Economistas reconocieron “logros” y analizaron “la columna más débil” del plan de Milei
Acumulación de reservas. Desarme del cepo. Gestión de la deuda en pesos y dólares. Reactivación del crédito para dinamizar la economía. Negociación política en el Congreso para avanzar con ...
Acumulación de reservas. Desarme del cepo. Gestión de la deuda en pesos y dólares. Reactivación del crédito para dinamizar la economía. Negociación política en el Congreso para avanzar con reformas estructurales. Así se pueden resumir los desafíos de corto y mediano plazo que enfrenta el Gobierno de Javier Milei en la segunda mitad de su gestión, según las conclusiones de un encuentro en el que participaron Marina Dal Poggetto (Eco Go), Andrés Borenstein (BTG Pactual), Miguel Kiguel (Econviews), Bernardo Kosacoff (UTDT) y Claudio Zuchovicki (BYMA).
En un escenario de renovado optimismo, con variables financieras en verde tras el triunfo del Gobierno en las elecciones legislativas, los analistas debatieron sobre las proyecciones para 2025 y 2026. Fue esta mañana en el Hotel Alvear, durante el Simposio Internacional de Economía, que anualmente organiza Amigos de la Universidad de Tel Aviv en Argentina.
Borenstein destacó “logros” del Gobierno, como haber alcanzado “cuentas fiscales equilibradas” y apuntó: “Es cierto que a las cifras que usa Milei uno no siempre las compra, pero bajó cinco puntos el gasto. Obviamente no alcanza, pero es condición necesaria para que este optimismo que muchos tenemos siga avanzando”.
Luego, mencionó otros puntos que en su mirada son positivos para el crecimiento de la economía, como la baja en el costo del capital asociada a la caída en el riesgo país, la disminución de la inflación o el regreso del crédito, que se frenó en los meses previos a las elecciones.
En ese camino, advirtió por los “riesgos de ejecución” del plan, y mencionó los “errores de política monetaria” de mediados de año, que derivaron en suba y volatilidad en las tasas de interés en pesos.
“Necesitamos que Milei coma ensalada para que llegue a un acuerdo con otras fuerzas políticas y pueda negociar una reforma laboral viable y una reforma impositiva, que es dificilísimo. Tenemos 155 impuestos en el país”, dijo Borenstein, y luego enfatizó en la necesidad de acumular reservas: “Pasaron tres semanas (de las elecciones) y compraron US$20 millones. Hay que armar una estructura por si las cosas no salen tan bien”.
“Es como decir que ‘no necesitás un seguro para el auto porque manejás bien’. Las reservas son ese seguro. Aprovechemos para comprar ahora. Me parece que el mercado se va a poner impaciente si no lo hacen”, insistió.
Dal Poggetto coincidió con ese enfoque y advirtió que “el programa funciona cuando le inyectan dólares”, en referencia a los impactos de factores como el blanqueo de capitales de 2024 o el acuerdo con el FMI de abril. “Cuando los dólares desaparecen, se traba”, dijo la directora de Eco Go, e ilustró con la caída del nivel de actividad y el freno al crédito en los meses previos a las elecciones, que se acompañaron con suba del dólar y el salvataje del Tesoro estadounidense.
“Hay que ordenar la discusión sobre cuál es el programa económico”, advirtió Dal Poggetto, al analizar las inconsistencias del esquema cambiario y el esquema financiero del Gobierno, y añadió: “El ancla del plan es hacerle perder plata al que compró dólares”.
Luego, afirmó que “si el dólar toca el techo de la banda, las chances de sostenerlo son bajas” e insistió: “El Gobierno va a intentar seguir manteniendo el esquema de atraso, y mientras no toque el techo, lo sostiene. ¿Cuántos dólares va a comprar? Los que le permita el esquema. No veo una aceleración en la acumulación”.
También el exsecretario de Finanzas, Miguel Kiguel, alertó por el factor de las reservas, a la que calificó como “la columna más débil del plan” aunque planteó: “Hay razones para el optimismo. El país tiene fundamentals que son buenos. El equilibrio fiscal llegó para quedarse, ayuda a bajar el riesgo país y le da credibilidad al programa. La inflación está estabilizada y se están haciendo reformas estructurales, que no van a dar resultados inmediatos, pero son el paso para que estemos mejor a lo largo del tiempo”.
Luego insistió en que, más allá de su “mensaje optimista”, hay “riesgos” en el plan. “Ha habido fallas en el marco cambiario y hubo tres episodios que marcaron los problemas”, dijo Kiguel, en referencia a la baja de reservas en julio de 2024, abril de este año y las semanas previas a las elecciones. “Hasta ahora, los tres fueron salvados con rescates e inyecciones de dólares: el blanqueo, el FMI y Scott Bessent”, sostuvo
“La conclusión es que no queremos una cuarta corrida, porque sería traumático. Y para evitar cualquier tipo de problema potencial y dormir tranquilos, probablemente hace falta un programa de acumulación de reservas. Y ahí es donde está la gran división entre el Gobierno y muchos economistas”, concluyó.
“El que viene será el año de la economía real”, planteó Zuchovicki, en un reflejo del entusiasmo que marca a varios sectores más allá del mundo financiero. “Tenemos un penal y el arquero ya se tiró para el otro lado. La historia marca que siempre le erramos, pero esta es una oportunidad”, dijo el titular de BYMA, y destacó, en referencia a la demanda global: “¿Conocen algún país que sea exportador de energía, minería y alimentos a la vez?”.
En ese sentido, describió que la estabilización de algunas variables financieras (fin de la brecha cambiaria, baja de la inflación y flexibilización del cepo) cambiaron el escenario, y que eso cambió el foco en el mercado financiero. “Lo que tenemos que hacer es financiar a la economía real. Los Estados no tienen plata para ayudar, o ayudan con emisión. Mi trabajo en BYMA es duplicar las empresas listadas”, enfatizó.