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El Salón Nacional de Artes Visuales entregó 33 premios en el Palacio Libertad

Energía, ilusión, nervios esperanzados se respiraban anoche en la terraza del Palacio Libertad, sobre el lomo de la Ballena y debajo de la luz azul de la Gran Lámpara: la platea estaba repleta d...

El Salón Nacional de Artes Visuales entregó 33 premios en el Palacio Libertad

Energía, ilusión, nervios esperanzados se respiraban anoche en la terraza del Palacio Libertad, sobre el lomo de la Ballena y debajo de la luz azul de la Gran Lámpara: la platea estaba repleta d...

Energía, ilusión, nervios esperanzados se respiraban anoche en la terraza del Palacio Libertad, sobre el lomo de la Ballena y debajo de la luz azul de la Gran Lámpara: la platea estaba repleta de artistas sonrientes. Eran los más de 200 finalistas seleccionados entre los 3000 postulantes del gran concurso del arte argentino, el 112.º Salón Nacional de Artes Visuales. Se entregaron 33 premios, tres de ellos adquisición. Hubo buena representación federal, aunque ya no se le cubre el flete a los participantes que no viven en Buenos Aires. También se mantuvo la equidad de género, aunque las bases ya no exigen un cupo. Del estado del edificio del Palais de Glace, sin noticias. La novedad son las categorías que se sumaron, como Diseño. También, es la primera edición que la centenaria institución tiene el apoyo de una asociación de amigos.

Rodrigo Alonso tuvo el gran trabajo de convertir esas 219 obras en una exposición, con un diseño del montaje de lectura fluida, sin agrupar por categorías, en las salas del 4° piso y de la Gran Lámpara (6° nivel). “La curaduría siguió sobre todo un criterio de orientación en la lectura, sin temas ni líneas curatoriales fuertes, sino relaciones entre las obras, haciendo que todas se relacionen entre sí”, señaló. Se podrá visitar hasta marzo de 2026.

Los tres premios adquisición no incluyeron pintura, que suele ser la disciplina que históricamente más premios acumula. Juliana Iriart, Martín Di Girolamo y Leo Vaca, los tres ganadores, aportan al patrimonio nacional un video, una escultura y una foto. Pasan a integrar la colección del Palais, que ahora se guarda repartida en diferentes museos. Las obras de restauración del edificio están paralizadas. “Estoy recién llegada y no hay información sobre esto. El Palais está muy activo y tenemos una gran programación para 2026 en museos nacionales amigos que nos abren las puertas. Estamos trabajando profundamente en el Archivo, tenemos más de 8000 biografías de artistas”, dijo a LA NACION Cristina Santa Cruz, directora del Palais de Glace.

“En estas tres categorías (video, escultura y fotografía), en esa diversidad de los lenguajes, pero también de los posicionamientos de los artistas frente al lenguaje, con una mirada política, citas a la historia del arte y con una mirada que en lo social, vemos que también hubo una unanimidad en la sensibilidad de qué obra se eligió”, dijo Daniel Fischer, que integró el jurado de selección y de premiación junto con Alonso, Marina Cisneros, Daniel Fischer, Virginia Buitrón y Estanislao Florido.

“Siento que esta obra es parte como de una cadena, porque estos trabajos tienen esa intención de que no se apague la chispa de alguien que inspira”, dice Iriart. Su obra es un video-ópera de un cuadro de Mildred Burton, una reinterpretación contemporánea sobre su trabajo. “Sus palabras y creencias se ponen en acción a través de cantantes líricos, instrumentos, maquetas pintadas y pinturas”, explica.

Leo Vaca ganó con una fotografía silenciosa, una pared donde se ven marcas de cuadros que fueron descolgados, titulada Colegio Militar de la Nación. “Hace treinta años que fotografío estos temas relacionados con los Derechos Humanos”, contó. La obra de Di Girolamo, El último viaje, es una escultura hiperrealista que emerge como una alegoría blanca de una pared oscura.

Las bases ya no son las de Feda Baeza, exactamente. En febrero pasado, el Gobierno derogó el artículo 3° del reglamento general del Salón Nacional de Artes Visuales (SNAV), que establecía el respeto por “la participación igualitaria en cuanto a género, tanto en la elección de los jurados, y la selección y la premiación de las obras, como en la nominación y otorgamiento de los Premios Nacionales a la Trayectoria Artística”.

De todas formas, la mirada atenta a las diversidades parece ser un terreno ganado: “Siempre mirábamos eso. Tanto, que hay categorías que eran extremadamente femeninas... nos reíamos un poco y decíamos, bueno, deberíamos pensar en un cupo masculino. El cupo no tiende a segmentar, sino a poner la mirada en algunas desigualdades. Y cuando ya son miradas como en este salón, ya quedan instaladas en el cuerpo colectivo”, dice Fischer. En las Artes del Fuego, los premiados fueron cinco mujeres y un varón: Lucía Eugenia López, María Candelaria Traverso, Daiana Ares, Evi Tártari y Luciano Polverigiani.

Una dificultad para la representación equitativa federal es que ya no se ayuda a costear el flete a las artistas seleccionados que viven en provincias. Para un artista de Tierra del Fuego, por ejemplo, se vuelve mucho más difícil competir. Aun así, los premios se repartieron por todo el territorio. En la categoría Dibujo, los ganadores fueron casi todos del otro lado de la General Paz: Patrick Gläscher, un genio del grafito y único porteño, Virginia Iurinic de Misiones, Maximiliano S. López ¡de Tierra del Fuego!, Leo Guardianelli de Chaco, y Juan Castillo y Fran Heredia de Mendoza.

En pintura se premió la geometría de Gilda Picabea, un estandarte de Xil Buffone ligado al trágico final de Mariano Moreno, y también se destacaron las obras de Noelia Villacorta, Agustina Lazarte (un cajón de limones pintado como porcelana holandesa con escenas del mercado tucumano), Verónica Calfat (figura femenina en el paisaje, preciosa), Marina Daiez, Andrés Romero von Zeschau (una escena correntina con pombero) y Alejandro Carosella, con una galería de paisajes grises del conurbano.

La categoría Diseño debutó con un premio muy deseable para artistas: una pequeña prensa portátil, llamada Copiona, del colectivo integrado por Javier Nocete y Yasmín Uasuf (Santa Fe). Más distinciones para Alexia Simsiroglu, Francisco Miranda y Mónica Sartori.

Las disciplinas borran sus límites. El primer premio en Escultura también podría haber sido premiado en Textil: “A pesar” de Victoria Pastrana de Tucumán son mantas, ropa y tejidos típicos de los Valles Calchaquíes adentro de una red plástica: una escultura blanda. Otros premiados, Alejandro Gabriel, Cecilia Teruel, Gabriel Sasia y Bárbara de Lellis (una obra que también podría haber competido en Artes del Fuego porque es de cerámica esmaltada). En Textil, donde hubo récord de presentaciones, se premió un cubo de hilos Erica Aisen, que también es escultura e instalación. Otros premios para Nilda Rosemberg, Karina Granieri, Pablo Peisino y Eli Palavecino. “El textil y la cerámica son lenguajes que empiezan a expandirse en cantidades y eso también a veces hace difícil elegir. Entonces, aparece la trayectoria, el trabajo del artista, el territorio, ese cupo y una buena obra que siempre prevalece“, señaló Fischer.

Esta libertad se nota también en categorías como Espacio no disciplinario (fueron premiados Javier Soria Vázquez, Roxana Ramos, Andrés Garavelli y Mónica Fierro) e Instalaciones y medios alternativos (Victoria Papagni en colaboración con la performer Tobibi Bienz, Valentín Asprella Lozano, Sergio Lamanna, Paula Massarutti, Milagros Waigadt, Juan Spolidor y Javier Plano).

En Fotografía se distinguió el “Retrato del Sargento Cabral” de Leandro Allochis (estaba también el modelo que lo interpretó). Pictórica la foto de Guillermo Srodek-Hart. Más galardones para Pompi Gutnisky, Clara Nerone, Carolina Baldomá, Daiana Rodríguez Q. y Julia Romano. En Gráfica, premios para Ana Lía Werthein, Mili Montejo Echeverría, Carolina Fernández, Daniel Juárez y Hernán Borches.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/cultura/el-salon-nacional-de-artes-visuales-entrego-33-premios-en-el-palacio-libertad-nid14112025/

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