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Entrevista: el candidato de Uruguay que aspira a liderar el IICA con acciones diferenciadas para la agricultura

A principios del próximo mes, América Latina tendrá que elegir el nuevo director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), donde tres referentes del ámbit...

Entrevista: el candidato de Uruguay que aspira a liderar el IICA con acciones diferenciadas para la agricultura

A principios del próximo mes, América Latina tendrá que elegir el nuevo director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), donde tres referentes del ámbit...

A principios del próximo mes, América Latina tendrá que elegir el nuevo director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), donde tres referentes del ámbito agropecuario, con perfiles técnicos y experiencia en gestión pública, compiten por la dirección del organismo hemisférico. Cada uno busca imprimir su visión sobre cómo fortalecer la cooperación agrícola, la innovación tecnológica y el desarrollo rural sostenible en las Américas. La elección definirá el rumbo del organismo para los próximos cuatro años.

En ese escenario, Fernando Mattos Costa, exministro de Agricultura uruguayo y candidato, quien hasta ahora y de acuerdo con distintas fuentes tendría cerca de la mitad de los 34 votos de los Estados miembros del organismo, asegura que tiene el respaldado de algunos países de la región más allá del suyo, como Brasil y Chile. La Argentina todavía no definió su voto, que además es secreto. En la terna también está Muhammad Ibrahim, candidato de Guyana y de la Comunidad del Caribe (Caricom), y Laura Suazo, actual ministra de Agricultura y Ganadería de Honduras. Las elecciones serán del 3 al 5 de noviembre.

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En una entrevista con LA NACION, Mattos señaló que propone una gestión orientada a la sostenibilidad, la cooperación técnica y la integración productiva regional. "Uruguay, aunque pequeño, es un actor relevante en la producción y comercio internacional de alimentos. Somos un país exportador neto de carnes, lácteos, granos y biocombustibles. Nuestra vocación productiva está marcada por el compromiso con las normas sanitarias y el acceso a los mercados internacionales”, destacó Mattos, quien ocupó el ministerio entre 2021 y 2025, durante la presidencia de Luis Lacalle Pou, tras haber presidido el Instituto Nacional de Carnes (INAC) y la Asociación Rural del Uruguay.

Su vínculo con el IICA no es nuevo: en 2022 presidió la Junta Interamericana de Agricultura, máximo órgano de gobernanza del instituto, que reúne a los ministros del área del continente. Desde esa experiencia propone “reducir la heterogeneidad productiva del hemisferio” y fortalecer la transferencia tecnológica hacia los países con mayores rezagos.

“El IICA debe ayudar a cerrar la brecha entre una agricultura muy tecnificada y otra de subsistencia. No con el viejo modelo del técnico que visita el campo, sino con sistemas masivos de comunicación y conectividad rural. La digitalización y la infraestructura de banda ancha son claves para democratizar el acceso a la tecnología”, afirmó.

Mattos remarcó que la región enfrenta riesgos crecientes por variabilidad climática y enfermedades transfronterizas, lo que exige una mayor coordinación sanitaria entre los países. "Las enfermedades no conocen fronteras. Tenemos que fortalecer los servicios veterinarios y fitosanitarios, construir confianza entre los organismos técnicos y crear sistemas de alerta temprana coordinados. El IICA debe ser el brazo técnico que oriente y respalde esas políticas”, aseveró.

También subrayó la importancia de generar sistemas de seguros agropecuarios sólidos y fondos de contingencia para enfrentar eventos extremos. “Cuando llega una sequía o una inundación, la respuesta de emergencia es siempre más costosa y parcial. Hay que pasar de la reacción a la prevención”, planteó.

Consultado sobre las barreras paraarancelarias de la Unión Europea, el exministro fue categórico: “El proteccionismo europeo tiene décadas: tienen una política de protección de su propio sector agropecuario y evidentemente hoy tenemos nuevas modalidades que acrecientan, donde se pretenden introducir factores ambientales en el aspecto del gobierno. Nadie está en contra de la producción sostenible, pero introducir factores ambientales unilaterales en el comercio internacional es discriminatorio y termina afectando a los pequeños productores”.

Aclaró que la región no se opone a las políticas de sostenibilidad ni a evitar la deforestación y advirtió que “carecen de criterios científicos claros y no surgieron de un proceso de diálogo”. Señaló, además, que “Europa pretende imponer reglas supranacionales que desconocen la soberanía de los países, que ya cuentan con sus propias leyes sobre uso del suelo y conservación”.

Recordó que, durante su presidencia de la Junta Interamericana, impulsó el diálogo con Europa frente a la reglamentación sobre deforestación (EUDR), que condiciona el ingreso de carne, soja, madera y café a la certificación de origen libre de deforestación. “Es una norma costosa, burocrática y unilateral. Los países americanos ya tienen leyes soberanas que regulan el uso del suelo”, advirtió.

Mattos, que combina experiencia gremial, productiva y de gestión pública, subrayó que su candidatura cuenta con apoyos transversales en la región: “Tengo el apoyo de gobiernos de distinto signo ideológico. Eso es independientemente de que las diferencias son notorias entre la postura ideológica de sus propios presidentes, pero más allá de las personas que están en el mando, ocasionalmente, hay una construcción colectiva de más largo plazo que es la que tenemos que mirar. A mí me toca abonar posiciones muy disímiles, pero siempre hay un denominador común por el cual podemos trabajar y generar los sistemas de confianza y de unidad e intercambio. Todos queremos el desarrollo de nuestra gente y las comunidades rurales que son tan importantes en la identidad cultural".

El exministro sostiene que el IICA necesita combinar conocimiento técnico y experiencia política, ya que la dirección se define mediante una decisión política y que varía según cada país: en algunos casos intervienen las cancillerías, en otros los ministerios de producción o incluso las presidencias. “El organismo es técnico, pero su conducción requiere capacidad de negociación, gestión y articulación internacional. Los desafíos actuales son geopolíticos, climáticos y comerciales, y hay que afrontarlos con una mirada regional”, aseveró. Agregó que hay un reclamo común de todos los países que lo integran: “Menos burocracia, proyectos con mayor foco, apoyo efectivo a las políticas nacionales y una representación técnica equitativa en todo el hemisferio”.

Entre sus propuestas, Mattos dijo que plantea integrar más estrechamente al Caribe y Centroamérica con el Cono Sur, fomentar políticas diferenciadas para la agricultura familiar y revalorizar las comunidades rurales. El Caribe cuenta con una representación en el sistema interamericano con la Organización de los Estados Americanos , la Organización Panamericana de la Salud y la Corte Interamericana de Derechos Humanos bajo liderazgo de esa región.

—¿Cómo se puede integrar la realidad de la agricultura de Centroamérica con los sistemas productivos extensivos de países como la Argentina o Brasil?

—La agricultura familiar está presente en todos los países, porque existe ese estereotipo de que en el Mercosur la agricultura es grande y allá son chicos. Allá también hay grandes productores; quizás no en rubros extensivos, pero sí en producciones de banano, café, caña de azúcar o cacao, con productores de dimensiones importantes. Evidentemente, debemos tener políticas diferenciadas para los pequeños, porque la dimensión no es sinónimo de eficiencia o ineficiencia. Hay pequeños productores muy eficientes y grandes productores muy ineficientes.

Si el tamaño determina una dificultad mayor por las economías de escala y, además, por el grado de exposición frente a eventos climáticos como sequías o heladas, también influye en la capacidad de respuesta de los pequeños productores. Debemos generar políticas específicas para ellos. Sin embargo, es necesario trabajar todos juntos, entendiendo que no se pueden diseñar políticas exclusivamente en función del tamaño o la dimensión del productor. Todos son importantes, todos son necesarios y todos pueden generar oportunidades para intercambiar experiencias muy valiosas.

Mattos evitó opinar sobre la situación interna argentina y de Javier Milei, aunque consideró positivo el rumbo hacia la eliminación de las retenciones: “Es un impuesto distorsivo que altera el funcionamiento del mercado y termina afectando indirectamente a países como Uruguay”, señaló.

Recordó que la Argentina llegó a tener retenciones del 33% sobre la soja, lo que “abarató artificialmente la materia prima para la industria local y distorsionó toda la cadena productiva”. Destacó que la fugaz eliminación de retenciones del Gobierno permitió “revivir, aunque por pocos días, lo que significa producir sin ese impuesto”, y expresó su deseo de que la Argentina encuentre una fórmula permanente. “Las intervenciones generan desconfianza y frenan el crecimiento. Ojalá logren estabilidad, porque cuando a la Argentina le va bien, a Uruguay también”, cerró.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/entrevista-el-candidato-de-uruguay-que-aspira-a-liderar-el-iica-con-acciones-diferenciadas-para-la-nid09102025/

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