EE.UU. ataca a otras cuatro embarcaciones en el Pacífico: 14 muertos y un sobreviviente
WASHINGTON.— El secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció este martes en la red X que, “por orden del presidente Donald Trump”, el Departamento de Guerra ejecutó tres “ataques cinétic...
WASHINGTON.— El secretario de Defensa, Pete Hegseth, anunció este martes en la red X que, “por orden del presidente Donald Trump”, el Departamento de Guerra ejecutó tres “ataques cinéticos letales” contra cuatro embarcaciones que, según la inteligencia estadounidense, eran operadas por “organizaciones terroristas designadas” dedicadas al narcotráfico en el Pacífico oriental.
Hegseth precisó que las naves transitaban por rutas de tráfico conocidas y que, en los tres ataques, murieron 14 presuntos “narco-terroristas”, mientras que un sobreviviente fue rescatado bajo la coordinación de las autoridades mexicanas. De acuerdo con fuentes militares y de prensa, las operaciones se realizaron en aguas internacionales y no se registraron bajas estadounidenses.
Yesterday, at the direction of President Trump, the Department of War carried out three lethal kinetic strikes on four vessels operated by Designated Terrorist Organizations (DTO) trafficking narcotics in the Eastern Pacific.
The four vessels were known by our intelligence… pic.twitter.com/UhoFlZ3jPG
El Pentágono explicó que el Comando Sur activó los protocolos estándar de búsqueda y rescate (SAR) y delegó el caso del superviviente a las autoridades mexicanas. Los ataques, aseguró Hegseth, forman parte de una campaña más amplia del gobierno de Trump que, en las últimas semanas, extendió sus operaciones desde el Caribe hasta el Pacífico, en lo que la Casa Blanca presenta como una “defensa del territorio nacional” frente a la amenaza del narcotráfico.
El episodio se inscribe además en un contexto de creciente despliegue militar estadounidense en la región. Washington ordenó el traslado del grupo de ataque del portaaviones Gerald R. Ford al área de responsabilidad del Comando Sur, un gesto que evidencia su voluntad de proyectar poder naval en el hemisferio occidental. Analistas interpretan la medida como una escalada operacional que amplía el uso de la fuerza más allá del mar abierto y acerca las maniobras a las costas latinoamericanas.
Sin embargo, la ofensiva ha generado reacciones divididas y un intenso debate legal. Varios gobiernos y especialistas en derecho internacional han cuestionado la legitimidad de emplear armas letales en operaciones de interdicción marítima, sin detenciones ni presentación de pruebas que confirmen la relación entre las embarcaciones y grupos criminales o terroristas.
En paralelo, diversos analistas y observadores regionales sostienen que esta serie de ataques y el fortalecimiento del dispositivo naval también buscan presionar y desestabilizar al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Según esta lectura, la campaña militar tendría una dimensión política encubierta, destinada a ejercer influencia sobre el equilibrio regional más que a combatir el narcotráfico de manera estricta.
Las críticas también se multiplican desde el ámbito diplomático. El presidente colombiano Gustavo Petro calificó los ataques como “asesinatos”, y juristas consultados por medios internacionales advirtieron que las operaciones podrían violar el derecho marítimo y los derechos humanos si no se demuestra la inmediatez de una amenaza.
Desde Washington, tanto la Casa Blanca como el Pentágono defendieron la legalidad de las acciones bajo una interpretación amplia de las facultades presidenciales y del principio de defensa nacional. Argumentan que se trata de proteger a la población estadounidense frente a “organizaciones que asesinan a civiles y trafican armas y drogas”.
Agencias AP y Reuters