El WTA de Buenos Aires, la apuesta por el tenis femenino en Sudamérica, y la situación del Argentina Open
En estos días, el Tenis Club Argentino recibe al principal torneo femenino que se juega en nuestro país el WTA 125. La tradicional entidad de Palermo, a pasos del Planetario, es un escenario idea...
En estos días, el Tenis Club Argentino recibe al principal torneo femenino que se juega en nuestro país el WTA 125. La tradicional entidad de Palermo, a pasos del Planetario, es un escenario ideal para las chicas que se ilusionan con llegar a los grandes torneos, a las citas mayores. Varias de las que participan lo hacen para sumar puntos, ya que les falta poco para ingresar de manera directa en el Abierto de Australia, primer Grand Slam de 2026, cuyo corte de ingreso se conocerá en los próximos días. Por los pasillos y las canchas aparecen jugadores con pasado de Top 20, como la italiana Martina Trevisan, semifinalista en Roland Garros 2022; la estadounidense Varvara Lepchenko, de 39 años, que fue 19a del ranking, y la española Sara Sorribes Tormo, ganadora de seis trofeos del nivel WTA.
Y desde luego, están las ilusiones argentinas, con la intención de progresar y abrirse paso en un circuito exigente. Faltó Solana Sierra, la jugadora de mejor ranking (66ª), que como muchas otras tenistas, dio por finalizada su temporada. Sí participaron María Lourdes Carlé (137ª), Julia Riera (172ª), Jazmín Ortenzi (215ª), Luisina Giovannini (281ª), Candela Vázquez (920ª), y Marina Bulbarella (1171ª). Las tres últimas mencionadas recibieron invitaciones especiales para ingresar; las primeras entraron de manera directa. “Es un gran avance. En el primer torneo que hicimos, hace cuatro años, ninguna de las chicas podía ingresar por sus propios medios, necesitaban una invitación”, comenta Martín Jaite, director del certamen. Esa progresión se muestra firme, aunque este año ninguna de las representantes de nuestro país estarán en las instancias decisivas. La gran favorita es la egipcia Mayar Sherif (93ª), que además defiende el título.
Un WTA 125 es un certamen de carácter mixto: no encaja dentro de los torneos superiores del Tour, y también está por encima de los modestos certámenes de la Federación Internacional. Es un nivel que surgió para ocupar un espacio que necesitaba el tenis de mujeres y que hace rato tiene más opciones entre los varones: los challengers. Es un formato que a la WTA le interesa que crezca, y en este sentido, Tennium, la empresa titular del Argentina Open, encontró también la posibilidad de impulsar a las tenistas de esta región. Por eso, además de Buenos Aires, impulsó la realización de otros torneos en Sudamérica del mismo nivel, en Río de Janeiro, Florianópolis, Cali, Tucumán (reemplazó a Santa Cruz de la Sierra, postergada en 2025 por la incertidumbre política en Bolivia), Colina -Chile- y Quito, que se disputará la semana próxima. Tennium, además, organiza otros dos torneos de esta categoría en Valencia y en San Sebastián, España.
Eso sí: la WTA se preocupa por mantener un estatus elevado. “Se concibe esta categoría con unas exigencias similares a un torneo ATP 250, al menos en cuanto a transportación, comida, hotelería. Fui a algunos torneos 125 en Europa. Y la verdad que, en cuanto a organización estamos muy bien. Estamos muy bien considerados por la WTA”, agrega Jaite.
Martín Hughes, director ejecutivo de Tennium y presidente de la Asociación Uruguaya de Tenis a LA NACION, cuenta: “Hace cinco años decidimos que teníamos que empezar a ayudar al tenis femenino. Dijimos: ‘vamos a hacer un Argentina Open femenino en Buenos Aires y otro en Uruguay’. Después surgió la oportunidad de que nos daban mejores condiciones de parte de la WTA si hacíamos uno más, y ahí conseguimos un socio en Chile. Cuando vos hacés tres semanas seguidas de torneos, ya se suman bastantes puntos, un buen prize money, se torna un swing (gira) interesante y ahí arrancamos".
-¿Vislumbran un potencial de tenis femenino en la región, más específicamente en la Argentina?
-Sí, sí. Apostamos mucho al tenis femenino, creemos que hay una oportunidad grande. Durante mucho tiempo estuvo desatendido. En Latinoamérica no había nada. Había un 250 en Colombia, creo, y después nada. Así era imposible que se desarrolle el tenis en la región; le ponés una plataforma seria o no se desarrolla. Entonces, en reuniones con la WTA armamos un poco nuestro plan, a largo plazo.
-Hubo un aumento en la cantidad de los WTA 125.
-Sí. La WTA no era algo que le prestaba demasiada atención. Pero faltaba un escalón en la escalera del circuito, y nosotros contribuimos mucho a eso. Ellos vieron cómo veníamos haciendo las cosas con ATP y con ITF, y les propusimos un plan de crecimiento, de llegar a 10 torneos WTA. Nos tiramos al agua y empezamos en el 2021. La WTA vio que funciona, que aparecen jugadoras nuevas, que empiezan a entrar en torneos importantes, y están tratando de hacer lo mismo en otras regiones. Ahora tienen un objetivo de llegar a los 50 torneos.
A diferencia de los torneos ATP, como el de Buenos Aires, Tennium no es dueño de una licencia en la rama femenina, sino que es el operador de un torneo con aprobación de la WTA; en algunos casos, de manera directa, como en Buenos Aires; en otros, con el apoyo de un promotor local. El costo global de la organización para cada uno de estos torneos ronda entre los 300.000 y los 400.000 dólares. Dentro de este contexto, hay países en los que el apoyo de la federación local es decisiva, como el caso de Brasil, con recursos para aportar; en otros casos, es preciso sumar sponsors, el apoyo de la ciudad sede, venta de tickets y derechos de televisión.
Estos torneos, vinculados al desarrollo, necesitan de manera indefectible un apoyo del país y sus gobiernos. “Hay un riesgo muy alto de que no puedas cubrir los costos. De hecho, eso me ha pasado en Montevideo. Pero en Argentina estamos muy instalados, con buen equipo, buenos jugadores. Además, otras ciudades demuestran interés, porque no hay muchos eventos de este nivel en el interior, se va despertando un interés”, cuenta Hughes sobre la posibilidad de que en 2026 se incorpore otra ciudad. Tucumán dejó una grata impresión, con muy buena respuesta de público. “Nuestro rol es el desarrollo en Latinoamérica. Pero Argentina está muy bien posicionada... Es como una fábrica de tenis, hay una pasión, conocen mucho. Es un deporte bastante más accesible que en otros lugares, canchas por todos lados. Eso no pasa en otros lugares. A partir de ahí, Argentina es el paso más fácil que tenemos para dar, aunque en el resto de los países de a poquito se fue despertando también”, revela Hughes.
Tennium, además, cuenta con el management de varios jugadores, incluidas argentinas, como Solana Sierra. “Eso se hace más allá de los torneos. Para ese scouting tenemos un equipo que presta atención a chicas jóvenes, otras que están ya un poquito más despegadas, que necesitan apoyo. Nosotros les damos la oportunidad de que sea accesible sumar puntos sin tener que trasladarse y hacer una inversión grande para viajar a Europa. En la región, hay 125 puntos por cada uno de los 7, 8 o 9 torneos. Hay casi mil puntos por los que pueden estar peleando. En premios, cerca de un millón de dólares a los que pueden acceder. Solana, por ejemplo, participó de torneos acá; después pasó lo que pasó en Wimbledon . Es un cambio muy fuerte”, explica el dirigente uruguayo.
Hughes quedó encantado con la historia de superación de la ucraniana Oleksandra Oliynykova, de 24 años, que emigró de su país por el conflicto con Rusia, “Ella viene en condiciones muy adversas, luchándola. Cuando empezó la gira, si no me equivoco, estaba por arriba del 150°. Y fue campeona en Tucumán. Ahí vimos que ella le mandó un video a su papá, que está peleando en la guerra. Viajó a Chile, y ganó el torneo que realizamos. Con los puntos que sumó, entra al Abierto de Australia. Le cambió la vida. Esas cosas nos llenan de orgullo".
En cuanto al WTA 125 de Buenos Aires, siempre hay cosas para mejorar. “También hay que entender al público, ¿no? Es la parte de buscarle la vuelta para que el producto sea lo más atractivo posible". Es muy posible que, a partir del año próximo, el horario gire hacia un segmento más tardío, y que haya sesiones nocturnas entre el miércoles y el viernes, lo que ayudaría a que mucha gente que sale del trabajo pueda acudir a Palermo, y poder seguir a una jugadora local. Por ahora, casi todos los encuentros se realizan dentro de un horario laboral habitual, con excepción de las semifinales y la final, que se jugarán este sábado y domingo. “Queremos que en dos o tres años esto sea algo realmente distinto, como lo hemos hecho con el ATP”, asegura.
La “invasión” árabe y una leyenda en la miraMartín Hughes recibió hace unas semanas la noticia de que la ATP aceptó el ingreso de un Masters 1000 con sede en Arabia Saudita, a partir de 2028. Es posible que ese certamen se realice en febrero, después del Abierto de Australia, y obviamente, antes de Indian Wells y Miami. Potencialmente, podría ser una competencia rigurosa para el Argentina Open dentro de un calendario apretado.
“No es lo que más nos gusta escuchar, por un lado. Pero por otro lado lo que sí sabemos es que el mensaje de la ATP es que el swing sudamericano hay que mantenerlo y potenciarlo. Eso es muy importante. Ese mensaje fue dado también públicamente. No están haciendo lo mismo con la gira de Norteamérica ni tampoco con la de Europa", señala el referente de Tennium sobre los otros otros torneos que se juegan en el mismo mes: por un lado, Dallas y Delray Beach, por el otro, Montpellier y Rotterdam.
“Estamos trabajando para potenciar el torneo, ver qué apoyo hay ahí para potenciarlo. Y aclaro que no se trata de un apoyo económico. Se sabe que nosotros queremos que este torneo sea un ATP 500, y encontrar más atractivos para que cada vez haya mejores jugadores que tengan el interés de venir a jugar acá. Que se mantenga la superficie, personalmente, es una cosa que me interesa, porque nos diferencia de los demás. Si nosotros mañana pasamos a superficie dura, somos iguales al resto del mundo. En esa época vamos a ser los únicos que estamos con polvo de ladrillo: Río de Janeiro, nosotros y Santiago”, amplió.
En el Argentina Open 2026, a jugarse del 7 al 15 de febrero, se prevé la presencia de Lorenzo Musetti, semifinalista de Roland Garros y número 8 del mundo; su compatriota Matteo Berrettini, el francés Gaël Monfils, que se despide del circuito en la próxima temporada, y el brasileño João Fonseca, joya sudamericana defensor del trofeo, además del numeroso grupo de argentinos.
El de Buenos Aires es uno de los 40 torneos del nivel ATP 250, mientras que hay 16 de la gira 500. De cara al ingreso del Masters 1000 árabe, Hughes cree que habrá más cambios. “Van a tocar abajo. Ese es un poco el plan, que se toque en la parte baja . Que esa es la respuesta a cómo nos afecta a nosotros. Pero eso no quiere decir ‘cambio todo abajo’, porque hay cosas que no se pueden tocar. Y me imagino que también debe haber alguna idea de aumentar el número de challengers, si sacan más ATP 250, para que no haya un salto tan grande en cómo acceder después a un 500, etc. No creo que se amplíe la base de los ATP 500. Creo que va a ser un calendario más limpio y ponerlo más atractivo, con torneos más grandes. Ahora está sobrecargado”.
Si bien ya hay varios nombres asegurados para el próximo Argentina Open, Hughes espera contar con una figura de primerísimo nivel. El sorteo de la Copa Davis propició que Serbia tenga a visitar a Chile el fin de semana previo al torneo de Buenos Aires. Hace bastante que Novak Djokovic no juega la Davis, de la que fue campeón en 2010. Pero... “Sí, tengo la ilusión, totalmente. Y no creo que este sea su último año. Vamos a ver. No es fácil, hay que buscar más por su lado emocional que por otro motivo. Hay que trabajar en eso. La ilusión está”, dijo el dirigente, que desde hace años busca el desembarco del legendario ex número 1. El serbio, vale recordarlo, pasó en un par de ocasiones por nuestro país: una exhibición que disputó en 2013, con David Nalbandian, y el año pasado, llegó especialmente para la despedida de Juan Martín del Potro... pero aún no jugó por los puntos en el polvo de ladrillo porteño.