¿Existe un nivel mínimo de felicidad para vivir más años? Esto dice la ciencia y cómo alcanzarlo
La felicidad ya no es solo un tema filosófico. Diversas investigaciones científicas comienzan a demostrar que este estado emocional tiene implicaciones directas en la salud pública. Más allá d...
La felicidad ya no es solo un tema filosófico. Diversas investigaciones científicas comienzan a demostrar que este estado emocional tiene implicaciones directas en la salud pública. Más allá de ser una sensación subjetiva, la felicidad puede medirse y, según nuevos hallazgos, incluso influir en la esperanza de vida.
Un estudio reciente sugiere que, al igual que dejar de fumar, alcanzar cierto nivel de bienestar podría protegernos de enfermedades que acortan la vida.
Más allá de sentirse bien: cómo la felicidad protege tu saludUn equipo de la Universidad de Alba Iulia (Rumania), liderado por la profesora Iulia Luga, analizó la relación entre felicidad y mortalidad en una investigación publicada en Frontiers in Medicine. “Demostramos que el bienestar subjetivo, o felicidad, parece funcionar como un activo para la salud de la población solo una vez superado un umbral mínimo de aproximadamente 2,7 en la escala de la Escalera de la Vida”, explica Luga.
Esta escala mide la percepción personal de bienestar del 0 al 10, donde 0 representa la peor vida posible y 10 la mejor. Los datos se recopilaron entre 2006 y 2021, abarcando 123 países, con apoyo de estadísticas de salud global y encuestas de opinión.
Por encima del punto de 2,7, el estudio encontró una reducción notable en la mortalidad por enfermedades no transmisibles (ENT). “La escalera de la vida puede visualizarse como una simple regla de la felicidad del 0 al 10, donde el 0 significa la peor vida posible y el 10, la mejor. La gente imagina dónde se encuentra actualmente en esa escalera”, añade la investigadora.
Por qué 2,7 puntos pueden cambiar tu esperanza de vidaUna puntuación de 2,7 se ubica en el límite inferior del bienestar. “Un adjetivo que encajaría en este nivel podría ser ‘apenas sobrellevando’”, señala Luga. Sin embargo, superar ese umbral puede marcar la diferencia: cada aumento del 1 % en la felicidad está vinculado con una disminución del 0,43 % en la tasa de mortalidad por ENT entre los 30 y 70 años.
El estudio no halló efectos negativos asociados a niveles altos de felicidad. “Dentro del rango observado, no encontramos evidencia de efectos adversos por una felicidad ‘excesiva’”, afirma Luga. En cambio, quienes permanecen por debajo del umbral no presentan mejoras medibles en salud, lo que sugiere que elevar el bienestar básico es un paso previo necesario.
Los países con mejores resultados tienden a invertir más en salud pública, tener redes de protección social más sólidas y gobiernos más estables. Durante el período analizado, la media mundial en la escala de felicidad fue de 5,45 puntos, con valores entre 2,18 y 7,97.
Círculo virtuoso: cómo la salud y la felicidad se retroalimentanLos investigadores advierten que las puntuaciones de felicidad son autoinformadas, por lo que podrían reflejar sesgos culturales o diferencias en la interpretación de las preguntas. Aun así, los resultados sugieren que promover políticas que incrementen el bienestar colectivo (como reducir la obesidad, limitar el consumo de alcohol, mejorar la calidad del aire y aumentar el gasto sanitario per cápita) podría tener un impacto tangible en la longevidad.
“Identificar este punto de inflexión podría proporcionar evidencia más precisa para las políticas sanitarias”, concluye Luga. “La felicidad no es solo un sentimiento personal, sino también un recurso medible para la salud pública”.
Principales conclusiones del estudio:Umbral crítico: los beneficios para la salud aparecen cuando la felicidad supera los 2,7 puntos en la escala de vida.Efecto progresivo: aumentar el bienestar en 1% reduce la mortalidad por ENT en 0,43 % entre los 30 y 70 años.Factores asociados: obesidad, alcohol, contaminación, urbanización y gobernanza influyen en los resultados.Limitaciones: los datos autoinformados pueden tener sesgos y no reflejar diferencias regionales o grupos vulnerables.