Generales Escuchar artículo

Cuevas, flotarios y camas de cristal: el boom de la sal (fuera de la mesa)

Nadie pone en duda que consumir sal en exceso es malo para la salud. Pero en algunos casos, puede ser una aliada para tratar desde dolores crónicos hasta afecciones respiratorias y cuadros de estr...

Cuevas, flotarios y camas de cristal: el boom de la sal (fuera de la mesa)

Nadie pone en duda que consumir sal en exceso es malo para la salud. Pero en algunos casos, puede ser una aliada para tratar desde dolores crónicos hasta afecciones respiratorias y cuadros de estr...

Nadie pone en duda que consumir sal en exceso es malo para la salud. Pero en algunos casos, puede ser una aliada para tratar desde dolores crónicos hasta afecciones respiratorias y cuadros de estrés.

Fuera de la mesa, la sal se reivindica con tratamientos que la tienen como protagonista. La novedad más reciente es la cueva de sal que funciona desde julio de este año en el barrio de Belgrano. Se trata de una habitación de 16 metros cuadrados completamente cubierta de sal: desde las paredes hasta el techo y el piso están revestidos de ese mineral esencial.

Quienes decidieron apostar por este particular espacio son la licenciada en nutrición Agustina Vázquez y la médica dermatóloga Angela Cañedo, que tomaron la idea de los viajes que hicieron por España, donde hay varias de estas cuevas, y la trajeron a la Argentina. Funciona dentro de Biobalance, un spa integral dedicado a la salud.

“En Europa la haloterapia está muy difundida. Nosotras siempre tuvimos una visión más integral y natural de la salud y cuando conocimos estas cuevas de sal decidimos armar una en Buenos Aires. Es el primer salt room que hay en el país”, cuenta Vázquez, que amplía acerca del funcionamiento: “Hay un halogenerador que tritura la sal y envía las micropartículas al ambiente. Es una sal especial, del Himalaya”, explica la especialista.

La sesión dura 40 minutos y cuesta 25.000 pesos, aunque hay paquetes mensuales que disminuyen el valor por sesión. Durante ese tiempo, la gente inhala partículas de sal mientras se relaja en sillones reclinables con música clásica en un ambiente purificado que incluso permite crear distintos climas con luces led. Los que no buscan desenchufarse, llevan la laptop y siguen con su rutina laboral. Y están también quienes comparten un momento en familia, ya que pueden ir niños desde tres meses y hasta embarazadas.

“Este tratamiento tiene beneficios muy marcados a nivel respiratorio. Ayuda con los broncoespasmos, el asma y el epoc. En Inglaterra el neumonólogo lo prescribe a sus pacientes”, asegura Vázquez, y Cañedo agrega: “También sirve para la piel. La sal, al ser antibacteriana, ayuda con el acné, la dermatitis atópica y la psoriasis”.

Las cuevas de sal también son un aliado para bajar el nivel de estrés y reforzar el sistema inmunológico: “La gente asegura que duerme mejor, con un descanso más reparador -plantea Vázquez-. Aunque acá es una novedad, la haloterapia es algo antiguo y probado: fue descubierta en las minas de sal de Europa del Este por un médico que observó que los trabajadores no tenían problemas respiratorios y casi no se enfermaban. Eso despertó interés y su uso se popularizó”, cuenta la nutricionista.

Otros lugares en los que la sal cumple un rol fundamental son los flotarios, que en Buenos Aires empezaron a surgir hace poco más de una década. Son tanques de agua a 36° donde el cuerpo flota sin esfuerzo gracias a la alta concentración de sales Epsom. En sus orígenes, se trató de un experimento psíquico del científico John C. Lilly, considerado el padre de estos tanques que aparecen en películas como Estados alterados y series como Doctor House.

Hoy, los tanques de flotación están asociados a la relajación. Entre los beneficios, el flotario ayuda a paliar dolencias (circunstanciales y crónicas), relaja la mente y disminuye las contracturas, alivia el insomnio y mejora la circulación.

Yohan Poissonneau, formado en psicología y al frente de Zero Gravité, en Parque Chas, que ofrece la posibilidad de flotar en un entorno de aislamiento sensorial (está totalmente insonorizado y puede oscurecerse por completo), explica: “A las personas les cuesta meditar, sentarse y aquietar la mente, pero en el flotario es algo que se hace de forma espontánea”.

Hay dos tipos de tanques: los cerrados y los abiertos, sin tapa: “La realidad es que el cerrado da sensación de encierro porque tiene una dimensión generosa. Pero muchos, al empezar, prefieren el que no tiene tapa y después, eligen el cerrado. La experiencia es la misma. Y también hay un formato cabina, para dos personas, que es el que vamos a inaugurar dentro de poco en Palermo”.

Las sesiones son de 60 minutos, aunque hay algunos que se quedan dos horas, y tienen un costo de 42.000 pesos. No hay una frecuencia máxima, se puede flotar todos los días, aunque lo habitual es una vez por semana. “Si la persona está bajo una situación de mucho estrés, con su sistema nervioso muy desregulado, lo conveniente es que venga dos veces hasta volver a equilibrarlo. También vienen personas con dolores crónicos, que encuentran en el tanque un alivio y hacen protocolos de 15 sesiones. Otros quieren saber de qué se trata y vienen una vez. Depende de cada caso”, explica Poissonneau.

Finalmente, el spa Atelier du Corps, en Recoleta, incluye dentro de su circuito de bienestar una cama con 150 kilos de sal del Himalaya que baja la intensidad en cuadros de nerviosismo. “La Crystal es parte del circuito de spa y en su perímetro interior de acero especial contiene 30 azulejos de sal que neutralizan las frecuencias electromagnéticas ambientales -describe Lorena Jara, dueña del espacio-. Desintoxica, mejora la circulación, baja el nivel de estrés, alivia dolores musculares y promueve un sueño reparador”.

Además, por debajo, la cama está equipada con un circuito interno de agua caliente que permite el aumento de la temperatura de los cristales de sal de 32 a 40 grados. También está equipada con un sistema de iluminación led de alta intensidad que crea un clima de relax. “Es una cama que combina haloterapia y cromoterapia. También se realizan sesiones de reflexología que potencian sus efectos”, concluye Jara.

Fuente: https://www.lanacion.com.ar/sabado/cuevas-flotarios-y-camas-de-cristal-el-boom-de-la-sal-fuera-de-la-mesa-nid04112025/

Volver arriba