Faltan conexiones: encaran trabajos pendientes para terminar una megaobra contra anegamientos en San Isidro
En diciembre de 2023, la gestión anterior en la intendencia de San Isidro había dado por concluida e inaugurada la ...
En diciembre de 2023, la gestión anterior en la intendencia de San Isidro había dado por concluida e inaugurada la primera etapa de construcción de un nuevo aliviador pluvial, el Alto Perú, en la zona de Béccar. Ahora, durante agosto, la municipalidad retomó la obra para dotarla de una infraestructura esencial que estaba pendiente; por ejemplo, la conexión con el río para liberar el agua ante posibles anegamientos por lluvias intensas. El plazo de ejecución ronda los ocho meses.
En aquel momento, el exintendente Gustavo Posse había compartido en sus redes sociales un video en el que se lo ve recorriendo el inmenso túnel y asegurar que “culminaron los trabajos de esta megaobra”, que consistía en realizar más de dos kilómetros de viaducto subterráneo desde la avenida Centenario y España hasta la costa.
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“La obra tenía un 90% de avance. Cuando hablo de un 90% de avance, significa que faltaron cosas claves”, dijo en declaraciones periodísticas Clara Sanguinetti, actual secretaria de Ambiente y Espacio Público de San Isidro. Entre esas “cosas claves” figura, por ejemplo, la conexión con el río. Esta es una parte de las intervenciones que se desarrollaron ahora sobre la calle 33 Orientales y Dársena Gauto Pavón, a metros de Punta Chica y frente a la Isla Sarandí.
También faltaba hacer el cruce del túnel por debajo de las vías del ferrocarril, tanto del Tren de la Costa, que a esa altura bordea Pedro de Mendoza, como del Mitre, que pasa más arriba, a los márgenes de la calle Rivadavia.
“Habían quedado abiertos tres pozos de ataque. En 33 Orientales y Lasalle falta un tramo del túnel, además de todos los sumideros y las conexiones que necesita un aliviador. Sin los sumideros, que son los que recolectan el agua, es un caño muerto que no sirve. De alguna manera, el agua superficial de la lluvia tiene que llegar hasta el túnel”, explicó Sanguinetti.
En un año y medio de gestión, la administración local verificó con técnicos y con la empresa que ejecutó la obra, Centro Construcciones, ese porcentaje de avances que había declarado Posse, así como lo faltante, un análisis del proyecto ejecutivo y el “ordenamiento de los papeles administrativos”.
Para ese 90% de avances se contó con el financiamiento del Fondo Hídrico, que proviene de la Nación, luego de que la municipalidad licitara los trabajos. Ahora, la plata proviene de la comuna: “Nosotros, a partir de un ordenamiento de las cuentas y del estado financiero del municipio, podemos afrontar el financiamiento de la obra. Después vamos a pedir la compensación a la Nación a través de ese fondo”, agregó.
Las tareas se retomaron poco tiempo antes de las elecciones provinciales, que serán el domingo 7 de septiembre y enfrentarán, una vez más, a las fuerzas de Posse –con el partido Acción Vecinal– contra las de Lanús, que asumió como parte del equipo de PRO y, para estos comicios, se alió a La Libertad Avanza y ConVocación, en una lista que encabeza el jefe de asesores, Jorge “Panadero” Álvarez.
Cierre rápidoAhora, más allá de que todavía el proyecto del aliviador no cuenta con los fondos nacionales, la gestión local dice estar convencida del deber de continuar las obras: “No es solamente importante para los vecinos desde el punto de vista pluvial, sino también que tener tres pozos de ataque abiertos desde hace años significa una molestia para todos. Entonces, lo que queremos es hacer el cierre de obra rápido. Después le pediremos la compensación a la Nación”, sostuvo Sanguinetti. Retomar estos trabajos implica un costo de $4000 millones, que, por esto mismo, se van a financiar con fondos municipales.
Entre los trabajos faltantes, como se contó, estaba el paso del túnel por debajo de los ferrocarriles. Estos son administrados por el Estado nacional, especialmente por la operadora Trenes Argentinos (Sofse). Esto implica la obligatoriedad de diálogo y la aprobación previa de la empresa estatal para cualquier obra que implique trabajar sobre algún tramo de la traza, como es este caso.
Actualmente, la municipalidad “está haciendo el trámite ”. Según declaró la secretaria de Ambiente, “está bastante avanzado para pedir la autorización”. Tienen la certeza de que la van a obtener. Para concluir toda esta primera etapa, incluyendo los tramos que implican pasar por debajo de los trenes, calculan un plazo aproximado de ocho meses, con lo cual podría estar terminada para mitad de marzo de 2026.
Por el momento, una de las bocas del túnel puede verse a simple vista en la intersección de 33 Orientales, cortada al tránsito por un par de cuadras, y Lasalle. Es una apertura gigante y oscura, que se abre como una boca de cuatro metros de diámetro. Se ven agua y trabajadores. Alrededor, carteles que llevan la consigna de Lanús: “Obras bien hechas, no más parches”. La idea, además de terminar con lo inconcluso, es complementar el sistema existente, de ahí el nombre de “aliviador”: alivia los desagües que ya existen y que, en general, no alcanzan cuando la zona se inunda. Se logra a través de ese entubado, que después hay que “llevarlo río adentro”. La otra boca está en Tomkinson y Centenario, a dos kilómetros de distancia.
Esta primera etapa incluye los trabajos del tramo que va desde la avenida Centenario hacia el río. Una segunda etapa implicaría seguir por Avellaneda, Tomkinson y el sector del barrio La Cava, desde donde se recolecta la mayor cantidad de agua de lluvia. En la zona, el promedio anual es de 1200 milímetros.
Para la concreción del proyecto total, más allá de los ocho meses del tramo que se está interviniendo ahora, no hay plazos estimados. “Los proyectos hidráulicos son muy caros. En general se dividen en etapas. Entonces nosotros, ahora, estamos viendo los anteproyectos, la cotización y el presupuesto disponible, para ver cómo estabilizar y, más adelante, avanzar ”, concluyó.