El procurador general bonaerense denunció al juez de San Isidro acusado de acoso sexual y laboral
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El procurador general bonaerense, Julio Conte Grand, presentó una denuncia contra el presidente de la Cámara de Apelación y Garantías de San Isidro, Ernesto García Maañón, demandado ante la Suprema Corte de Justicia bonaerense por una funcionaria del tribunal de alzada por acoso sexual y laboral.
La presentación fue hecha ante la Secretaría Permanente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios bonaerense, informaron fuentes al tanto de la denuncia presentada por Conte Grand.
Se trata del primer paso de un eventual jury de enjuiciamiento, que podría derivar en la destitución del magistrado si el veredicto es de culpabilidad.
En julio pasado, LA NACION había revelado que una funcionaria judicial que, en ese momento, tenía el cargo de secretaria letrada y cumple funciones “propias y exclusivas” en la Secretaría de Presidencia de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de San Isidro denunció a García Maañón ante Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.
G. B. S., como se identificó a la denunciante, sostuvo en la presentación que la situación afectó su salud “emocional y mental”.
Según pudo saber LA NACION, en la denuncia presentada por el jefe máximo de los fiscales bonaerenses no solo se hizo referencia a las acusaciones de acoso sexual, sino también a “violencia laboral ejercida contra sus dependientes, desvío de recursos humanos y materiales del Poder Judicial en beneficio propio, escasa concurrencia a su despacho, abuso de poder y presiones sobre testigos”, entre otras cuestiones.
Tras la denuncia de G. B. S., la Subsecretaría de Control Disciplinario de la Suprema Corte de Justicia instruyó un sumario.
“La denuncia se fundamenta sobre los hechos acreditados en el sumario que le instruyó la Suprema Corte donde se entendió que la gravedad de las faltas excedía la órbita disciplinaria y hacía merecedor a García Maañón de la destitución, por lo que remitió las actuaciones al procurador general para que considerara la oportunidad de denunciarlo. El Procurador General llegó a la misma conclusión, por lo que presentó la denuncia contra el magistrado en la Secretaría Permanente del Jurado de Enjuiciamiento”, explicaron las fuentes consultadas.
Además del sumario disciplinario que se abrió en su momento en la Suprema Corte de Justicia bonaerense y que derivó en la denuncia presentada en las últimas horas por Conte Grand, hay una causa penal que instruye el fiscal José Amallo. El 31 de julio pasado, García Maañón presentó su renuncia al cargo de juez.
“García Maañón tenía previsto presentar su renuncia para después de la feria judicial, pero, finalmente, decidió hacerlo un día antes de que termine el receso para estar más tranquilo y defenderse de las acusaciones en su contra, de las que estamos convencidos de su falsedad. Además, él cree que, de esta manera, se tiene mucha más libertad desde la fiscalía para investigar lo que creemos son hechos inexistentes”, había dicho a LA NACION, en su momento, Adrián Murcho, abogado de García Maañón, tras presentar la carta de renuncia en la Secretaría de Personal de la Suprema Corte de Justicia bonaerense.
Y, el abogado de G. B. S., Juan Saucedo, había dicho: “Esperemos que el gobernador Axel Kicillof no acepte la renuncia presentada por García Maañón y que se haga el jury, porque de aceptarla no solamente sería dotar de impunidad a casos graves como el denunciado, sino también brindarle un privilegio manteniendo su condición de juez. Además, sería un contrasentido de las políticas de género que Kicillof se jacta de implementar. De nuestra parte vamos a impulsar el jury y la causa penal. Hay elementos de juicio suficiente como para impulsar la causa penal por amenazas, acoso sexual, abuso de arma y violación de los deberes de funcionario público“.
El casoComo se informó en su momento, la denuncia de G. B. S. ante la Subsecretaría de Control Administrativo de la Suprema Corte de Justicia bonaerense comenzó con un relato pormenorizado de las situaciones de abuso que afirma haber vivido desde fines de febrero pasado, cuando García Maañón, estaba a punto de volver a ejercer la presidencia de la Cámara que es rotativa.
Según recordó la funcionaria, el 20 de febrero último, la funcionaria fue convocada a la oficina del magistrado “para ultimar detalles con relación a su futura presidencia” a partir de marzo. Entre otras cuestiones, hablaron de pautas de trabajo.
“Desde esa fecha comenzó un vínculo cordial, basado en el respeto y la confianza, de índole laboral, al menos de mi parte. Sin embargo, con el correr de los días comenzó a mencionar mediante mensajes o en forma personal que le parecía atractiva, que no me tire a menos, que así tenía que ir por la vida, señalando que era una ‘opinión masculina experta’".
El 25 de febrero, en el contexto de una conversación por WhatsApp, le dijo: “Cuidá tu cuerpo y salud, que te eleva la autoestima. Consejo, look para los juramentos (y para que me envidien): pelo suelto y el traje negro escotado con mini que llevaste el martes pasado".
G. B. S. trató de ser cordial en la respuesta, pero nunca más se puso el vestido que le había pedido el juez, explicó en su denuncia.
El 30 de marzo pasado, un mes después de que García Maañón asumiera la presidencia, la denunciante comenzó a recibir mensajes de WhatsApp en horas de la madrugada. “¿Despierta?”, le preguntó un día a las 1.12, según dijo G. B. S. y, seguido, le escribió: “La noche es como el vino, te desinhibe. La noche es deseo, la pasión, la aventura”.
G. B. S. hizo referencia a una invitación del magistrado para que vaya a comer un asado a su casa, donde iba a estar un comisario, uno de sus hijos y un custodio. Pensó varias veces cómo decir que no a esa “reunión de trabajo” programada para un sábado, finalmente se enfermó y no fue.
El 2 de abril, explicó la denunciante en su presentación, García Maañón le dijo que era un “cazador” y que le gustaba la “presa difícil”, “el caballo que le costaba domarlo” y que le gustaban las “mujeres que no eran sumisas”.
“Ni una sola vez le di a entender al doctor García Maañón que había posibilidad de un vínculo del tipo que intentaba”, sostuvo G. B. S. en su relato de los hechos.
Al promediar la presentación, la funcionaria recordó una situación donde, por primera vez, se sintió intimidada.
“En una ocasión en la que nos encontrábamos a solas me ordenó: ‘Sentate en ese lugar’, señalando un cuerpo de un sillón, haciendo alusión a un sillón de tres cuerpos. Me senté y el almohadón se hundió considerablemente y quedé como hundida, pequeñita. Entonces se sentó a mi lado y, mientras yo intentaba leer y explicarle temas que había llevado escrito en hojas, su mirada y su cuerpo se giró considerablemente sobre mi cuerpo y su mirada se posó por encima de mi hombro. Fue la primera vez que me sentí intimidada por el doctor García Maañón. Era el presidente, mi jefe, nunca antes había vivido tal incomodidad. La luz tenue innecesaria, y la cercanía de su cuerpo me incomodó, sentí como que respiraba casi sobre mi cara. Yo miraba hacia abajo las hojas, tratando de leer de manera rápida la firma para retirarme y él, en un tono lento, me miraba haciendo como que le interesara lo que leía. Me intimidó con su cercanía y lo notó. Luego, con voz suave, me preguntó ‘¿Te incomoda?’. Sí, le contesté con firmeza. Automáticamente, se levantó y se sentó en otro sillón, y me dijo, como desentendiéndose de la situación, ‘tendré que cambiar ese almohadón’“, sostuvo G. B. S. en su denuncia.
En un momento, como esa relación “jefe-empleada” le pesaba y la ahogaba, G. B. S. aceptó ir a cenar a un lugar público.
“Me dijo ‘con que cenemos juntos me basta. Por mí podés venir desnuda, jaja…'. Sin embargo, no le pude poner freno. En horario laboral me citó en el despacho. García Maañón estaba en una postura juvenil, como excitado. Salió de su escritorio y me detuvo en el medio de su despacho . Me tomó de la cintura e intentó bajar la mano hacia mi cola, me sorprendí y di un paso hacia atrás, le dije ‘¿Pasó algo?’ Me dijo ‘no, solo quería verte’“, contó la funcionaria. Ella se fue del despacho.
Una de las últimas situaciones de acoso que describió G. S. B. en la denuncia fue el 19 de junio, casi un mes antes de su presentación, en el despacho del magistrado. García Maañón ya le había dicho que era instructor de tiro.
“Me dijo que me sentara. Se levantó, sacó del cajón su arma, le puso el cargador, le sacó el seguro o se lo puso, dado que solo escuché el ruido, y en un movimiento rápido la pasó cerca de mi cara. No recuerdo si la puso delante de su pantalón o detrás, quedé como helada de haber visto el caño del arma pasar cerca de mi cara. Él salió del escritorio, tomó un bolso, y dijo ‘me retiro’. Salí del despacho y fui a mi despacho y comencé a llorar”, sostuvo G. B. S., según consta en el documento al que tuvo acceso a LA NACION.
En el sumario disciplinario, se presentaron la copia y capturas de los mensajes de chats que el magistrado le envió a la víctima con connotación sexual y erótica.
“Cuidá tu cuerpo y salud, que te eleva la autoestima. Consejo de look para los juramentos (y para que me envidien): pelo suelto y el traje negro escotado con mini que llevaste el martes pasado”; “me olvidé de decirte que estabas muy elegante hoy. No tengo secretaria, ja”; “tengo una receta, el martes te la doy”, “la noche es como el vino, te desinhibe. La noche es el deseo, la pasión, la aventura”, y “los pantalones te quedan muy bien igual. Hoy lo comprobé”, fueron algunos de los mensajes de WhatsApp enviados por García Maañón.