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El Chaqueño Palavecino: las privaciones de su infancia, el secreto de su matrimonio y por qué no se mete en política

Oscar Esperanza Palavecino nació hace 65 años en el Chaco salteño, en el medio del monte de un paraje olvidado: Rancho El Ñato, Departamento de Rivadavia. “Nací en Salta, pero me dicen chaqu...

El Chaqueño Palavecino: las privaciones de su infancia, el secreto de su matrimonio y por qué no se mete en política

Oscar Esperanza Palavecino nació hace 65 años en el Chaco salteño, en el medio del monte de un paraje olvidado: Rancho El Ñato, Departamento de Rivadavia. “Nací en Salta, pero me dicen chaqu...

Oscar Esperanza Palavecino nació hace 65 años en el Chaco salteño, en el medio del monte de un paraje olvidado: Rancho El Ñato, Departamento de Rivadavia. “Nací en Salta, pero me dicen chaqueño porque así nos dicen a todos los de mi pueblo”, revela, entre risas, el Chaqueño Palavecino sobre el origen de su apodo justo antes de sentarse a conversar mano a mano con LA NACION.

El cantor, que se presentará el 13 de diciembre en el Festival La Porteña que desembarcará por primera vez en el Hipódromo de Palermo, recordó sus inicios y reflexionó sobre su vínculo con la Argentina y con la música regional.

—¿Cómo vienen los preparativos para volver a tocar en Buenos Aires?

—Estoy muy contento de venir y compartir acá en La Porteña, en este lugar tan emblemático donde estuvo Gardel, donde estuvo tanta gente importante... Para mí es un gusto volver. Yo le sigo agradeciendo a Dios que me convoquen y que le pueda seguir transmitiendo mi música a los demás.

—¿Sos muy creyente?

—Sí, tremendo. Muy de la Virgen; soy un soldado de Dios. Tengo una fundación, no por demagogo ni nada; a veces puedo, a veces no puedo por mi carrera, pero trato de ayudar en lo que puedo ayudar. Hay necesidad en todos lados.

—Seguís visitando seguido tu pueblo...

—Allá hay más necesidad que personas, digo siempre. Así que siempre está el que necesita y el que quiere progresar, el que quiere comer.

—¿Qué es lo que más necesitan?

—Algunos piden comida. Son zonas olvidadas. Espero que el día de mañana haya proyectos grandes para que esto salga adelante. Allá hay una parte nativa y otra parte criolla que son dos culturas distintas, ¿no? Nosotros fuimos a cubrir frontera en el gobierno de Roca, todo viene de ese tiempo. Yo soy la cuarta generación de esa gente que son un 30 por ciento de criollo y los demás son nativos con siete etnias, y eso se ve en este acento musical.

—Por más que haya hambre, siempre hay música....

—Siempre. Hay un dicho: “Papá, tengo hambre” y el padre le dice al niño: “Vaya traiga la guitarra para tocar el malambo”. Y es cierto. En la zona hay muchos chicos con necesidad, pero la música no se deja de hacer. Increíble, pero es cierto.

—Es fuerte el dicho...

—Es que ha sido así, en el caso nuestro, ha sido eso. Ya me pasé yo, ya comí demasiado ahora . Pero ha sido una zona totalmente fuera de sistema, hemos vivido fuera de todo. Todavía faltan muchas cosas para hacerse.

—Mantenés mucho cariño por tus orígenes...

—De ahí viene mi acento, tengo la casa de mi natalicio, a mi hermano, a mi madre enterrada, a mis tíos. Antes se moría alguien y se enterraba en el patio, para que el muerto viva con vos, hay mucha historia linda de los nuestros ahí. Están todos los familiares, parientes, todo ahí. Son longevos algunos, fíjate vos la pureza del monte que ayudó mucho a que vivan tanto.

—¿Qué tiene de especial el monte?

—El aire, la comida, al no haber azúcar es todo mucho más natural. El animal del monte que tiene una carne magra...

—¿Hay algo que extrañes de esa infancia?

—Sí, claro, pero estoy yendo a menudo. Ahora tengo la posibilidad, antes no la tenía. Cuando emigramos no la tenía porque no tenía vehículo, necesitaba dinero, a veces la gente dice: “No puedo ir.” Y es verdad, porque yo también lo sufrí. Vivíamos el día a día. Buscábamos el pan nuestro cada día. Hoy ha cambiado todo. Yo te estoy hablando de un tiempo en el que el único medio de transporte que había era el caballo, sea para ir a la escuela o para ir a comprar algo. Llegar al pueblo era difícil. Existía mucho el trueque, se cambiaba el cuero de un animal o la lana por azúcar o yerba. El hombre vivía de lo poco que tenía en el campo y la mujer, tan noble, siempre lo destaco esto, porque más allá de vivir pariendo, no conocían lo que se conoce hoy cuando les llegaba el período, no tenían ni una revista que les explicara ni un algodón, no había nada. La gente se casaba muy joven...

—¿Cuántos años de casado llevás ya?

—Yo llevo bastante. Más de 37. Es un numerito.

—¿Cuál es el secreto?

—Me aguantan (risas). Se hace largo todo. Pero está bien, hay vida. Hay ganas de seguir haciendo cosas, seguimos nosotros metidos en la música, tanto mi mujer como yo siempre con el arte. Somos padres, hemos vivido todo eso, así que en la casa hacemos todo, yo me lavo mis calzones y también plancho la pilcha de gaucho. No es fácil atender un gaucho.

—¿Qué es lo más difícil de atender a un gaucho?

—Planchar la bombacha (risas). Es mucha ropa. Mucha ropa. Yo trato de estar lo mejor que puedo porque la pilcha no es solo la pilcha, es todo un símbolo. Es parte de la vida de uno. A mí se me han ido muriendo los boteros, se me murió la señora que me hizo los trajes y encontrar gente que te haga la ropa gauchesca no es fácil.

—Cuando eras un niño, ¿te imaginabas poder llevar tu música por todos los rincones del país?

—Era una música muy ninguneada, pero yo siempre creí en mis convicciones.

—Con la edad, ¿se canta mejor el folklore? ¿Hay algo distinto que pasa por las venas?

—Con los años baja la locura y uno pone más los pies sobre la tierra. Con los años tenés que vivir practicando. Vos para llegar a viejo y caminar, tenés que hacer ejercicio y estar bien. Para llegar a viejo cantando y que tu voz te responda, tenés que vivir aprendiendo. En la juventud no necesitás nada de eso, no necesitás practicar la fuerza porque ya la tenés, no te fijas dónde cantar, le metés con ganas, estás seguro de todo. Eso es la juventud. Y cuando te van los años, van las noches... Yo tengo muchas noches, tengo más noche que el murciélago. Más que la luna (risas).

—¿Muchas noches de peña?

—Sí, y de andar, porque viajamos mucho.

—¿Qué pensás de los nuevos talentos que van apareciendo en el folklore?

—Son joyas, como Maggie Cullen, que uno va encontrando en el camino y ojalá que haya muchas más porque es nuestra argentinidad, nuestra música. El folklore en un momento fue muy ninguneado porque era una música muy regional, como ha sido el tango también un tiempo. El tango también ha sido despreciado y mirá lo que es hoy, que nos representa en el mundo. La nuestra es una música única.

—Hace poco participaste en el reality La Voz Argentina como co-coach de La Sole. ¿Cómo te sentiste en esa experiencia?

—Lo pasé muy bien. Ella es una china tan conocida, tan hermosa, tan de nosotros, es una que tiene “olor a humo”, como decimos, que es el folklore. Ella es una capa, una grande, y fue lindo compartir el programa con ella. La verdad que yo soy bastante conocido, ando por todos lados, pero mucha juventud se arrimó a felicitarme por ese programa. Mucha gente joven y mujeres jóvenes se acercaron a decirme cosas lindas. Ha sido un realce.

—¿Cómo te llevás con los comentarios que recibís en las redes sociales?

—¡Ah! ¿Con los memes que decían que me dormía y eso? Han hecho chistes, bueno, me sirvió, recibí muchas felicitaciones y me sentí bien. Escuché y juzgué, algo que por ahí a mí no me gusta, pero había que hacerlo.

—¿Qué sentís por la Argentina?

—Esto es un país para quererlo, amarlo. Tenés de todo. Yo tengo el privilegio de recorrerlo a lo largo de todas las provincias y siempre pienso que es un gran país. Tenemos la sazón de todo, hay una buena carne, una buena comida, el crisol de sangre que tenemos nosotros alimentó mucho todo esto. Es un gran país que todavía no se lo ha descubierto. Todavía no sabemos lo que tenemos.

—¿Pensaste alguna vez en postularte para algún cargo político?

—Me han ofrecido todo, pero no soy político. Me ofrecieron todo: desde gobernador para abajo, diputado nacional, lo que sea. Supongo que lo hubiera hecho bastante bien, pero creo que yo también hice política dentro lo mío expandiendo la música regional y no me ha ido mal en lo que me propuse.

—¿Cuáles son tus próximos proyectos?

—Además de presentarme en el Festival La Porteña para mi cumpleaños, voy a sacar un disco del show por mis 40 años de carrera, donde tuve un montón de invitados: Jorge Rojas, Soledad, Los Nocheros, Axel, Luciano Pereyra, Abel Pintos... ¡Me voy a dar ese gusto!

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/espectaculos/musica/el-chaqueno-palavecino-las-privaciones-de-su-infancia-el-secreto-de-su-matrimonio-gaucho-y-por-que-nid18112025/

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