las acciones de los ADR y que incluso compañías como Techint hayan podido endeudarse esta semana a tasas razonables. “Esta elección fue un punto de inflexión”, se entusiasmó Paolo Rocca.

Los problemas son los mismos de siempre. Pero el Gobierno se despojó al menos de la presión que lo obligaba a llegar a la elección con resultados visibles, y el respaldo del Tesoro de EEUU atenúa el riesgo de corridas. El equipo económico se atrevió entonces a aflojar el apretón monetario. Aligeró los encajes de los bancos, decidió no renovar más que el 57% de la licitación de deuda del miércoles y dejó así casi 5 billones de pesos en la calle. ¿Ese stock irá a precios? ¿Al dólar? Milei piensa que no. La demanda de dinero está en mínimos “ridículamente bajos”, explica en la intimidad. Será un buen test a partir de pasado mañana, cuando empiece a sentirse el efecto pleno de estas medidas, pero Milei puede ahora hasta darse el lujo de una caída más gradual de la inflación.

Un giro drástico en relación con lo que el Presidente venía diciendo y haciendo. Quienes lo frecuentan dicen que está exultante y que celebra todo, hasta lo que cree una reivindicación adicional del recuento del 26 de octubre para el armado de su hermana, Karina. Tiene ahí otro punto por resolver, la pelea interna entre el sector que encabeza ella y el de Santiago Caputo. Karina es tan gravitante que hasta Mauricio Macri volvió a pedir incluirla en el encuentro que tuvo ayer en Olivos con el jefe del Estado. “Que venga tu hermana porque, si no, todo queda en el aire”.

El rol de Santiago Caputo es relevante no solo en la relación con los gobernadores, sino también con el sindicalismo. Una de las tres reformas con que el Gobierno pretende encarar la nueva etapa es la laboral. Hasta ahora, según quienes han trabajado en el proyecto, la premisa es que la iniciativa no fracase. Como si el tiempo de detallistas u obsesivos hubiera ya pasado: siempre resultará mejor una mala ley que no tenerla. Por eso algunos asesores aconsejan dejar fuera del proyecto artículos que podrían incomodar a los dirigentes gremiales. El fin de la cuota sindical, por ejemplo, o el intento de acotar los mandatos de los secretarios generales a no más de dos períodos. Al oficialismo le espera una discusión dura con referentes importantes de ese universo. Sergio Palazzo, Vanesa Siley, Carlos Cisneros, Huguito Moyano.

Será otro buen examen. ¿Le dio a Milei la victoria suficiente fuerza contra la Argentina corporativa? ¿O enfrascarse en esos laberintos podría volver a empantanarlo? ¿Deberá librar esas batallas con novatos no contaminados o necesitará de los expertos de siempre? La nueva era incluye estos desafíos. Todavía no han empezado, por ejemplo, las reacciones empresariales por el acuerdo con EEUU. sobre los aranceles. Los funcionarios de ambos lados están en silencio, pero algunos insinúan que Trump decidió tomarse más tiempo y que probablemente haga anuncios después de resolver las situaciones arancelarias de Brasil, con cuya administración se contactará en la primera quincena de este mes, y con China y el resto de los países asiáticos.

La cuestión tiene en estado de completo nerviosismo a varios sectores. Al de la carne, que sigue con atención las reacciones de los farmers norteamericanos; al del acero o el aluminio, afectados por los aranceles más altos, y a los más sensibles, los de la industria farmacéutica, que esperan que en el acuerdo no entre la derogación de una resolución de 2012 que regula las patentes de los medicamentos. Es imposible que el desenlace no deje laboratorios afectados. Ya Cilfa, la cámara que nuclea a los locales, instruyó meses atrás a la Unión Industrial Argentina (UIA) de las ventajas de la resolución en cuestión. Pero lo bueno es enemigo de lo mejor: los farmacéuticos hubieran preferido una UIA públicamente más combativa en favor de la industria nacional. ¿Quién querría comprarse un conflicto con la Casa Blanca? Tampoco vale la pena: más que nunca, e incluso si los empresarios lograran convencer con el mejor lobbying del universo a Mario Lugones, ministro de Salud, la última palabra estará a cargo de quien le salvó el gobierno a Milei, que es Trump. No parece haber muchas opciones esta vez. Como no tiene ni alma ni patria, el mercado también festeja estas cosas.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/opinion/hay-euforia-en-el-mercado-y-no-solo-por-el-triunfo-de-milei-nid01112025/

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