El alma de la noche: una comedia negra con buenas actuaciones, que indaga sobre la repulsión del ser humano
El alma de la noche. Autora: Blanca Bardagil. Intérpretes: Bianca Vicari, Valentín Born Pinto, Luciana Carullo, Santiago Rapela. Vestuario y escenografía: Sabrina López Hovhannessian. Iluminaci...
El alma de la noche. Autora: Blanca Bardagil. Intérpretes: Bianca Vicari, Valentín Born Pinto, Luciana Carullo, Santiago Rapela. Vestuario y escenografía: Sabrina López Hovhannessian. Iluminación: Claudio del Bianco. Dirección: Sebastián Bauzá. Sala: Teatro ÑaCa, Julián Álvarez 924. Funciones: viernes a las 20. Duración: 90 minutos. Nuestra opinión: buena
La dramaturga, directora y docente catalana Blanca Bardagil viene desarrollando una intensa actividad creativa en su región. Allí produce y desarrolla su labor autoral que incluye textos de diferentes formatos y cuyos estrenos se suceden en algunas de las salas más destacadas de Barcelona. Su trabajo, según sus antecedentes, se compone de piezas breves, comedias en las que bucea sobre la condición humana y últimamente también está interesada en el género musical.
En El alma de la noche, Bardagil construye un texto un tanto distópico. En él se suceden acontecimientos sumamente inesperadas que, por momentos, se alejan de la historia que presenta inicialmente para dar paso a situaciones que, aunque exponen la realidad individual de cada uno de los personajes, se alejan bastante de la trama central. El espectador, en algún momento, no sabe muy bien cómo cerrará esa historia tan disparatada.
En una casa barrial conviven una madre ya mayor y su hijo, que posee cierta deficiencia mental. Extrañamente él está al cuidado de la mujer. Inesperadamente ella muere, pero al muchacho le cuesta aceptar esa realidad. Transcurridos un par de días ingresa una de sus hermanas a la casa y busca por todos los medios convencer al joven de que su madre ya no forma parte de su vida. Llega entonces una segunda hermana, quien ante la sorpresa de lo ocurrido, no puede menos que delinear un plan para que la cuestión no se transforme en un caso policial.
Entre las discusiones de los hermanos y la creación de un plan que permita encauzar las cosas aparece el novio de una de las muchachas, periodista especializado en investigación, quien propone una más alocada solución para esconder lo sucedido.
Lo cierto es que, entre los delirios de cada uno de los personajes, el cuerpo de esa madre sigue destruyéndose en su cama y sus familiares no hacen más que mostrar sus costados más indiferentes, egoístas. Hay en ellos una necesidad de tomar distancia de los acontecimientos que los involucran cada vez con más fuerza.
Esta comedia negra que crea Blanca Bardagil posee una estructura sumamente despareja. Si bien la muerte es una gran excusa para mostrar a una serie de personajes carentes de solidaridad, respeto y afecto, las escenas van sucediéndose sin un correlato que involucre el drama que vive esa familia tan disfuncional. Indudablemente los vínculos entre ellos están totalmente alterados y eso afecta por demás una acción que no progresa por cauces normales sino que, continuamente, parecería detenerse y volver a comenzar.
Personajes con convicciónLa dirección de Sebastián Bauzá intenta darle cierta organicidad y un ritmo a ese caos y logra que la trama, tan llena de fisuras, vaya desarrollándose en un aparente orden que por momentos entretiene y divierte al público. Para lograrlo posee a dos actrices –Bianca Vicari y Luciana Carullo- que construyen sus personajes con mucha convicción. Sus escenas poseen esa fuerza necesaria que permite que el juego fluya y resulte atractivo porque ambas poseen muy buenos recursos para llevar adelante una comedia.
Valentín Born Pinto sostiene también con buenos logros a ese muchacho indefenso que debe soportar un clima familiar tan enrarecido cuando él, además, está tan alejado de la realidad debido a sus problemas de salud. En un rol más pequeño, Santiago Rapela juega con menos vitalidad las situaciones en las que participa, pero se une a ese grupo con la seguridad que su personaje le exige.
El alma de la noche no es la mejor carta de presentación de Blanca Bardagil en Buenos Aires, aunque este equipo de trabajo pone en escena su profesionalismo para lograr construir un juego teatral que da muestras de lo repulsivo que a veces pueden ser los seres humanos.