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Elizabeth McGovern, la “lady” que se transformó en un ícono sexual de Hollywood al personificar a una gran diva

El papel que definió durante 16 años a la actriz Elizabeth McGovern fue su rol de Cora Crawley, condesa de Grantham, en la serie Downton Abbey, un personaje famoso por su impasible compostura de ...

Elizabeth McGovern, la “lady” que se transformó en un ícono sexual de Hollywood al personificar a una gran diva

El papel que definió durante 16 años a la actriz Elizabeth McGovern fue su rol de Cora Crawley, condesa de Grantham, en la serie Downton Abbey, un personaje famoso por su impasible compostura de ...

El papel que definió durante 16 años a la actriz Elizabeth McGovern fue su rol de Cora Crawley, condesa de Grantham, en la serie Downton Abbey, un personaje famoso por su impasible compostura de lady.

Así que para McGovern fue un verdadero “cambio de ritmo” soltarse para el protagónico en la obra de teatro Ava: las conversaciones secretas, donde interpreta a una bomba sexual malhablada que no tiene filtro y no tiene problema en decir que le gusta el sexo, aunque de manera más directa...

“Es muy lindo, me estoy divirtiendo”, dice la actriz. “Y por supuesto que es muy liberador haberme sacado ese corset psicológico”.

La “Ava” del título de la obra no es otra que Ava Gardner, una morocha de una belleza clásica que ocupó un lugar de privilegio en el firmamento de Hollywood durante las décadas de 1950 y 1960. Entre las películas más conocidas de Gardner están Mogambo, La condesa descalza y La noche de la iguana. La actriz también acaparó los titulares por sus tumultuosos matrimonios con Frank Sinatra, Mickey Rooney y Artie Shaw, así como por sus complicados enredos con los excéntricos Howard Hughes y George C. Scott, a quienes ella describió como abusivos.

Todo eso termina de conformar un personaje fascinante, especialmente porque Gardner era de una inteligencia llena de sarcasmo. Pero Ava, que se acaba de estrenar en el New York City Center, no es el tipo de biodrama que podría confundirse con un segmento de relleno en un canal de cable de películas viejas. La adaptación que hizo McGovern del definitivamente poco convencional libro Ava: las conversaciones secretas, del periodista británico Peter Evans, explora las tensiones entre el biógrafo y su sujeto/tema, y cómo la vida de las celebridades es moldeada para el consumo masivo.

“En la mayoría de las biografías, la personalidad del biógrafo se cuela en cada página, pero en esta versión tenemos al biógrafo directamente ahí sentado”, dice McGovern entre ensayo y ensayo en una sala de Manhattan. “Y por supuesto que eso influye en la forma en que esa historia de vida es contada, porque el biógrafo tiene su propia personalidad y ha apostado por ese sujeto y por su historia”.

Los orígenes del libro se remontan a 1988, cuando Gardner, que por entonces vivía en Londres y se estaba recuperando de un ACV, le pidió a Evans —que en la puesta en escena es interpretado por Aaron Costa Ganis— que la ayudara a escribir sus memorias. Sus largas charlas a veces transcurrían a altas horas de la noche, cuando Gardner no podía dormir y llamaba a Evans por teléfono. Sin embargo, cuando Gardner sintió que perdía el control del relato, lo echó. La versión depurada, Ava: Mi Historia, fue publicada en 1990, año de su fallecimiento, a los 67 años. Finalmente, Evans obtuvo autorización para usar sus notas y grabaciones, y su propio versión fue publicada, póstumamente, en 2013.

Al principio, a McGovern la sedujo menos la historia de Gardner que el libro de Evans en sí. “Me daba mucha curiosidad poder analizar el proceso de escritura de una autobiografía, en vez de volver a presentar simplemente otra historia de vida de ‘mujer que va a Hollywood’ y las consecuencias que sufre”, dice la actriz. “Eso ya se vio un millón de veces”. Para su director, Moritz von Stuelpnagel, “la obra aborda el tema de lo que pasa con las celebridades femeninas: ¿sus carreras son producto de un sistema que las explota, o por el contrario, deberían ser evaluadas como mujeres que supieron explotar el sistema a su favor?”.

El motor dramático de la obra es una especie de juego del gato y el ratón entre Evans y Gardner, que refleja los espinosos intercambios que aparecen en el libro cuando él periodista intenta sonsacarle detalles picantes de su vida y ella oscila entre la ofuscación y la franqueza, y hasta hay una indirecta particularmente divertida sobre las “dotes” de Sinatra. “En escena básicamente hay dos personas desesperadamente incompatibles que intentan desesperadamente crear una obra juntas”, señala Costa Ganis, que además de interpretar a Evans da vida a los sucesivos maridos de Gardner.

Aun así, por fascinante que sea su recurso narrativo, la obra descansa en la indomable individualidad de Ava Gardner. “Me encantó redescubrir la fuerza de esa personalidad, por el simple hecho de que fuera una mujer sin tapujos y adelantada a su tiempo”, apunta McGovern. “Era increíblemente progresista. Era feminista en el sentido de que vivía su vida tal como la entendía”.

McGovern sintió que podía inspirarse en sus propias experiencias de vida, pues encontró similitudes entre ambas: Gardner creció en Carolina del Norte y llegó a la MGM a los 18 años con un contrato por siete años, mientras que McGovern debutó en el cine en su adolescencia en la aclamada película de Robert Redford, Gente como uno (1980). “Tengo mi propia experiencia con esa maquinaria que llaman el negocio del cine”, dice McGovern. “Eso me dio mucha confianza para completar las piezas que faltaban”. (La obra amplía el libro de Evans con detalles adicionales).

Probablemente esa actitud también la ayudó a confiar en su capacidad para escribir exitosamente. La actriz, que tiene 64 años, está casada con el director Simon Curtis y vive en Gran Bretaña desde hace tres décadas, comenzó escribiendo letras para su banda Sadie and the Hotheads. Cuando los guionistas originalmente encargados de adaptar el libro de Evans a una obra de teatro no dieron el resultado que se esperaba, McGovern pensó: “¿Qué tan difícil puede ser hacer esto? y puso manos a la obra. La obra resultante se estrenó en 2022 en el Riverside Studio de Londres, al año siguiente se presentó en el Geffen Playhouse de Los Ángeles, y está previsto que después de su temporada en Nueva York haga gira por Chicago y Toronto, Canadá.

Mientras tanto, McGovern también regresó para una nueva ronda como Lady Cora: tras seis temporadas de la serie y dos películas, el tercer largometraje de la saga, Downton Abbey: el gran final, dirigido por su marido, llegará a los cines de Estados Unidos el 12 de septiembre. Y si es la última vez que oímos hablar de la ya longeva franquicia, para McGovern está todo bien, pero no porque esté cansada. “Para mí, esta película es la más impactante de todas, y no me lo esperaba, porque no es un guion que aspire a mucho más que a continuar esos vínculos y personajes para darles el gusto a los fans”, dice con una franqueza propia de Ava Gardner. “Pero creo que justamente por eso es mejor que las otras películas, e incluso mejor que gran parte de la serie, porque es bastante relajada y los personajes pueden interactuar como el público espera que lo hagan”.

McGovern es aproximadamente un año menor que Ava Gardner cuando tuvo su primera conversación con Evans, pero el panorama y las opciones que tienen las mujeres han cambiado considerablemente en las últimas décadas, incluso en un ámbito tan complejo como la actuación. Cuando Gardner se contactó con Evans, quería escribir un libro no solo porque necesitaba dinero, sino quizás también porque era profundamente consciente del lugar que ocupaba en la industria cinematográfica: “Los actores envejecen, las actrices nos ponemos viejas”, le dice Gardner a Evans en determinado momento.

A McGovern, por otro lado, eso no le mueve un pelo. “Para ser honesta, no es algo que me atormente en este momento”, dice sobre envejecer. “Me pasa lo mismo que a mucha gente que conozco, veo una foto mía actual y literalmente pienso: ‘¿Y esta persona quién es? ¿Qué hace ahí mi madre?’,” dice McGovern entre carcajadas. “Y sin embargo, por algún motivo, en términos de energía creativa hoy me siento más viva que nunca”.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/personajes/elizabeth-mcgovern-la-lady-que-se-transformo-en-un-icono-sexual-de-hollywood-al-personificar-a-una-nid20082025/

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