Destapó una red ilegal de caza y tráfico: un argentino recibirá el mayor premio a la protección de la fauna silvestre
El año pasado en la Argentina se logró desarticular una presunta red de cacería y tráfico de animales que operaba entre este país, Paraguay, Brasil y Bolivia. Fue por la investigación y traba...
El año pasado en la Argentina se logró desarticular una presunta red de cacería y tráfico de animales que operaba entre este país, Paraguay, Brasil y Bolivia. Fue por la investigación y trabajo de Emiliano Villegas, coordinador operativo del Área Fauna de la Brigada de Control Ambiental, dentro de la Subsecretaría de Ambiente de la Nación, que este 5 de diciembre recibirá el prestigioso premio internacional “Clark R. Balvin”, que reconoce acciones destacadas de protección de la vida silvestre. Él es el primer argentino que lo logra.
Villegas recibirá el galardón internacional ese día en la ciudad de Samarcanda, Uzbekistán, durante la COP20 de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites). Obtuvo su puesto de coordinación en la administración nacional en 2016, aunque desde chico dedica su tiempo a la protección de la fauna. Hoy tiene 44 años.
Fue primero guardaparques y trabajó varios años en el Delta del Paraná. Después se convirtió en abogado y este camino lo condujo a dedicarse en especial al tráfico de animales. Pasaron algunos años hasta que escuchó sobre Jorge Noya por primera vez. “El primer procedimiento de relevancia en el que participé fue en el año 2018, donde se allanaron los cotos de caza que tenía en las provincias de Santiago del Estero y Buenos Aires”, comentó Villegas en diálogo con LA NACION.
En aquella época no dieron con el dueño de los predios, pues la persona estaba fuera del país. Pasarían cinco años antes de que el nombre de Noya recobrara protagonismo. Su emprendimiento se llamaba “Caza & Safaris”, operaba desde hace al menos 46 años y la fiscalía sospecha que al menos seis personas más participan a través de este de una operación ilegal en la Argentina, que podría extenderse si se incluye el resto de los países donde cazaban. Esta sería la red más grande de turismo cinegético ilegal en la historia de la región y Villegas fue un actor clave en la investigación que logró atar los cabos. “Yo estaba en un evento en Brasil y me comentaron que un cazador argentino estaba involucrado y fue con eso con lo que empezamos”, recordó Villegas.
El evento había sido convocado por una organización internacional llamada Freeland International, dedicada especialmente a investigar el tráfico de animales. “Estábamos organizando un encuentro para algunos funcionarios para hablar sobre tráfico de especies, en especial para Europa. Yo había intentado contactar desde hace tiempo a alguien de la Brigada de Control Ambiental, pero nadie me respondía”, retrató Juliana Machado Ferreira, directora ejecutiva de Freeland International.
Según cuenta, pasaron meses antes de que lograran contactar a alguien e invitarlo a Brasil para contarle sobre el argentino que había aparecido en Brasil y cruzado a Bolivia para cazar yaguaretés. “A quien enviaron fue a Emiliano”, describió Machado Ferreira, y añadió: “Lo conocí en 2023; tiene un corazón de oro y una voluntad inquebrantable. Él actuó como una fuerza motriz para que todo avanzara. Siempre buscó que todo anduviera. No solo fue el punto inicial de la investigación, sino que también fue el nexo entre todos”. Por esto, explicó Machado, ella nominó a Villegas a este gran premio.
Hoy, tanto Noya como otros de sus presuntos colaboradores tienen dos causas abiertas, una en la Argentina y otra en Bolivia. En ambas figura como el líder de una presunta red de cacería ilegal en la que se presentaban como una corporación de turismo cinegético reglamentada, pero que en realidad capturaban y taxidermizaban especies ilegales.
La taxidermia es el oficio que se encarga de tratar animales muertos para conservarlos. Para lograrlo, extraen sus órganos internos y rellenan el cascarón de piel y hueso como un almohadón. También aplican químicos en el pelaje y en la piel para que no se pudran con el tiempo. Después les incrustan ojos de vidrio o plástico para darles una apariencia de vida. Al resultado de este proceso en el mundo de la caza le llaman “trofeo”.
Fueron decenas las fotos que hallaron en diferentes propiedades suyas en las que él posaba con cadáveres de yaguaretés, una especie cuya caza está prohibida por ley. En un allanamiento ejecutado en nuestro país, la Justicia Federal secuestró en agosto del año pasado 44 armas de fuego, 12 vehículos de automotor –otros 25 están embargados– y 7971 taxidermias, cuernos y pieles que hallaron en los tres cotos de caza y en los dos depósitos asociados a la empresa de Noya. Según presumen fuentes cercanas a la causa, esto es solo la punta del iceberg.
Si bien este premio no resolverá la causa, para Villegas significa un honor recibirlo. “Para mí es el galardón más importante que se da en la materia de manera ininterrumpida desde el año 1994, cada tres años, hasta la fecha”, comentó. También agradeció al resto de los involucrados en la causa que incluyen a la Fiscalía Federal N°1 de Lomas de Zamora, al equipo de Freeland International, y a los activistas y fiscales bolivianos.
Villegas afirmó que la cacería ilegal es un grave flagelo en la región y que, si bien no es tan relevante en la agenda como lo es en Brasil o en Perú, las redes de tráfico existen y esto supone un importante brazo del crimen organizado con destino internacional. “La Argentina es un país con una gran extensión territorial y una gran diversidad no solo de ecosistemas, sino también de fauna. Mucha de ella tiene un alto valor en otros países, lo que para nuestro país es una especie común, para otro país es rara y cuanto más rara, más cara”, detalló.
El premio Clark R. BavinEntre los 70 y los 90, Clark R. Bavin fue jefe de la División de Aplicación de la Ley del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos (Usfws). Fue un ferviente impulsor de la lucha contra los delitos contra la vida silvestre en Estados Unidos, pero también en el mundo. Entre sus numerosos logros se encuentra el uso pionero de investigaciones y operaciones encubiertas para exponer el comercio ilegal de vida silvestre. Bavin estableció un equipo de oficiales que se conoció como el “FBI del mundo de la vida silvestre”.
El reconocimiento se creó cuatro años después de su muerte, en 1994. Desde entonces, el Instituto de Bienestar Animal –AWI, por sus siglas en inglés, una fundación internacional con sede en Estados Unidos– ha premiado a las personas que participaron en una o más acciones ejemplares de aplicación de la ley en favor de la protección de las especies de vida silvestre.