División en el PJ de Córdoba: Schiaretti y De la Sota, de socios políticos a rivales en las elecciones de octubre
CÓRDOBA.- Los apellidos De la Sota y Schiaretti siempre fueron de la mano en la política cordobesa. Siempre hasta ahora, ya que van a confrontar sus listas de diputados en las próximas eleccione...
CÓRDOBA.- Los apellidos De la Sota y Schiaretti siempre fueron de la mano en la política cordobesa. Siempre hasta ahora, ya que van a confrontar sus listas de diputados en las próximas elecciones nacionales del 26 de octubre. El exgobernador Juan Schiaretti encabeza la de Provincias Unidas y Natalia de la Sota, hija de José Manuel de la Sota, la de Defendemos Córdoba.
Las estrategias de campaña, en el arranque, son diferentes. Schiaretti, integrante de una alianza partidaria amplia, “peronizó” su propuesta en busca de contener el voto histórico. Ella, en cambio, eligió nombres ligados a sectores “maltratados” por las políticas libertarias.
En octubre los dos apellidos emblemáticos del peronismo cordobés se enfrentarán. En el sector de Schiaretti saben que Defendamos Córdoba se llevará a parte de sus adherentes. “Seis por ciento”, deslizan algunos mientras que desde el otro lado hacen circular encuestas que apuntan un capital de “entre 12 y 15”. Los libertarios, conscientes de la oportunidad que les abre esa interna ajena, la mencionaron a Natalia de la Sota como “la principal opositora” a Nación.
La diputada esperaba ser la compañera de fórmula de Martín Llaryora en 2023. Fue Schiaretti quien le comunicó que no era la elegida. Desde entonces, los contactos se diluyeron. Llaryora, en cambio, intentó mantenerla como parte de la fuerza. Le ofreció hace tiempo un cargo en el Poder Ejecutivo, que no aceptó. Para ser parte de la lista, no hubo llamados. Y si hubieran existido, “no aceptaba”, aseguran desde su entorno.
La única hija del exgobernador que está en política explicó, al lanzar su frente electoral, que esperaba un “posicionamiento más firme en defensa de Córdoba y de los cordobeses” por parte de la alianza con la que, hace casi cuatro años, llegó al Congreso. Entonces compartió campaña con Alejandra Vigo, actual senadora y esposa de Schiaretti. Entonces, bajo el eslogan “Ellas”, insistían en que representaban al auténtico peronismo cordobés, diferenciándose del Frente de Todos.
La diputada mantiene una muy buena relación con Sergio Massa y, desde hace tiempo, tiene más coincidencias con las posiciones del kirchnerismo en el Congreso que con las que mantiene el bloque del oficialismo cordobés.
El peronismo cordobés que logró llegar al poder en esta provincia en 1998 es el emergente de un proyecto encarnado por José Manuel de la Sota y Schiaretti, aunque ambos no siempre fueron socios políticos. En 1993 se habían enfrentado en una interna durísima que los tuvo como protagonistas junto a Julio César Aráoz.
“El Gringo” se impuso con una leve ventaja, encabezó la lista de diputados y llegó al Congreso. “El Gallego” se dedicó a hacerse fuerte en el partido, lo amplió con aliados y nació Unión por Córdoba, con la que asumió la gobernación cinco años después. El concepto se mantuvo con diferentes nombres.
José Manuel de la Sota convocó a Schiaretti, a quien respetaba por su capacidad de gestión (había integrado el equipo de Domingo Cavallo); fue primero ministro de la Producción, después de Economía y ya, en el segundo mandato, vicegobernador. Eran cercanos, pero “el Gringo” todavía no integraba la “mesa chica”. En esa gestión la relación se consolidó y surgió la sociedad que se mantuvo hasta la muerte de “el Gallego”.
En todo este tiempo la renovación generacional fue aguas abajo, ambos siguieron siendo los líderes. Surgieron nuevos dirigentes, entre ellos el actual mandatario Martín Llaryora, que se mantienen en la coalición. La primera en romper ese núcleo es Natalia de la Sota, que mantiene su identidad de “peronista” y tiene, además, el apellido. Lo más parecido podría ser la salida de Luis Juez del peronismo cuando, en 2002, creó su propia fuerza.