El hospital creado por inmigrantes judíos que visitó Einstein, atendió a Perón y Maradona, donde se filmó un éxito del cine argentino
En la avenida Gaona, entre Nazca y Terrada, sobreviven los restos de un hospital legendario. 8856 metros cuadrados en Flores, clausurados durante años. Hace días, IRSA pagó casi siete millones d...
En la avenida Gaona, entre Nazca y Terrada, sobreviven los restos de un hospital legendario. 8856 metros cuadrados en Flores, clausurados durante años. Hace días, IRSA pagó casi siete millones de dólares por el emblemático edificio. Y mientras decide en qué lo transformará (su destino puede ser comercial o residencial) vale recordar su pasado: allí comienza la épica de su regreso.
Por esos pasillos caminaron personalidades como Albert Einstein durante su visita al país, y los médicos Jonas Salk y Albert Sabin, pioneros en la lucha contra la poliomielitis. También fueron atendidos ahí Juan Domingo Perón y Diego Maradona. Su relevancia no fue solo médica: el lugar inspiró a cineastas y allí se filmaron varias escenas de El secreto de sus ojos, la película argentina ganadora del Oscar.
“A fines del siglo XIX y comienzos de XX, Buenos Aires era un hervidero de colectividades de inmigrantes. Eran personas muy inquietas que trabajaban 12, 14 o hasta 16 horas por día, pero que aún así tenían tiempo para organizarse, fundar clubes, escuelas y, también, hospitales. Muchos de los lugares más emblemáticos de la ciudad fueron fundados por ellos”, explica Roberto D’Anna, presidente del Museo de Flores, una asociación civil sin fines de lucro.
–Y uno de esos lugares fue el Hospital Israelita
–Sí. La colectividad judía siguió ese mismo camino e inauguró en 1916 el Hospital Israelita, en la frontera de Flores y el barrio Santa Rita. No fue un gesto aislado: antes, los alemanes habían abierto el Hospital Alemán en 1867; los ingleses, el Hospital Británico en 1844; los italianos, el Hospital Italiano en 1853; y los españoles, el Hospital Español en 1872. El Israelita nació de ese mismo impulso comunitario, como un lugar de atención para sus propios inmigrantes y con el tiempo, para toda la ciudad.
-¿Qué características tuvo su construcción?
-El edificio ocupa tres cuartos de manzana. Fue diseñado por el arquitecto francés Jacques Braguinsky, el mismo que diseñó el ex Ministerio de Agricultura, ganadería y pesca. En sus orígenes, sus fachadas estaban adornadas con franjas de azulejos azules que contrastaban con las sombras de las salientes del techado. Todas las ventanas tenían delicados trabajos de mayólicas, mientras que en la entrada principal se destacaba la estrella de David, un motivo que se repetía en el resto de la ornamentación. En su interior, el hall estaba hecho de mármol italiano, que poseía sus paredes divididas en paneles, donde se encontraban esculpidos los nombres de los obradores que contribuyeron a levantar el edificio.
-¿Quién impulsó su creación?
-En 1900, el rabino Henry Joseph fundó la Asociación Israelita de Beneficencia y Socorros Mutuos, que más adelante se llamó Ezrah (que en hebreo significa “ayuda”), así empezó la iniciativa. Dieciséis años después, se concretó con la creación del Hospital.
-¿Qué relevancia tuvo en el barrio?
-Si bien Flores ya tenía dos hospitales, el Hospital General de Agudos “Parmenio Piñero” y el Hospital Álvarez, el Israelita enseguida se convirtió en un lugar muy importante para la ciudad. Tenía un cuerpo médico de gran nivel y era excelente en el área de dermatología. El edificio de varios pisos llegó a tener 1300 empleados.
-¿Cómo se financiaba?
-Originalmente se financió con el aporte de los inmigrantes judíos bajo la Sociedad de Socorros Mutuos Ezrah, donaciones privadas. Después aparecieron los convenios con obras sociales sindicales y con el PAMI (Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados).
-¿Cuál fue la época de esplendor?
-Sin duda, las décadas de 1940 y 1950.
-¿Qué personalidades caminaron por sus pasillos?
-Vino Einstein, que junto a Sabin, estudiaron el virus de la polio. Era un hospital muy prestigioso. De hecho era tan bueno que hasta Perón, siendo presidente, se atendió por una enfermedad que tenía en la piel de la cara.
-Además, fue escenario de películas.
-Sí, en sus instalaciones se filmaron varias escenas de El secreto de sus ojos.
-¿Cuándo empezó su declive?
-En los años 90 comenzó la crisis financiera. Hubo atrasos en los pagos de las obras sociales, lo que generó deudas. También mala administración: se vació el hospital y se malversaron fondos. A diferencia de otros, como el Alemán o el Británico, el Israelita no logró adaptarse ofreciendo un plan de salud propio, y eso hizo que perdiera pacientes. En 2004 quebró. Lamentablemente, ni la AMIA, ni la DAIA ni la colectividad judía pudieron sostenerlo porque en ese momento, atravesaban otros problemas financieros con algunos bancos.
-¿Qué pasó después de la quiebra?
-Desde 2004 la gestión quedó en manos de una cooperativa de trabajadores , actualmente el hospital está en un 95 por ciento cerrado. Solo funcionan algunos consultorios externos, un anexo que hicieron nuevo, sobre la calle Terrada y Luis Viale.
En el 2017 la Legislatura aprobó la desafectación del predio, lo que implica que ya no estaría sujeto a la “utilidad pública” que lo protegía y que podría venderse.
Actualmente, el proyecto ya tiene horizonte. Según Ezequiel Herstage, vocero de IRSA: “La compañía prevé recuperar y poner en valor este inmueble emblemático de la Ciudad, actualmente en desuso. Esto forma parte de la estrategia de la compañía de identificar y revitalizar activos con alto potencial urbano, contribuyendo al desarrollo y renovación de distintos sectores de la Ciudad de Buenos Aires”.