Expectativa por la llegada del vuelo con argentinos deportados por Estados Unidos: ultiman el operativo en Ezeiza
WASHINGTON.- Las autoridades argentinas preparan el operativo para recibir en la madrugada de este jueves -cerca a las 3- a un grupo de argentinos deportados por Estados Unidos, que llegará al aer...
WASHINGTON.- Las autoridades argentinas preparan el operativo para recibir en la madrugada de este jueves -cerca a las 3- a un grupo de argentinos deportados por Estados Unidos, que llegará al aeropuerto internacional de Ezeiza en un avión Boeing 767-300 de la empresa Omni Air International, contratado por el gobierno norteamericano.
Según fuentes aeroportuarias, el lugar de ingreso al país de los deportados argentinos -serían por lo menos diez- se definiría sobre la hora y, aunque lo más probable es que se concrete por la terminal privada de Ezeiza (FBO), la decisión final se tomará en el momento.
El vuelo OAE 3642, proveniente del aeropuerto internacional de Confins, en Belo Horizonte (Brasil), estaba originalmente anunciado para la 1.15 del jueves, pero se encuentra demorado hasta las 3. El embajador argentino en los Estados Unidos, Alec Oxenford, dijo que en el embargue “no hubo incidentes”.
Por su parte, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) informó a LA NACION que solo interviene en estos casos a requerimiento y que, como de momento no recibieron ningún pedido especial, no habrá un operativo adicional. Los deportados saldrían por la zona de arribos con el dispositivo de seguridad habitual, sin refuerzos en accesos ni en el perímetro. Desde Cancillería evitaron dar precisiones por motivos de confidencialidad.
El avión chárter, con capacidad para 247 pasajeros, partió este miércoles desde el aeropuerto Perot Field Fort Worth Alliance, al norte del distrito central de negocios de Fort Worth, Texas, a las 0.48 (hora local), con destino al aeropuerto internacional Alexandria, en el estado norteamericano de Luisiana.
Desde allí despegó a las 6.58 (hora local) con destino a Bogotá, la capital de Colombia, donde las autoridades migratorias norteamericanas entregaron un primer grupo de deportados.
Tras una parada esta tarde en Bogotá de cerca de tres horas y media, el vuelo despegó a las 15 (hora local) para continuar su camino pautado al siguiente destino, Belo Horizonte, donde dejaría un grupo de deportados brasileños, antes de finalizar su ruta de tres ciudades sudamericanas en Ezeiza en la madrugada. La programación es una previsión y puede estar sujeta a cambios de último momento, señalaron desde sitios especializados de aeronavegación.
En el marco del plan de deportaciones masivas del gobierno de Donald Trump, ya hubo otros argentinos deportados, que han sido trasladados a Buenos Aires en aviones comerciales. En general, cada ciudadano expulsado es acompañado por dos agentes de deportación, que luego regresan en forma inmediata desde la Argentina hacia Estados Unidos, según pudo reconstruir LA NACION.
Esta mañana, en diálogo con Radio Mitre, el embajador argentino, Alec Oxenford, se refirió a la situación de los deportados, pero evitó confirmar cuántos serán los que lleguen en el vuelo de Omni Air International, empresa con sede en el aeropuerto internacional de Tulsa, Oklahoma.
“Nosotros asistimos con todo el cuidado que, por supuesto, siempre merecen todos los ciudadanos argentinos. Siempre lo hemos hecho así y lo seguimos haciendo. Lo otro que puedo decir es que no ha habido incidentes”, señaló Oxenford.
“ pueden tener que ver con delitos de todo tipo, o con cuestiones vinculadas a la inmigración. Es una potestad de cada país decidir qué hacer con las personas que violan la ley dentro de su territorio”, indicó el embajador, que dijo que “literalmente, el número argentino es infinitésimo“ respecto a las expulsiones de ciudadanos de otros países de la región.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés), con que en los últimos meses ha tenido más flexibilidad para sus redadas, registró unas 200.000 deportaciones desde que Trump asumió el cargo, el 20 de enero pasado, y se encamina en 2025 a superar cifras que no se veían desde hacía una década en Estados Unidos.